Collage de Jorge Rodríguez de Rivera, portada de la primera edición de Una primavera atroz (2008).
En la historia de la novela española, El ruedo ibérico es la matriz canónica de todas las visiones esperpénticas de nuestra historia contemporánea.
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Los Papeles de Manglano parecen llamados a tener un puesto significativo en nuestra historia más recientes, por razones que saltan a la vista:
Paradójicamente, esas historias, de los GAL a la financiación de la joven democracia con dinero negro llegado de Kuwait, Arabia Saudita y los Emiratos, han tenido por ahora un eco «literario» y «novelesco» muy modesto, siendo páginas esenciales.
El segundo volumen de mi trilogía de Caína, La locura de Lázaro (2006), Una primavera atroz (2008) y La dama del lago (2015), recuerda aquellos años, los años de los Papeles de Manglano y los Papeles del Cesid, la Transición, los GAL, etcétera, en estos términos:
«… es un relato épico y fantástico: la historia de una ciudad endemoniada, Caína, tras una cruenta guerra civil.
Los últimos hombres que soñaron con liberarla son condenados al destierro, para convertirse en delincuentes, proscritos, mártires, por haber creído en la ilusión de un Mundo Nuevo.
Las modernas técnicas de manipulación de las conciencias permiten a las bandas de lobos que llegan a Caína, disfrazados de corderos, conquistar el poder a través de la música endemoniada de una orquesta audiovisual al servicio de carismáticos líderes que sueñan con un Estado caribeño.
En el nuevo Estado imponen su Ley mafias filantrópicas que decretan la Ley marcial contra las viejas creencias seculares, sustituidas por las banderas de modernas empresas versadas en usura y corrupción, para traficar con sexo, hogares hipotecados, y la droga dura de las ideas muertas o endemoniadas, con sucursales en París y Roma.
Caína está habitada por una fauna de pesadilla: gobernantes atacados por la licantropía, héroes descarriados, políticos corruptos, empresarios venales, furcias radiofónicas, serpientes ideólogas, distribuidores de basura, mafiosos filantrópicos, etc., celebrando sonámbulos el Entierro de la Sardina. A las puertas del Infierno, una adolescente, empuñará una estaca, para dirigirse hasta el lecho donde la espera su padre…» → Una primavera atroz.
Jose says
El esperpento bohemio nihilista empezó a recorrer la península ibérica hace tiempo . El Max Estrella o el Alejandro Sawa son los últimos bohemios con una muerte literaria locos pobres ciegos furiosos y con ellos se acaba el drama de la literatura . El teatro de los políticos y folklóricos será un sucedáneo del verdadero arte e impregnara la gran máquina de guerra que nos hará a todos anónimos o como alimento o colaboradores del funcionamiento genocida del espectáculo de crímenes robos destrucciones mentiras …legales que harán imposible vivir el verdadero arte . Rimbaud Verlaine Sawa dejaron constancia y Valle Inclán escribió en parte la necrológica ibérica del fin del arte vivido en sus luces de la oscuridad. Solo perversos inconscientes con sus tejemanejes de robos asesinatos lujos libertinaje paridas verbales orgias financieras globales …nos distraen antes de que la gran máquina de nuestro siglo nos devore. Caín ha matado a su hermano Abel. Caina es nuestro mundo global. No hay perdón ni olvidó de los que nos precedieron y de los que aun están aquí. Ya no se puede pensar en jilgueros sin sus jaulas.
JP Quiñonero says
Jose,
Claro, claro …
A título personal, siento una cierta nostalgia por el arte, la literatura, la novela que hablaban de manera «vigorosa» de la realidad inmediata … tan esperpéntica y atroz … lo que hoy se impone son los premios planetas y cosas así … recuerdo una cena con Lara, en el Ritz de Barcelona, diciéndonos a sus comensales: «Yo soy capaz de vender un libro con las páginas en blanco y una portada bonita…»
En esas estamos.
Q.-