Caldetes, 21 julio 2021. Foto JPQ.
Como cada verano, desde hace muchos veranos, recuerdo algunos versos y poemas de Verdaguer …
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Per què escriure més versos en l’arena?
Platja del mar dels cels,
quan serà que en ta pàgina serena
los escriuré amb estels?
Caldetes, 10 de gener 1883. Vora la mar, Flors del Calvari (1895).
Mesianismo espiritual del Verbo y el Logos, para siempre invictos, sembrando tierras prometidas, por labrar y sembrar:
Verdaguer y la construcción de Cataluña y España.
Ediciones y reediciones de un clásico monumental, indispensable para comprender Cataluña y España: Univers Verdaguer: dimonis i pàtries.
Me sorprende, sin embargo, que nadie lea uno de los grandes monumentos de Verdaguer, L’Atlàntida. Poema que Falla consideraba, con razón, una obra capital, matriz literaria de su propia Atlántida.
¿Es necesario recordar que Verdaguer y Falla son sencillamente imprescindibles para intentar comprender las Cataluñas y Españas de hoy?
[La] construcción material de casas para familias y casas para pueblos enteros, es sencillamente indisociable de construcciones políticas e históricas bien reales. Que pronto entran en conflicto con otras concepciones del mundo, la historia y la cultura.
En algunos casos, y pienso en Verdaguer, la construcción de la casa íntima, la casa del alma de la persona humana, va pareja a una reflexión sobre la historia. Y es Verdaguer el primero, si no el único, que llega a preguntarse si, en verdad, España no es una suerte de Atlántida de si misma: una suerte de continente desconocido, perdido en el abismo oceánico del tiempo pasado; indisociable, para él, del tiempo mesiánico de la todavía lejana resurrección de los muertos.
Esa visión mesiánica de Verdaguer, donde se confunden lo que fuimos, lo que soñamos y no llegamos a ser, y lo que aspiramos a construir con nuestras vidas, ese anhelo de construcción de una patria material y espiritual, indisociables, fue asumida por Manuel de Falla, que intentó traducirla al lenguaje misterioso de la música, que tiene muy mala traducción política. Por el contrario, cuando otros lectores de Verdaguer, o de Josep Carner, intentan construir cosas materiales con las que dar cobijo a sus concepciones íntimas de la cultura y la morada material del ser humano, las cosas se complican y envenenan de muy mala manera… De la inexistencia de España.
Catalanes impublicables o infumables en Madrid.
Las tragedias de Cataluña y España, vistas por John H. Elliot y Quiñonero.
Gracias, Q, por estos versos, por Verdaguer, por la memoria y la evocación
Irene,
Ah, qué ilusión: ya somos dos en apreciar a Verdaguer… sospecho que es un clásico que no interesa mucho, ay…
Palanteeeee…
Q.-
Creo que Verdaguer tenía razón. Este chico educado en Vic pueblo donde hay más iglesias que bares hoy con mucha mano de obra extranjera un pueblo independentista rico. Mejor la Península Ibérica es una Atlántida sumergida y desconocida . Estos últimos doscientos años hemos ido a nuestro aire con unas casas encima de una tierra sagrada . De Verdaguer a Goma siempre han sido los mismos por toda la península en una guerra inacabada siempre en las mismas profundidades viviendo en una doble península la que no cambia y la que no dejan cambiar. Una España pagana como la describe un escritor negro americano Richard Wright amigo de Myrdal una España de los cincuenta del siglo pasado en una guerra inacabada contra el liberalismo. Hoy anomalía modelo. Una que no quiere cambiar y otra utópica que aspira a una revolución que lo cambie todo.
Jose,
Pues vaya usted a saber … Temo que Verdaguer tenga pocos lectores, hoy. Me gustaría equivocarme. Es un poeta de gran calado … en Barna y Madrid ganarían algo leyéndolo, como hizo Falla: cuestión que no interesa a nadie, claro.
Que los zurzan…
Q.-
Excelsa foto la de hoy. Me fijo primero en el camino. Amplio que me parece en su principio; luego se estrecha poco a poco. Un gran árbol, tan verde e historiado que semeja de tramoya, concentra enseguida la atención. Al final, el piso ya se entremezcla con la arena; y más al fondo va llegando la mar, que es el morir (dijo Manrique). Alumbra la luna encima, riela sobre las ondas, dota de luz a los náufragos, que quieren ver lo que hay en aquel itinerario cuyo término es el Hades, sea Valhalla u Olimpo, Paraíso o falansterio familiar; esto me ha traído tu foto, melancólico recelo, soledad de la belleza, estimado.
(Como siempre, claro está, opinando sobre el sexo de los ángeles, descuidado de los bárbaros que vienen. No los veo. No estarán)
Ricardo,
Qué gran emoción tus palabras …
…
Los bárbaros están ahí, vienen, si … pero la palabra, el Verbo, el Logos, siguen resistiendo, invictos …
Graciasssssssssss
Q.-
Estimado:
Mientras que la palabra siga siendo nuestra, no proceda de mecánico robot humanizado o sea conjunto de algoritmos que puedas extraer de cualquier ordenador, vamos…¡marchando! como dicen en algunos bares. Seguiremos conectados a los bárbaros (ya están aquí, confirmas), disponiendo (siquiera, que es ya mucho) de ese don de la palabra que aún no vemos erradicado y procuraremos cubrir de los tiranos que deseen apropiarlo. Aprovecha el agosto en que resides.
Ricardo,
Amén.
Sí … la palabra está ahí, aquí… nos acompaña, a quienes creemos en ella.
Palante.
También yo te deseo lo mejor, para ti y los tuyos.
Vamooooosss
Q.-
¡Ah!: y no quiero dejar en el olvido lo que acude ahora mismo a mi cerebro: renueva mi memoria la visión de tu fotografía. Esa mezcla cromática en que prima el paisaje y no hay figuras, esa noche en que la luz rasga y devela todo oscuro, siento que haya creado un campo que hace posible esa eviternidad que es el anhelo del creyente en cualquier credo. Permanece el retrato de la playa y el mar que la cierra y significa. Hace de ello la luna más mediodía que de noche, estimado.
Ricardo…
Graciasssssssss …
Qué ilusión, tus palabrassssss…
Q.-
Don Ricardo Lanza,
Su Don de PALABRA, su LOGOS… enamoran.
Lo sabe Ud. muy bien… 🙂
¡Oh, Quiño!
Que bellos estos versos de Verdaguer y tu horizonte bajo el cielo…
GRACIAS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Fina,
Sí… Verdaguer era un poeta enorme … sospecho que poco o nada leído, por los tiempos que corren, ay… a ver…
Q.-