Boulevard Saint-Michel, 15 octubre 2020. Foto JPQ.
La Francia del toque de queda decretado por Emmanuel Macron, en París y ocho grandes ciudades, en estado de urgencia sanitaria nacional, entra en una fase de tensiones judiciales, políticas, económicas y sociales inflamables, que pueden degradarse en cFrancia en tiempos del coronavirus … un millón de nuevos pobresualquier momento.
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La mañana del jueves, la policía judicial registró los domicilios personales y los despachos profesionales de Édouard Philippe, ex primer ministro, Olivier Véran, ministro de Sanidad, Angès Buzyn, ex ministra de Sanidad, y Jérôme Salomon, director general de Sanidad, en el marco de la instrucción del posible proceso de varios miembros del Gobierno de Emmanuel Macron por los presuntos delitos de “abstención en el combate del siniestro” y “no asistencia a personas en peligro de muerte” desde finales del mes de enero pasado.
Será, en su día, un proceso judicial a la gestión sanitaria de la pandemia. Todavía es muy pronto para “dictar sentencia”, definitiva. Pero el Tribunal de Justicia de la República (TJR) ha comenzado a instruir los primeros y más sensibles meses de la gestión, al más alto nivel gubernamental.
Ni los registros, ni la instrucción, ni el posible proceso prejuzgan el resultado final de la eventual sentencia, todavía muy lejana. Pero inician un proceso largo, complejo e inflamable. El corazón político de la primera gestión política de la crisis sanitaria puede ser juzgado. Se trata de un proceso policial, judicial y político que tiene flecos imprevisibles.
A la misma hora que la policía judicial registraba domicilios personales y despachos de una parte de la plana mayor del gobierno y la sanidad pública, dos sindicatos “radicales”, CGT (históricamente comunista) y SUD (izquierdista), protagonizaban muy pequeñas pero numerosas manifestaciones de protesta en hospitales, centros sanitarios y residencias, considerando “insuficientes” los acuerdos negociados el mes de julio pasado entre el gobierno y otros dos sindicatos, la CFDT (primer sindicato de Francia) y FO (tercer sindicato nacional), que concluyeron con estas decisiones en curso de ejecución:
-19.000 millones de euros de inversiones en la sanidad pública.
-8.200 millones de euros para revalorizar salarial y profesionalmente las profesiones de la sanidad pública, médicos, enfermeras, etcétera.
-Creación, los próximos meses y años, de 15.000 nuevos puestos en la sanidad pública.
Convocando una jornada de movilizaciones, CGT y SUD reabren dos frentes de “guerra” social: enfrentamientos entre sindicatos, entregamientos con el gobierno, en un clima de tensión e incertidumbre nacional, agravado por el toque de queda, de 9 de la noche a 6 de la mañana, en París y ocho grandes ciudades, a partir del sábado día 17.
En París y las grandes ciudades, el control policial del toque de queda será efectuado por unos 12.000 policías y gendarmes, con patrullas y unidades móviles. La capital y las grandes ciudades de Francia estarán totalmente “cerradas”. Habrá derogaciones para casos particulares (de la enfermedad al paseo de animales domésticos). Pero Jean Castex, primer ministro, ha prometido “severidad”, que ya era visible y tangible la tarde / noche del jueves por muchos barrios de París, donde grupos de policías pedían documentación e interrogaban a quienes circulaban sin máscaras. En muchos puntos estratégicos (Montmartre, Universidad de la Sorbona), eran muy visibles patrullas militares, armadas, entre la multitud que salía del trabajo.
La opinión pública, acepta, comprende y aprueba la instauración del toque de queda. Según un sondeo del matutino conservador Le Figaro, un 64 % de los franceses aprueban y son favorables a tal decisión excepcional. Sin embargo, Emmanuel Macron no convence, personalmente. Entre un 57 % y 59 % de franceses no confían en Macron como gestor de la todavía lejana salida de la crisis sanitaria. ABC, 16 octubre 2020, La policía registra la casa del ex primer ministro denunciado por la pandemia.
Francia en tiempos del coronavirus … un millón de nuevos pobres.
Europa, Francia, España en tiempos del coronavirus … los nuevos pobres son tendencia.
Angustia social, chalecos amarillos, Macron … La rentrée del coronavirus.
París en tiempos del coronavirus … ponga a un pobre, sin techo, SDF, en la puerta de su casa.
Francia en tiempos del coronavirus … Macron teme estallidos de violencia.
Jose says
Unos enfermos otros inflamables otros en plena locura y los demás desperdigados sin saber que hacer. Las granjas pendientes de todo aquello que les permite funcionar. Una enfermedad del espiritu humano que ninguna politica religion cultura arte sabe como remediar. La descomposicion de Occidente empezo a principos del veinte con un malificio de irresponsabilidad que lleno de tanques inflamables todo con la finalidad que el todos contra todos fuese el mayor espectaculo a los nuevos nerones desquiciados. Los tanques llenos de lenguaje militarmedico despiertan el odio entre generaciones etnias clases sociales sanosenfermos… sin ningun tipo de objetivo. La gente no habla para no tener que dialogar solo verborrea en un ruido infernal. Estamos arreglados en este nuevo caos selvatico desertizado comiendose lo poco que queda de lo templado. Sin pan ni vino volveremos a la barbarie babababa.
Fina says
Mientras existan filósofos y eruditos, en mi modesta opinión, merece la pena seguir aprendiendo y viviendo…
Y por supuesto, que no falten los garbanzos.
JP Quiñonero says
Jose,
Supongo que llevas razón, claro. Aunque yo lo diría de manera menos abrupta…
Barbarie, barbarie… hay muchos que ya están en ella, claro. Otros, nos resistimos de alguna manera. A ver…
Q.-
Fina says
Mientras existan filósofos y eruditos, en mi modesta opinión, merece la pena seguir aprendiendo y viviendo…
Y por supuesto que no falte el pan y el vino.
Fina says
Lo siento, creo que me he repetido.