Boulevard Saint-Michel, 19 junio 2013. Foto JPQ.
Tengo a la mano, siempre, una edición de Desolada grandeza (1976, 1986, 2020), el famoso libro de ensayos de José María Álvarez.
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Cuando la irritación arrecia contra las tormentas de naderías desalmadas que siembran de basura la tierra baldía de la kultureta, sus palabras sobre Jacques Vaché, Borges, Rimbaud, el Marqués de Sade, Stevenson, Melville, Marilyn, Garbo, Stendhal, Stendhal, etcétera… me ayudan a ir tirando.
La diaria lectura de una página de un autor clásico se me antoja una manera digna de resistir contra el irrespirable aire de mal gusto que nos acosa.
Y la obra toda de José María pudiera entenderse como una empecinada lucha contra el proceso en curso de desertización endemoniada de la vida pública.
El crepúsculo, el martini, José María Álvarez.
La crisis, vista por José María Álvarez.
Retrato improvisado de José María Álvarez.
Fina says
Quiño,
Me parece muy buena costumbre la de leer alguna página de los autores clásicos a diario, también escuchar música clásica…
Son algunas de «esas cosa imprescindibles» que nos ayudan a ir tirando palanteee…!!!
Disculpa mi ignorancia, no conocía a José María Álvarez. Entré en su blog, busqué más información, y quedé impresionada por alguno de sus poemas en los que ensalza con entusiasmo la belleza y la mujer.
Me encanta la fotografía que le hiciste con esa mirada limpia, azul, segura, inteligente…
Gracias!!!
JP Quiñonero says
Fina,
También yo te agradezco recordar lo sano que es escuchar música clásica … ante el lío «contemporáneo» y el lío nuestro de cada día, esa disciplina, tan agradable, creo que ayuda a «amueblar el coco», como se decía en otro tiempo, creo que con cierta justicia,
Q.-