Catedral de Saint-Denis, donde están enterrados los reyes de Francia, 9 septiembre 2020. Foto JPQ.
Doce meses de pandemia han incrementado de manera inquietante el número de franceses musulmanes que consideran su Ley (musulmana) superior a las leyes del Estado, la República, agravando el cáncer, la gangrena del “secesionismo” islamista.
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Así culmina un siglo de fallidos intentos de integración, con frecuencia convulsiva.
El 2016, un 47 % de los 5 a 7 millones de franceses de confesión musulmana consideraban que la sharia, “el cuerpo de doctrina islámica”, “el código que rige las normas de vida, modos de culto y reglas morales de los musulmanes”, es “superior” a las leyes y la matriz institucional y jurídica del Estado.
El 2020, el 61 % de los musulmanes franceses estimaban que “el islam es la sola y única religión verdadera”. Y un 74 % de los franceses musulmanes de menos de 25 años estimaban que la Ley musulmana es superior a las leyes de la República. La frecuentación de las mezquitas se ha duplicado en apenas diez años, pasando del 23 % (2011) al 40 % (2019), entre los jóvenes de 18 a 24 años.
A finales de 2019 y principios del 2020, Emmanuel Macron comenzó a denunciar las amenazas del “separatismo religioso, cultural”. Esa terminología “clínica” todavía no nombraba abiertamente al islam, hasta que los atentados islamistas del otoño pasado transformaron oficialmente el “separatismo religioso” en “gangrena islamista, amenazante para la República, el Estado”.
Gérald Darmanin, ministro del Interior, defiende ante la Asamblea Nacional (AN) un proyecto de Ley destinado a defender los principios de la República, y explica el crecimiento de la amenaza / gangrena islamista, durante la pandemia de este modo: “Muchos barrios de la “banlieue” / suburbios llevan años contagiándose de la barbarie islamista. Se cometieron muchos errores urbanísticos y de “repoblación”, con muchos pisos sociales. La inmigración continuó llegando a los mismos barrios, creando inmensos problemas de todo tipo. Presentándose como defensores de la solidaridad y el humanismo, los islamistas han tomado el poder en muchos territorios conquistados por el islamismo. En muchos suburbios de Francia es hoy posible vivir, al 100 %, desde el nacimiento hasta la muerte, según las normas islámicas, recibiendo educación, contrayendo matrimonio, incluso recibiendo cuidados médicos, según las normas que imponen los islamistas. La Ley que deberán aprobar la Asamblea Nacional y el Senado tiene por objetivo combatir esa gangrena que ha crecido de manera inquietante”.
El proyecto de Ley destinado a defender los principios de la República ha sido concebido para combatir el “entrismo” islamista en todos los terrenos de la vida social. Pero no convence a muchos especialistas.
Céline Pina, ensayista, se manifiesta muy escéptica e inquieta: “El islam de Francia no consigue contener la hegemonía islamista. El 2000 ya se firmó una carta semejante a la que las organizaciones musulmanas han vuelto a firmar, en el Elíseo, con Emmanuel Macron. Pronto se convirtió en letra muerta. La jerarquía musulmana se oponía a una cuestión capital: la libertad de cambiar o abandonar la religión. Era una manera de limitar la libertad de conciencia, limitando la libertad individual, impuesta por las leyes de un clan religioso”.
Iannis Poder, profesor de historia, publicó hace años un estudio premonitorio que se llamaba “Los territorios perdidos de la República” y percibe con mucha inquietud la agravación de todas las crisis de Francia: “Hace veinte años que algunos predicamos en el vacío. Hoy, nadie quiere ver la realidad inquietante de muchos profesores que prefieren callarse antes que correr el riesgo de ser denunciados por algunos alumnos. Muchos pretenden que se trata de un problema social. Creo que es un error. No creo que la cuestión social sea un factor primordial de radicalización. Muchas organizaciones salafistas, como los Hermanos musulmanes, se han aprovechado de la ausencia de servicios públicos para fabricar resentimientos. Estoy persuadido que la cuestión religiosa es cuestión ideológica esencial, utilizada por los islamistas para infiltrar las clases medias y populares”.
Bernard Rougier, profesor universitario, autor de un estudio sociológico titulado “Los territorios conquistados por el islamismo”, analizó el proceso durante un largo quinquenio, contando con la colaboración de muchos de estudiantes, que frecuentaron la “banlieue” / suburbios para intentar comprender los mecanismos de la “ocupación” islamista, llegando a esta conclusión: “Los islamistas utilizan una lógica y mecanismos militantes muy eficaces, multiplicando sus puntos de acción en todos los terrenos de la vida social, los terrenos de deporte, las mezquitas, los restaurantes, las librerías, las escuelas. Comienzan por preconizar sus principios religiosos (modo de vestir y alimentarse), en nombre de lo “sagrado”. Su dominio de los suburbios quizá no sea siempre completo, pero nadie se atreve a desafiarlos. El miedo a los islamistas ha crecido con los años. De alguna manera, el islamismo es una máquina de destrucción contra Francia”. ABC, 8 febrero 2020, El secesionismo islamista carcome Francia 1 El secesionismo islamista carcome Francia 2.
En la nueva Francia multicultural, el islamismo es un monstruo de mil y una cabezas.
El “secesionismo” islamista carcome a Francia.
Francia comienza a debatir el proyecto de ley para frenar el islamismo y los ataques terroristas.
Jose says
Sólo un estado fuerte y racional puede hacer frente a los problemas que vienen de fuera pero están dentro. Las teo cracias y otras patologias se extienden en los lugares que se desentienden los estados . Pueden ser barrios pueblos e incluso puede que lleguen a algunas ciudades e incluso naciones. Las revoluciones laicas democráticas se reprimen por defender principios de los que se aprovechan aquellos con los que no comulgan y quieren destruir. Los modos de vida individuales van cayendo poco a poco en manos de grupos fanáticos de diferente tipos y el estado de desentiende incluso para aquello que apareció la defensa de sus ciudadanos con sus derechos y deberes. Hoy puede que parte de la población acabe en manos extrañas ajenas a la propia nación y en la servidumbre pierdan su condición de ciudadanos. Todo envejece pero creo que hemos llegado a la cutre cracia democrática occidental.
JP Quiñonero says
Jose,
Pues vaya usted a saber…
…
Hace unos años, pensaba que la pornografía e internet «acabarían» con el fanatismo islámico… han pasado los años y… los jóvenes franceses musulmanes son hoy muuuucho más «tradicionalistas» que sus padres y abuelos… van más a las mezquitas y le dan más importancia a sus preceptos religiosos, estimando que son muy superiores a las leyes del Estado, la República … el Estado se ha gastado decenas de miles de millones de euros en intentar favorecer la integración, con un resultado muy modesto…
Q.-