Atlantic City (1980), Burt Lancaster, Susan Sarandon.
Louis Malle es uno de los muy grandes y raros creadores malquerido en su patria.
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El nuevo libro de Enric Alberich, Louis Malle (Ediciones Cátedra), nos ayuda a revisar el puesto del director francés en la historia del cine de su tiempo.
Director / realizador, productor, crítico, autor de ensayos de referencia sobre Alfred Hitchcock, Martin Scorsese, Bernardo Bertolucci, Alberich revisa, analiza y pone en perspectiva toda la obra de Louis Malle, de “Ascensor para el cadalso” (1957) a “Vania en la calle 42” (1994), dos obras maestras; y recuerda el puesto esencial que la narración visual / documental tiene en la obra de Malle.
Al final de esa minuciosa lectura, el lector, en mi caso, llega a una conclusión evidente: Malle quizá sea un director más moderno, grande y renovador que otros maestros mucho más celebrados de la Nouvelle Vague (Godard, Truffaut, Chabrol, Rhomer, etcétera). Sin duda, Godard es un ensayista y teórico único. Pero su obra estrictamente fílmica no siempre está a la altura de sus ambiciones teóricas. Truffaut no siempre está a la altura de sus primeras ambiciones. Chabrol es un maestro indispensable en la disección muy cruda de una cierta sociedad francesa. Y Rhomer tiene una “escritura” visual propia.
Dicho eso … El primer Malle y el Malle francés reescribe con límpida pureza páginas mayores de la historia política y visual de Francia. El Malle de la madurez, el Malle norteamericano, es un creador universal, muy alejado de un cierto “provincianismo” franco-parisino.
Revisadas por Enric Alberich, obras como “Ascensor para el cadalso” o “Atlantic City” crecen de manera olímpica, majestuosa. Jeanne Moreau deambulando por un París nocturno, acompañada por la trompeta de Miles Davis, posee luminosidad visionaria más pura, si cabe, que los vagabundeos igualmente parisinos de Jean-Paul Belmondo en “Al final de la escapada” de Godard. “Atlantic City” se rodó treinta años antes que “Boardwalk Empire”, la serie de Terence Winter, y ha continuado creciendo: es una obra maestra del cine ¿norteamericano?
Como cineasta francés, Malle rodó el travelling más bello y pedagógico de la historia del documental francés. Y su obra genuinamente francesa posee un vigor narrativo muy fuera de lo común.
Como cineasta ¿norteamericano? su obra “solo” se comprende plenamente desde la perspectiva de la historia de la narrativa visual estadounidense, anglosajona, mucho más sensible que la narrativa francesa al relato documental puro.
Godard decía que era imposible escribir la historia del cine posterior a los años 60 del siglo pasado. Era y es hoy mucho más difícil que nunca “seguir” una producción cinematográfica que tiene proporciones oceánicas.
Los nuevos modos de producción, distribución de series y películas, nuevas (El irlandés de Scorsese) o rescatadas (la obra póstuma de Orson Welles, montada por Peter Bogdanovich) favorecen la aparición de nuevas narrativas visuales, beneficiándose de nuevas ópticas y nuevos recursos técnicos. Desde esa perspectiva, la sabiduría y gran arte narrativo de Louis Malle, revisado gracias a Enric Alberich, continúa creciendo y enriqueciéndonos.
Place de la République, cuando llega la primavera… Homenaje a Louis Malle.
John Donne, Louis Malle, Jeanne Moreau, Miles Davis… y las tragedias de París.
Cine.
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