Place Saint-Sulpice, 23 noviembre 2020. Foto JPQ.
Emmanuel Macron estima que Francia ha “cruzado” el pico de la segunda ola del Covid-19, y anuncia un desconfinamiento en tres etapas escalonadas. Pero …
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… pide la más extrema prudencia y “responsabilidad” para evitar una tercera ola “por todos los medios”, estimando que se trata de un desafío histórico que toda una generación debe afrontar de manera “solidaria”, temiendo la agravación de la crisis social y económica.
Dirigiéndose a la Nación por todas las cadenas de radio y tv, en un tono grave, pero cautelosamente positivo, el presidente de la República comenzó afirmando, la noche del martes, que los esfuerzos y la disciplina colectiva habían sido eficaces.
El segundo confinamiento que comenzó a mediados de octubre se suprimirá en tres fases.
Primera fase. A partir del próximo sábado, día 29, el pequeño comercio y librerías podrá volver a trabajar y abrir sus puertas, respetando las normas sanitarias básicas. Por el contrario, bares y restaurante continuarán cerrados, hasta el 20 de enero, si se ha conseguido limitar y hacer retroceder la propagación del virus.
A partir del sábado, igualmente, los desplazamientos individuales podrán prolongarse durante tres horas, en un “perímetro” de veinte kilómetros. Seguirá exigiéndose una atestación con los datos básicos. Iglesias y lugares de culto podrán abrir sus puertas, de nuevo.
Segunda fase. A partir del 15 de diciembre que viene, cines, teatros, museos y centros culturales podrán volver a funcionar, respetando protocolos sanitarios básicos.
Si el segundo confinamiento terminará parcialmente, a partir del 15 de diciembre, volverá a decretarse el toque de queda, a partir de esa misma fecha, entre las 9 de la noche y las 7 de la mañana del día siguiente. El toque de queda será revisado cada quince días.
Durante la Navidad, entre el 24 y el 31 de diciembre, podrá circularse libremente. Pero quedan totalmente prohibidas las reuniones públicas, “castigadas con severidad”. No está previsto limitar las reuniones familiares. Pero se pedirá “una gran responsabilidad, para evitar por todos los medios una tercera ola de la pandemia”.
La tercera fase de “salida” del confinamiento comenzará el 20 de enero próximo. Si se confirma la evolución positiva de la crisis sanitaria, bares y restaurantes podrá comenzar a abrir, solo entonces.
Esbozadas de ese modo, las grandes líneas de las tres etapas de la lucha sanitaria, nacional, contra la pandemia, Emmanuel Macron abordó otras dimensiones de la crisis, comenzando por la solidaridad nacional.
Restaurantes, bares, salas de deporte, discotecas y el resto de los establecimiento que deberán permanecer cerrados, hasta el 20 de enero, recibirán ayudas excepcionales: sea cual sea su talla empresarial, recibirán una ayuda equivalente al 20 % de su cifra de negocios del 2019.
El ministerio de Economía está preparando un nuevo “paquete” de ayudas dirigidas a jóvenes, parados y trabajadores precarios, que serán presentadas los próximos días.
Se trata de medidas de solidaridad nacional, básicas, cuando el jefe del Estado teme una agravación de la crisis económica y social: más paro, más cierre de empresas, crecimiento económico modesto, agravación de la deuda. Sin entrar en el detalle de esos indicadores de la agravación, Macron es muy consciente de tales cuestiones, esenciales.
A caballo entre la solidaridad nacional y la política sanitaria, el presidente de la República no deseó avanzar otras fechas concretas, precisando estos principios básicos: Francia respetará los calendarios previstos por la UE en materia de vacunación, pero la vacuna no será obligatoria y comenzará a poder distribuirse a finales de año, entre personas frágiles y mayores.
Emmanuel Macron terminó su alocución en términos de la más extrema prudencia: “Todavía hay muchas incertidumbres. Debemos ser muy humildes y prudentes. Pero estoy convencido que saldremos de la crisis, solidarios y conscientes de nuestras responsabilidades cívicas”.
Francia en tiempos del confinamiento.
Le Monde, 25 noviembre 2020, Le calendrier de sortie du confinement.
Jose says
Estamos descubriendo el estoicismo esperemos no llegar al cinismo social. Apenas se habla de joyerías boutiques bancos …hemos descubierto las necesidades básicas y nos privamos de esas que implican encuentros afectos besos abrazos…animales fríos con comida bebida abrigo…más o menos asegurado. Unas civilizaciones auto controladas donde a los individualistas egoístas se les pide control no sea que todo se estropee. La polis corre peligro y fuera solo hay autopistas autovías carreteras caminos que no llevan a ninguna parte. Macron y los franceses lo saben. Esperemos que el invierno no sea muy frío y que no falte la comida.
JP Quiñonero says
Jose,
Bueno… yo diría, más bien, que Macron y los franceses hacen lo que Dios les da a entender. Dios está ocupadísimo, con los líos en curso. Con lo cual, una miqueta de paciencia & prudencia quizá sean indispensable para intentar ir tirando, mal que bien, cada cual, como cada cual puede, que la cosa está como está…
Palanteeeee ..
Q.-
Fina says
Sí, Josep,
Esperemos que el invierno no sea muy frío, lo resistamos con estoicismo y que no nos falte el techo, el pan, el vino junto con un poco de «calor humano» (expresión que utiliza con frecuencia el sabio Don Ricardo Lanza).