¿Qué nos va a nosotros, europeos y españoles en Afganistán…?

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2009, 15 agosto:

… los riesgos de un Afganistán balcanizado entre familias de talibanes prestos a la guerra ¿santa? ¿revolucionaria? contra Occidente son algo peor que una pesadilla: un riesgo palmario.

Nadie en Washington ni Europa cree en una “victoria militar” contra unos talibanes islámicos divididos en muy distinta facciones tribales. Imposible la victoria en una guerra irregular, a nadie se le oculta, tampoco, que un Afganistán abandonado al tribalismo islámico multiplicaría los riesgos y amenazas.
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Si la arquitectura de un Estado virtual se derrumbase, tal vacío sería suplantado por unos señores de la guerra cuya economía echa sus raíces en el tráfico de drogas y cuya única política conocida es la financiación de grupúsculos terroristas islámicos.

Sostener tan volátil estado de cosas cuesta mucho dinero, sangre, sudor y lágrimas, que EE.UU. es incapaz de asegurar, en solitario, intentando asociar a una Europa muy remisa, mordiendo el polvo de la crisis… 15 agosto 2009, JPQ, Afganistán y nosotros.

Doce años más tarde, la “previsión” se cumple de manera implacable, pavorosa:

2021, 20 / 21 agosto:

The Economist, 20 / 21 agosto 2021, Biden’s debacle: What it means for Afghanistan and America.

“America has spent $2trn in Afghanistan since invading in 2001; more than 2,000 American lives have been lost, not to mention more than 117,000 Afghan ones. And yet, having taken Kabul, the Taliban control more of the country today than they did when they were last in power. They have also won the ultimate affirmation: defeating a superpower. It is not surprising that America failed to turn Afghanistan into a democracy. Nor was it unreasonable for Joe Biden, America’s president, to want to draw the conflict to a close, given the duration, scale and expense of the American deployment. But his failure to withdraw in an orderly fashion has left the Afghans abandoned. America’s intelligence was flawed and its planning rigid. Mr Biden was capricious and his concern for allies minimal. That is likely to embolden jihadists everywhere. It will also dismay America’s friends and encourage adventurism on the part of hostile governments such as Russia’s or China’s…”. Zanny Minton Beddoes, The Economist, 20 / 21 agosto 2021, Biden’s debacle: What it means for Afghanistan and America.

Las negritas son mías.

Sin duda, sucesivas administraciones norteamericanas han sido incapaces de ofrecer alguna vía de “salida”, “solución”, menos atroz. La antigua pretensión de “imponer” la democracia, recurriendo a la fuerza de un cuerpo de ejército, ha vuelto a perderse en el pozo negro de la historia: la fuerza militar vuelve a confirmarse estéril y ensangrentada ante las realidades culturales, religiosas, étnicas, tribales y sociales.

¿Europa? ¿España..? ¿Quééééééé …?

A Zapatero le encantaba fotografiarse con los generales norteamericanos, en Afganistán. El primer gestor de la presencia militar española en Afganistán es hoy una personalidad emblemática de Unidas Podemos. Siguieron un escándalo pavoroso y una retirada insignificante. Insignificancia que culminó, días pasados, con el presidente Sánchez siguiendo la crisis en chancletas… ¡¡!!! …

La Europa más rica, influyente y poderosa NO no ha tenido ni tiene el dinero, la fuerza y la voluntad para “pesar” más allá de sus fronteras.

¿La OTAN? Una “paella” de las impotencias de los EE. UU. y las impotencias de la UE.

¿La UE? Comienza por estar dividida sobre el posible socorro unitario que pudiera ofrecer la vieja Europa a una nueva generación de prófugos y refugiados afganos.

Afganistán y nosotros, 6 … Pedro Sánchez en chancletas, fotografiado por Berlanga.

Afganistán y nosotros.

Eclipse histórico de Europa.

Ocaso histórico de Europa.

Afganistán.

España.