Toco madera, de nuevo, pero, bueno, parece que la cosa se anima un poco … las vacunas parecen funcionar… sospecho que sería prudente seguir siendo muy prudentes…
Empieza el nuevo curso. No sabemos que deberes y obligaciones nos mandarán los maestros a los obedientes alumnos. Nos continuarán quitando vida obligándonos a permanecer confinados y en esta democracia en estado de excepción permanente. Sin vida política social afectiva ética…cada uno en su celda pidiendo las cosas a las plataformas. Fuera policías médicos repartidores…calles vacías y gente cabreada en las casas que algunos se preparan para hacer el gamberro y saltarse todos los decretos ley para poder ir al botellón y comprar lo necesario para el otoño pues el verano se ha acabado. Menos mal que Vivaldi continúa con su música de sus cuatro estaciones de siempre aunque no veamos la naturaleza primigenia desde nuestras celdas de pantallas urbanas en esta naturaleza sustituta y sucedáneo de la primera con sus aviones barcos trenes coches…con el certificado de salud . En nuestra naturaleza de cemento y acero no hay estaciones pero por inercia pensamos que la hay.
Algo así, efectivamente … por mi barrio, la cosa parece pintar más o menos bien … la crisis, sigue que te sigue, pero la gente bien vemos la cosa con algún «optimismo» … «refugiados» en nuestros barrios una miqueta privilegiados… a ver si dura…
Sí, Quiño, sí,
¡Todo pasa tan rápido…!
Y pronto los niños de vuelta al colegio…Esperemos que las clases puedan ser presenciales durante este curso.
Fina,
Toco madera, de nuevo, pero, bueno, parece que la cosa se anima un poco … las vacunas parecen funcionar… sospecho que sería prudente seguir siendo muy prudentes…
Q.-
Empieza el nuevo curso. No sabemos que deberes y obligaciones nos mandarán los maestros a los obedientes alumnos. Nos continuarán quitando vida obligándonos a permanecer confinados y en esta democracia en estado de excepción permanente. Sin vida política social afectiva ética…cada uno en su celda pidiendo las cosas a las plataformas. Fuera policías médicos repartidores…calles vacías y gente cabreada en las casas que algunos se preparan para hacer el gamberro y saltarse todos los decretos ley para poder ir al botellón y comprar lo necesario para el otoño pues el verano se ha acabado. Menos mal que Vivaldi continúa con su música de sus cuatro estaciones de siempre aunque no veamos la naturaleza primigenia desde nuestras celdas de pantallas urbanas en esta naturaleza sustituta y sucedáneo de la primera con sus aviones barcos trenes coches…con el certificado de salud . En nuestra naturaleza de cemento y acero no hay estaciones pero por inercia pensamos que la hay.
Jose,
Algo así, efectivamente … por mi barrio, la cosa parece pintar más o menos bien … la crisis, sigue que te sigue, pero la gente bien vemos la cosa con algún «optimismo» … «refugiados» en nuestros barrios una miqueta privilegiados… a ver si dura…
Q.-