
Rue des Canettes, 13 enero 2021. Foto JPQ.
La movilización permanente, el incremento de los controles forzosos, los estallidos de violencia callejera, las manifestaciones de protesta semanales y la nueva política de seguridad, más dura durante toque de queda, han atizado una ola de angustias, tensiones, malestar y suicidios entre todas las fuerzas de seguridad del Estado, policía, gendarmería, ejército.
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La policía ya era el segundo sector social más afectado por los suicidios, después de los agricultores. Doce meses de crisis sanitaria, con muchos flecos de seguridad e inseguridad, han creado nuevas tensiones íntimas y corporativas.
Antoine ** (38 años), policía todo terreno en una comisaría del norte de París, resume de este modo el “malestar” que preocupa a sus colegas: “En la familia, son frecuentes las “bromas” sobre los garrotazos que damos a moros y negros. Cada semana, desde hace un tiempo, tenemos que soportar las manifestaciones de protesta contra la nueva Ley de seguridad global. Y, entre los policías de base, sentimos un cierto abandono por parte de la jerarquía y los políticos”.
Durante las primeras cuatro semanas de este año se han suicidado cuatro policías. Un suicidio por semana. El día 1 de febrero, un policía de 32 años, que trabajaba en un distrito parisino muy multicultural, el XVIII, se suicidó en su domicilio familiar, en Maissons-Laffitte (en el departamento de Yvelines, al oeste de París), pegándose un tiro con su arma de servicio.
La crisis de los suicidios se ha “extendido” a la Gendarmería. El mismo viernes 8 de enero pasado, una suboficial de 53 años y un sargento de 56 años se suicidaron en Lyon y Toulouse, dos grandes ciudades de provincias.
En el ejército de tierra, responsable de la seguridad anti terrorista en París y otras ciudades, con patrullas permanentes en los alrededores de iglesias importantes, grandes monumentos y edificios oficiales, el “malestar” tiene otros rostros.
Con el nuevo toque de queda, desde el 16 de enero pasado, unidades armadas patrullan noche y día. Y la jerarquía ha constatado un “cierto relajo de la disciplina”, “nerviosismo y cansancio creciente”.
El mes de diciembre pasado, la muerte de Jallal Hami, francés de origen argelino, en la muy oficial Escuela Militar de Saint-Cyr, donde se ha formado históricamente la élite militar francés, provocó una crisis significativa. El soldado fue víctima de un acoso de carácter aparentemente racista, que terminó en un drama que la jerarquía ha preferido enterrar sin comentarios.
Gilles ** (33 años), joven oficial que lleva varios meses dirigiendo operaciones de muy diversa índole, en París, y la región parisina, comenta el “malestar” de la tropa de este modo: “El gobierno comenzó movilizándolos para prestar ayuda a los hospitales. Nos pareció un honor. Pero pronto nos sentimos incómodos, sin saber concretamente cuál era nuestro puesto. Cuando se trabajan doce horas al días, ronda tras ronda, por las calles de París, muchos soldados terminan cansados. La jerarquía pasa revista y todos decimos que todo va bien. Pero todos sabemos que la crisis va por dentro. Y la disciplina se relaja y puede relajarse, consecuencia de un cansancio que termina siendo angustioso”. ABC, Malestar, tensiones y suicidios en las fuerzas del orden de Francia.
Hombres armados, soldados, gendarmes, policías, antes, durante y después del toque de queda.
Campos Elíseos / Étoile, la Navidad y Fin de año del coronavirus, Covid-19.
El Louvre, pareja con niño, amenaza terrorista … el Año nuevo del coronavirus.
Francia entra en una fase de tensiones inflamables … la rentrée del coronavirus.
París… muchos controles policiales, antes y durante el toque de queda.
EE. UU., Europa, Francia, España… incertidumbre armada.
Quiño te tenemos que agradecer que trates temas que muy pocos se atreven a tratar. Los suicidas los sin techo los migrantes los presos los parados…cada vez más. Las élites se desentienden y preparan los botes salvavidas para abandonar el barco. Los mismos o parecidos problemas aparecen como hongos por todas partes. Con tu cámara captas problemas concretos e individuales pero la estadística sociológica los empieza a ver cómo generales. La anomia se ceba con las instituciones del estado francés . El campo las armas los trabajos la burocracia…entran en crisis sin saber dónde buscar las soluciones para salir de tal marasmo. No hay palacios de invierno solo grandes plataformas con ejércitos serviles humillados domesticados presionados para satisfacer una economía financiera no real pura abstracción para satisfacer necesidades reales de individuos reales. Un zoo donde algunos no aguantan vivir en jaulas aunque se viva el doble por eso se salen por sí mismos del sistema . Las aves del paraíso dejan de cantar y mueren de pena en medio de la abundancia y el estrés. Aun pocos pero pueden ser muchos. Suicidas silenciosos y suicidas kamikazes.
Jose,
Ah, qué ilusión … suicidas, sin techo, parados, emigrantes… efectivamente… ay …
Bueno …
Quizá la «falta de visibilidad» sea uno de los problemas de fondo … los periódicos están llenos de imágenes que ocultan la realidad, pintándola de colorines …
En fin, menudo problemón.
Palanteeeeee
Q.-