Acuerdo atroz, trágico, shakesperiano, en el que, a mi modo de ver, no se ha insistido bastante:
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Kori Schake, The New York Times International Edition, The folly of personal diplomacy:
“… Mr. Trump agreed to withdraw all coalition forces from Afghanistan in 14 months, end all military and contractor support to Afghan security forces and cease “intervening in its domestic affairs.” He forced the Afghan government to release 5,000 Taliban fighters and relax economic sanctions. He agreed that the Taliban could continue to commit violence against the government we were there to support, against innocent people and against those who’d assisted our efforts to keep Americans safe. All the Taliban had to do was say they would stop targeting U.S. or coalition forces, not permit Al Qaeda and other terrorist organizations to use Afghan territory to threaten U.S. security and subsequently hold negotiations with the Afghan government…” → Kori Schake, The New York Times International Edition, The folly of personal diplomacy.
Las negritas son mías.
Trump aceptó estas condiciones exigidas por los talibanes:
-Forzar al gobierno de Afganistán a liberar a 5.000 talibanes.
-Retirar las tropas de los EE. UU. en catorce meses.
-Terminar el apoyo militar norteamericano a las fuerzas de seguridad de Afganistán.
-No intervenir si los talibanes iniciaban su campaña de violencias criminales contra el gobierno y el pueblo afgano, antes de la retirada norteamericana.
A cambio, los talibanes aceptaron:
-No atacar a las tropas de los EE. UU.
-No “permitir” que otros grupos terroristas islámicos “amenazasen” la seguridad de los EE. UU.
Sentados tan atroces “principios”, Joe Biden inició por su cuenta la humillante retirada que culminó con la tragedia en curso.
Afganistán y nosotros, 11 … Sonámbulos sin voz ni voto, rodeados de lobos.
Afganistán y nosotros, 10 … España, base americana en la guerra que viene.
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