Boulevard Saint-Germain, 2 enero 2022. Foto JPQ.
Se trata, en mi caso, de un hábito que comenzó hace siglos: el primer café de la mañana se confundía con el fin del vagabundeo nocturno, la vuelta a casa, cuando despertaba el día.
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Con los años, el hábito es ahora algo mucho más convencional, hélas.
Para mí, Quiño, tu primer café del día se ha convertido en un tiempo a la calma dentro de la vorágine del día. Me explico, dentro de las múltiples ocupaciones y preocupaciones del día, gracias a Dios, el primer café del día es el «¡Vamos!» de Rafael Nadal, un «tranquilo, Pablo, lo vas a conseguir» o «ten calma, cada día tiene su propio afán, no te preocupes, pocas cosas son importantes, es tiempo del café, no hay otra prioridad»
Y eso que yo soy de Colacao, jajajaja!!!!
Ay, Pablo, qué generoso eres …
Menudo compromiso … bueno: en Twitter, mi primer café del día suele ser algo así como «Buenos días, colegas…» a partir de la primera salida de casa… en este cuaderno de notas… sigo con la serie París en color, que dice lo que dice … y recurrí al primer café del día por razones evidentes… de buena mañana, dos parisinas están en eso …
Oséase que palanteeeeee …
Q.-
Quiño,
Hay una canción griega, muy bonita, que habla del «proinó café»…(el café de la mañana).
Una cosa es tomarlo en la cocina de tu casa a todo correr y otra muy distinta en una cafetería de París, u otra ciudad… en un lugar que sea acogedor y agradable, sin prisas, disfrutando su sabor y aroma, bien servido por un camarero/ra que te atienda con amabilidad y si tienes suerte te regale una sonrisa que te alegra el día…
Intentemos conservar ese hábito que nos ayuda a enfrentar cada nuevo día y seguir palanteee…!!!
Tus fotos transmiten vida, color y sentimientos…
GRACIAS!!!!!!!
Fina,
Qué bien… comenzar por el primer, muy primer café del día, leyendo tus generosas palabras…
¡Viva el proinó café..!
Gracias, graciassss…
Q.-