Boulevard Saint-Michel, 22 marzo 2021. Foto JPQ.
Librería legendaria, Boulinier se encontraba en esa esquina desde 1938.
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Librería de viejo que tuvo como vecino, durante muchas décadas, al no menos legendario Café Cluny, inmortalizado por Galdós como centro de reunión de desterrados y revolucionarios españoles. Durante muchos años, Carlos Semprún Maura y yo nos dábamos cita en ese café para conspirar contra casi todo.
Durante el primer confinamiento, la entrada de Boulinier, cerrada y amenazada, sirvió de cobijo a hombres y mujeres SDF / Sin techo, muertos de hambre, frío y soledad.
Consumado el cierre definitivo, hace meses, los propietarios reinician la renovación que culminará con la sustitución de una histórica librería por una cadena de … ¿comida rápida? ¿ropa baratona y casual…? Vaya usted a saber.
La operación comercial / inmobiliaria se cubre con ese mural, llamado a desaparecer cuando terminen las obras en curso.
Le Figaro, La fermeture de la librairie Boulinier déclenche une vague d’émotion et d’indignation à Paris.
“Nos cruzamos en Boulinier, merodeando entre libros de 0,50 a 2 euros…” → Retrato improvisado de José María Álvarez.
El asesinato de París, en Saint-Michel: cierre de las librerías Gibert.
París en tiempos del coronavirus … Señora SDF cuando llega la primavera 2.
Dos amigas, a la puerta de un difunto café inmortalizado por Galdós.
Chica descubriendo el misterio de la lectura callejera.
Libros viejos y lencería sexy en el París pop, en Saint-Michel.
Al final (y no me refiero a esos últimos tiempos en que los catastrofistas destacan la llegada del Anticristo que viene a imponer su marca, en este caso la llamada vacuna… dicen) los «divergentes» hombres libres van (a vamos) a ser los «hombres libro», aquellos que, pacientemente y armados de férrea voluntad, van a aprender, letra tras letra, las obras grandes de la literatura universal (a la mente me acuden ahora mismo, Proust, Joyce, Kafka, Músil, Faulkner) a fin de preservarlas y, como en los tiempos de la reina Su Bad y de Hammurabi, los momentos de Homero, las épocas de los druidas y la trova, las declamen en voz viva y estentórea ante las pocas gentes que escuchan el latido de las letras del pasado, lo que legan los antecesores nuestros; permanezca así, a modo de grandioso romance de ciego, el espíritu de las artes, la obra mejor de la humanidad. Porque no quiero réquiem lastimoso por la muerte de las librerías; es mi deseo que continúe la propagación de la palabra, estimado.
Ricardo,
Un poco pesimista te leo …
Las librerías … muchas cierran y mueren … otros, no …
Los libros … siguen estando ahí … tampoco los veo agonizar … quizá también son víctima del excesos de productos presentados como «libros» y son, en verdad, nuevas formas de basura …
La escritura … tus comentarios son la prueba de su buena salud…
Venga, ánimoooooooooo
Q.-
Don Ricardo Lanza,
Qué gran placer sentir en su Logos «el espíritu de las artes» y escuchar «el latido de las letras del pasado»…!!!
Que se preserve y propague la palabra!!!
¡Muchas gracias!