Entre 1907 y 1914, Marcel Proust se hospedó con frecuencia en el Grand Hôtel de Cabourg, inmortalizado en la Recherche de este modo:
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“Parmi les chambres dont j’évoquais le plus souvent l’image dans mes nuits d’insomnie, aucune ne ressemblait moins aux chambres de Combray, saupoudrées d’une atmosphère grenue, pollinisée, comestible et dévote, que celle du Grand-Hôtel de la Plage, à Balbec, dont les murs passés au ripolin contenaient, comme les parois polies d’une piscine où l’eau bleuit, un air pur, azuré et salin…” → Du Côté de Chez Swann, Parmi les chambres dont j’évoquais le plus souvent l’image.
El Grand-Hôtel dejó de ser lo que fué hace mucho tiempo. Queda la leyenda.
La alcaldía de Cabourg organiza, desde hace unos años, un “festival del cine romántico”, con el fin de intentar animar la temporada turística, que debiera comenzar estos días.
Le Figaro ha tenido la ocurrencia de imaginar el look del nuevo veraneante que pudiera frecuentar ese festival, en Cabourg, “el balneario preferida de Proust”:
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Le Figaro Magazine, 11 junio 2021.
Proust y las vacaciones, el veraneo, en aquella Normandía…
Monísimo.
Carole,
Sencillito pero mono, ay,
Q.-
¡Ay, Quiño!
Cómo me gustan estas historias y escenarios que nos cuentas…!!!
Gracias!!!
Ya os echaba de menos, pero primero es la obligación y luego la devoción, o eso me enseñaron, aunque a estas alturas ya no estoy tan segura de que sea así… 🙂
Buenas noches a todos/as.
Qué ilusión, Fina…
Con frecuencia, temo ser una miqueta tostón. Pero, bueno, cada tema con su loco.
Ala, a cumplir…
Q.-