EM, Montpellier, 13 2019. Foto Pascal Guyot, AFP / Le Monde, Assassinat de Samuel Paty : pour Edgar Morin, “le plus dangereux est que deux France se dissocient et s’opposent”.
Edgar Nahoum (París, 1921), más conocido como Edgar Morin, sociólogo, filósofo, etnólogo, memorialista, cineasta, entre otras muchas actividades culturales, cumplirá cien años el próximo 8 de julio: primicia histórica, la de un intelectual muy influyente, que ha “sobrevivido” con éxito a ochenta años de modas filosóficas y literarias parisinas.
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Hijo de una familia de judíos originarios de Salónica y ascendencia italiana, Morin creció en el seno de una familia de comerciantes de barrio, educado con mucha libertad de pensamiento, alérgica a los sucesivos “dogmas” que se sucedieron, devorándose los unos a los otros, en los cenáculos intelectuales parisinos.
Durante la guerra de España, cuando una parte significativa de los escritores franceses coqueteaban con el comunismo, el jovencísimo Morin se obstinó en defender posiciones libertarias.
Durante los años 40 y 50 del siglo pasado, cuando la gran moda parisina de la época fue el existencialismo que encarnaban de manera enfrentada Jean-Paul Sartre y Albert Camus, Morin estuvo al margen de la gran corriente mayoritaria, publicando sus primeros trabajos sobre Alemania y el cine. George Steiner dijo, en su día, que el existencialismo francés era algo así como una “nota a pie de página” del existencialismo alemán. Morin comenzaba a construir una obra de más de un centenar de títulos.
Durante la gran crisis del verano de 1968, Morin publicó su primer estudio de etnología y sociología de un pequeño pueblo francés (Plodément), contando el principio de la desaparición del mundo rural. Continuó trabajando en una sociología que integrase la vida del espíritu y la cultura, analizando por lo menudo la gran crisis universa de la juventud de la época, desde un observatorio excepcional: la California de aquellos años.
Cuando comenzó a propagarse la gran moda parisina del pensamiento estructuralista, durante los años 70 del siglo pasado, Morin ya estaba de vuelta, y publicó varias de sus grandes series de volúmenes, entre la sociología, la antropología y una “ecología del pensamiento”. Los tres volúmenes de “L’unité de l’homme” (1974) y los seis volúmenes de “La Méthode” (1977 – 2004), son una síntesis única en su género, donde se confunden varias disciplinas y se inicia una reflexión entre el humanismo y la ecología por venir.
Cuando la moda parisina fueron los “nuevos filósofos”, a finales de los 70 y primeros de los 80, con su “descubrimiento” (tardío) del carácter totalitario de la antigua URSS, Morin iba mucho más lejos, desde muchos frentes: análisis por lo menudo del comunismo soviético, necesidad de pensar Europa, fundamentos de una nueva sociología.
Cuando las modas parisinas comenzaron a decaer, dejándose arrastrar por una cierta tentación por la insignificancia, defendiendo causas un poco absurdas, Edgar Morin “recentró” todos los debates esenciales. Cuando Michel Foucault defendía la modernidad (¡¡!!!) Del ayatolá Jomeini, en Irán, en primera página del vespertino Le Monde (1979), Morin ya estaba explorando territorios y continentes intelectuales por roturar: las políticas de civilización de alcance planetario, la relación entre las “patrias” y la civilización universal, la urgencia de un pensamiento que integre el humanismo clásico y los nuevos desafíos tecnológicos y ecológicos.
Cuando las modas parisinas de finales del siglo XX y principios del siglo XXI entraron en una fase de bizantinismo rayano en la insignificancia internacional, perdidas en incontables batallas puramente locales, el pensamiento de Edgar Morin siguió creciendo, con la publicación de una treintena de libros, donde se abordan con rigor y amenidad grandes debates continentales, indispensables para la civilización europea: las relaciones entre la barbarie y la cultura europeas, la emergencia de una Francia multicultural, la descomposición y metamorfosis de la vieja y la nueva Europa, la emergencia de un pensamiento global…
Al cumplir los cien años, Edgar Morin es, al mismo tiempo, un sabio y un patriarca del pensamiento francés y europeo, en el sentido clásico de esos términos, y un iconoclasta. Nunca ha estado “integrado” en las corrientes de las sucesivas y difuntas modas parisinas. Siempre ha defendido causas que parecían “peregrinas”, en su día (como la ecología), y han terminado imponiéndose, con éxito. La Unesco le rendirá un homenaje el próximo día 2 de julio. ABC, Edgar Morin, patriarca del pensamiento francés y europeo, cumple cien años.
“Quedan los libertarios… Castoriadis, Claude Lefort, Edgar Morin…” → Mayo del 68 y las adolescentes en flor.
Irene says
Una vez más, gracias. Un enfoque d’Edgar Morin único, respecto de cómo será presentado en los medios de aquí. Subrayo además que te adelantas a todos. Bravo.
JP Quiñonero says
Irene,
Te agradezco un Montonazo tan amistosas y generosas palabras, ahhhhh, qué biennnn
Q.-
Jose says
Cien años para ver muchas
cosas y conocer a todo tipo de personajes. Escribir y leer mucho. Todo pensador como hijo de su época intenta plasmarla en el espacio intelectual pues la flecha del tiempo continúa sin que nadie la pare o la haga cambiar de rumbo . Los instrumentos que nos rodean crecen en complejidad mientras el pensamiento único sé simplifica. El pensamiento complejo acaba engullido por un espectáculo permanente de novedades que inundan todos los aspectos de la vida humana. Los siglos XX y XXI son los que construyen una envoltura científico técnica del planeta y del ser humano. El vértigo frente al abismo que se abre es parte del pensamiento de nuestra epoca. Morin no deja de ser un pensador alumno de macrorrelatos que han servido y sirven para crear macropotencias industrializadas y militarizadas por todo el planeta . Los sabios acaban mutados en ingenieros. Las verdades antiguas continúan siendo cubiertas por nuevas fundas. Un siglo que lo cambio todo.
El liberalismo y el comunismo fueron y son las ideologías que sirven y sirvieron para acabar de industrializar el mundo. Morin fue del partido comunista y después como muchos anarco liberal.
JP Quiñonero says
Jose,
Dicho de otro modo, «que nos quiten lo bailao…».
Genio y figura. Palanteeeeee
Q.-