Rue Solferino, 26 junio 2017. Foto JPQ.
Rue Solferino, número 10: antiguo palacio aristocrático de un diplomático que fue secretario de embajada en Madrid, sede del PS de los años triunfantes (1981 – 2017), vendido para pagar las primeras deudas del inicio del hundimiento político…
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Tres años más tarde…
El socialismo francés vegeta en un limbo político sonámbulo: sin programa político conocido, sin líderes relevantes, cuando la crisis financiera del Partido Socialista (PS) se ha transformado en una bomba de relojería instalada en un campo de ruinas.
Las deudas financieras, descubiertos bancarios, gastos “insostenibles”, hipotecan el futuro del PS, por una razón simple y brutal: el partido no tiene, al día de hoy, los ingresos económicos mínimos para poder pagar los gastos de un candidato propio a la próxima elección presidencial.
Se trata de una catástrofe histórica y sin precedentes en la historia del socialismo francés.
El 2012, el año de la victoria presidencial de François Hollande, el PS tenía 300 parlamentarios, contaba con 24 millones de euros de subvenciones anuales, y 80.000 militantes cotizaban como miembros del partido.
Desde el 2017, el año de su hundimiento político, en las elecciones presidenciales y legislativas, el PS tiene una treintena de diputados, 5,9 millones de subvenciones oficiales, 30.000 militantes oficiales, muchos de los cuales no pagan sus cotizaciones, y un rosario de deudas e hipotecas que Olivier Faure, primer secretario del partido, califica de “monstruosas”, sin atreverse a dar una cifra exacta.
El 2007, la dirección del PS vendió la antigua sede social del partido, por un montante de 45,5 millones de euros. “¿Dónde han ido a parar esos millones?” se preguntan muchos militantes, cuándo la dirección socialista anuncia el despido laboral de una veintena de “permanentes”.
Según la dirección del PS, los 45,5 millones cobrados hace cuatro años cortos han “desaparecido” de este modo: la deuda hipotecaria con la que se financió la campaña presidencial del 2017 costó 20 millones; un primer plan destinado a “salvar el empleo” de los permanentes costó 4,9 millones; el descubierto bancario creció hasta los 6,3 millones; el traslado a una nueva sede, en la periferia, costó otros 9 millones …
La dirección del PS no desea comunicar el montante exacto de las deudas y descubiertos bancarios. Según el semanario “Le Point”, tradicionalmente bien informado, el PS tendría un deuda y descubiertos que ascenderían a unos 17 o 18 millones de euros. Con unos ingresos oficiales de 5 o 6 millones de euros, anuales, el socialismo francés se encuentra en un estado de bancarrota, sin recursos conocidos, por ahora, para financiar una campaña electoral propia.
A esa catástrofe financiera, hipotecando su futuro administrativo, es necesario añadir una catástrofe política.
A cinco meses de las próximas elecciones regionales, a catorce meses de la primera vuelta de las próximas elecciones presidenciales, el PS no tiene programa político conocido ni candidatos que se coticen como rivales creíbles contra Emmanuel Macron, presidente, y Marine Le Pen, presidenta de Agrupación Nacional (AN, extrema derecha), las dos personalidades presidenciables que siguen dominando el paisaje político nacional.
Los únicos aspirantes conocidos a liderar el socialismo francés tienen menos intenciones de voto que Marine Le Pen, presidenta de Agrupación Nacional (AN, extrema derecha).
Según los últimos sondeos, Anne Hidalgo, alcaldesa de París, socialista histórica, tiene hoy un 8 % de intenciones de voto en la primera vuelta de las próximas elecciones presidenciales, cuando Marine Le Pen tiene 25 y Emmanuel Macron tiene 24.
Arnaud de Montebourg, ex ministro de economía, tiene hoy un 4 % de intenciones de voto: 21 puntos menos que la candidata de la extrema derecha.
Hidalgo y Montebourg son los más populares, si no los únicos candidatos socialistas conocidos. Y solo son aspirantes a la candidatura del PS. Sin garantías. El PS todavía no ha decidido quién, cómo ni cuándo podrá ser su candidato a la próxima elección presidencial.
Hundimiento del socialismo, en Francia.
Tras el hundimiento político, bancarrota económica del Partido Socialista francés.
Benoît Hamon… Suicidio y descomposición del socialismo francés.
Jose says
Los partidos socialistas o mejor social liberales desaparecen pero también los demás. Cómo administrar ruinas políticas . El panorama político actual con un social darwinismo actualizado y modernizado podría hacer su función. El padre del social darwinismo también lo fue del neoliberalismo . Hoy doscientos años después hemos vuelto a principios del XIX con la pequeña diferencia que los estados mínimos son sustituidos por grandes corporaciones sin necesidad de ideologías ni religiones mejor con una tecnología de control modernizada . La inercia nos hace creer que estamos en estados dirigidos por partidos. Lo que hay o se avecina nadie lo vislumbra. Todos eso sí sometidos a un miedo de un futuro imprevisible creador de ansiedad depresión y una mente alterada del arquitecto y sus trabajadores. Las grandes corporaciones se quedan con las tierras y las masas humanas se amontonan en torres de Babel en la Nueva Babilonia. Y un pequeño paraíso para los elegidos que buscan nuevos espacios por la galaxia en sus cajas voladoras de acero. Ciencia ficción para la política ficción.
JP Quiñonero says
Jose,
Bueno, bueno …
Mientras tanto, el PSOE es el PSOE … y sigue gobernando, acompañado de otros partidos que lo apoyan … gusten o no gusten, ellos, y los partidos que están en la oposición, pueden ser buenos, malo, peores o mejores, pero, bueno, es lo que hay … y son ellos, sus políticas, que salen bien, mal o peor… para gozo o desdicha de sus votantes y no votantes, claro…
Q.-
Fina says
Sí, Josep,
Me pregunto por qué tanto afán de gobernar, de poder… y también si existe algún político honrado que realmente intente mejorar a su país.
En verdad vivimos sometidos al miedo y a una tecnología de control modernizada, como bien dices… y pocos serán los elegidos que consigan volar hacia otras galaxias…
Y de nuevo, volver a empezar el ciclo…