Retrato imaginario del Marqués de Sade, obra de Man Ray, publicada originalmente en Les Mains libres (1937), obra escrita / realizada con Paul Éluard.
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En una entrevista con Pierre Bourgeade, Man Ray contó su descubrimiento de Sade de este modo:
“Ahhh … mais, très simplement. Mon premier studio était rue Campagne-Première, à Montparnasse, et dans la même maison habitait Maurice Heine, qui était le grand spécialiste de Sade. C’est lui qui a retrouvé le manuscrit Les Cent Vingt Journées de Sodome, c’est un manuscrit qu’il a rapporté d’Allemagne. Il a passé dix ans à l’annoter pour en faire une édition définitive, merveilleuse édition, et il venait chez moi avec le manuscrit qui était un rouleau de quinze mètres ! un rouleau de papier hygiénique écrit sur les deux côtés, d’une écriture minuscule…”.
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El ministerio de Cultura ha anunciado la compra del legendario manuscrito original de “Las ciento veinte jornadas de Sodoma” (1785), una de las novelas más famosas de Donatien Alphonse François de Sade (1740 – 1814), “estimando que se trata de un monumento nacional, texto capital de la crítica y la imaginación, sulfuroso finalmente clásico”.
Se trata de la “canonización” de Estado del Marqués de Sade, que los surrealistas desenterraron del “panteón” de los escritores más perseguidos de todos los tiempos, consagrándolo como “subversivo y anarquista” para sufrir, durante los últimos cien años, defensas y ataques apasionados.
Aristócrata libertino, erotómano, novelista, poeta, filósofo, militante de un ateísmo radical, el Marqués de Sade escribió “Las ciento veinte jornadas de Sodoma” en la cárcel parisina de la Bastilla, en 33 hojas que él o alguien próximo pegó para formar un rollo de más de doce metros de largo.
Ese manuscrito desapareció durante la histórica toma de la prisión de la Bastilla (1789), cuando comenzó la gran Revolución que puso fin al Antiguo Régimen. En paradero desconocido, durante todo el siglo XIX, el manuscrito de Sade fue comprado el 1904 por un psiquiatra alemán, Iwan Bloch, que fue su primer y poco afortunado editor.
En 1929, Charles y Marie-Laure de Noailles, aristócratas, mecenas famosos, hicieron posible la compra y edición canónica de “Las ciento veinte jornadas de Sodoma”, a cargo de Maurice Heine, escritor y editor, el primero y quizá más grande de los especialistas en Sade. Marie-Laure de Noailles era una lejana descendiente de la familia del “divino marqués” y financió la realización de una película capital en la historia del cine, “La edad de oro”, de Luis Buñuel y Salvador Dalí. Gracias a ella, así mismo, Heine inició la gran reinstalación de Sade en el panteón de los hombres ilustres, más allá de las reivindicaciones surrealistas.
El manuscrito de “Las ciento veinte jornadas de Sodoma” fu robado misteriosamente a los Noailles, comenzando una laberíntica historia y tribulaciones, en el mercado negro mundial de los libros “raros”, ultra pornográficos, en muchas ocasiones. Hasta que, a primeros de este año, al filo de una subasta, el gobierno de Emmanuel Macron tomó dos decisiones capitales: considerar que el manuscrito nacional era una joya nacional; y lanzar una petición, dirigida a grandes empresas, nacionales e internacionales, con el fin de conseguir los 4,55 millones de euros necesarios para comprar el documento, cuyo destino final serán los archivos nacionales, la Biblioteca Nacional de Francia.
Durante los últimos treinta años, ese manuscrito de Sade había sido comprado y vendido a cifras mucho más altas. Pero la decisión de Estado de Emmanuel Macron puso fin a unas peripecias entre folletinescas y de la más baja condición comercial.
El manuscrito adquirido con ayudas de empresarios que han preferido guardar el anonimato, beneficiándose de ayudas y / o exenciones fiscales, será presentado y discutido el año que viene, durante un coloquio internacional destinado a “repensar” la figura y la obra de Sade en la historia de las literatura y culturas europeas.
La intervención del ministerio en la compra y orquestación de una “reflexión nacional” sobre Sade puede ser percibida como una suerte de oficiosa “canonización de Estado”, impensable en otros tiempos.
André Breton y Maurice Heine hicieron el elogio de un Sade libertino y subversivo. A finales de los años 70 del siglo pasado se publicó la gran edición de las obras completas del sulfuroso marqués, con prólogos y anotaciones de la más alta elite intelectual francesa, de Maurice Blanchot y Pierre Klossowski a Gilbert Lely y Roland Barthes. Aquella edición fue un nuevo aldabonazo intelectual. En la España de aquellos solo circularon tres ejemplares, propiedad de Luis de Pablo, Rafael Conte y un futuro corresponsal en París de ABC, que soy yo.
Sade se transformó en moda popular. Y se publicaron muchas ediciones de bolsillo de obras donde solo se cuentan historia de sadismo, violencia, crímenes y torturas sexuales. Años más tarde, algunos ensayistas, como Michel Onfray, iniciaron una inconclusa revisión, presentado a Sade como un ilustre antecesor del sadismo de Estado (Hitler, Stalin).
Andando el tiempo, Emmanuel Macron ordenó a su ministra de Cultura, la muy conservadora Roselyne Bachelot, la compra del más sulfuroso de los manuscritos de Sade, considerando que se trata de un “tesoro nacional”. ABC, Macron ‘canoniza’ al Marqués de Sade al comprar su manuscrito más importante.
Giacometti / Sade … inquietantes misterios.
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Sexo, religión, el Marqués de Sade y el periodismo.
Sade.
Jose says
Cuando a uno le toca vivir en un prostíbulo está con los que sufren y disfrutan. A veces un exceso de placer puede producir dolor o la muerte. Lo sabemos desde que tenemos cuerpos o mejor desde que nos vemos cómo animales. Al principio los más fuertes dominaban a los más débiles incluso a veces los protegían. Todo empezó a cambiar en el siglo XVIII hasta hoy. Los cuerpos se mercantilizan y se cuantifican pierden el valor y ganan en precio. Se democratizan se venden y se compran a precio de mercado. Dos tipos de individuos los que compran y los que venden el mismo cuerpo puede venderse y comprar otros. Esto ha ido avanzando hasta conseguir artefactos de tortura y muerte nunca soñados en el Antiguo Régimen y hoy al alcance de los Estados y de algunas Mafias. Todo puede comprase y venderse da igual un
manuscrito que un cuerpo. La respuesta a esta realidad que da sentido a la vida es desear que en nuestro desquicie la especie nos acompañe en este juego sádico masoquista esquizofrenico paranoico suicida narcisista…en esa locura.
JP Quiñonero says
Jose,
Qué añadir … la Valencia medieval y barroca fue uno de los grandes puertos prostibularios del Mediterráneo… qué decir de la Sevilla prostibularia documentada por Cervantes…
Lo de Sade era una cosa mucho más Atroz, negra. Me siento incapaz de entrar en ese mundo, a estas horas…
Palanteeeee …
Q.-