Mercadillo / Boulevard Edgar Quinet, 4 diciembre 2021. Foto JPQ.
¿Cuál es su estado de ánimo?
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Ante esa pregunta, los franceses responden de este modo:
-Incertidumbre, 39 %.
-Inquietud, 38 %.
-Fatiga, 37 %.
-Esperanza, 25 %.
-Confianza, 21 %.
-Bienestar, 19 %.
-Rebelión, 14 %
-Cólera, 14 % → Le Monde, «Quand ils se regardent, les Français se désolent ; quand ils se comparent, ils se… désolent encore» → Une société fatiguée..?
Con los matices que correspondan, sospecho que respuestas muy semejantes pudieran darse en Madrid, Roma, Berlin, Londres, incluso Nueva York.
En 1936, Cesare Pavese publicó un libro de poemas titulado Lavorare stanca.
Ese «cansancio» del «trabajar» era un grito de melancolía existencial. Desde hace décadas, son muy numerosos los estudios, ensayos, reflexiones sobre la «sociedad de la incertidumbre».
En nuestro tiempo, la incertidumbre, la inquietud y la fatiga son hoy sentimientos muy mayoritarios, aunque la esperanza y el bienestar ocupen un puesto honorable.
Cansancio y melancolía que arrinconan las antiguas tentaciones de «rebelión» a un lugar muy modesto de las ilusiones y esperanzas.
José says
Viene de lejos la descomposición de la civilización empezó en el momento que se creyó en el progreso. Los antiguos siempre situaban la edad de oro en el pasado el presente y futuro era pura decadencia. Nuestra época para los que casi nos quedan canas hemos visto periodos de paranoia esquizofrenia y ansiedad depresión ataques pánico …además de la incertidumbre que inunda todo tipo de conocimiento incapaz de predecir las consecuencias que se derivan de la acción. Demasiados siglos pensando como relojes mecánicos. Sawa intuyo lo que se avecinaba en sus Iluminaciones Pavese en su Oficio de vivir y Chirves con su testamento oliendo aún a tinta fresca. La impotencia y el cansancio piden drogas para dormir y no salir al mundo real donde es imposible la rebelión. Nos hemos robado el futuro y hemos destruido el Edén con el que soñamos. Sin necesidad de trabajar creativamente y socialmente se pierde la esencia que nos hacía hombres. Somos instrumentos humanos sin finalidad y sin amos humanos.
JP Quiñonero says
José,
Lo veo la cosa una miqueta menos apocalíptica, pero bueno, vaya usted a saber…
Q.-
PS. «.. somos instrumentos humanos sin finalidad y sin amos humanos..» Creo que hay gente potable que trabaja con sentido de la moral y la honradez… los currantes que ganan poco, por el contrario, se sienten, con razón, víctimas de patronos bastante humanos o poco humanos, según se mire …