Rue Lobineau, 5 febrero 2022. Foto JPQ.
El blanco y negro inmortalizó el café y el bistró parisinos, clásicos, tradicionales; pero quizá impide conocer sus metamorfosis, indisociables de la historia del color, los colores.
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En mi caso, esa historia comenzó así:
Metamorfosis pop del café parisino.
Metamorfosis pop el café parisino … parisina estudiando el menú nocturno.
Metamorfosis que tomó muchos otros rumbos:
Metamorfosis pop del café parisino.
Metamorfosis mal documentada de otro monumento histórico nacional:
Ricardo Lanza says
Gracias por ofrecernos estas fotos, que muy bien me vienen porque este tipo de los también llamados cafés apenas los conozco, y si los veo al paso los confundo con hamburgueserías, modernos bares de copas y hasta con centros en que te enseñan rudimentos de informática y, a la vez, procuran venderte ordenadores. Porque a mi el nombre de estos establecimientos de ya algunas centurias de existencia me atraen la remembranza de Gerardo de Nerval y Baudelaire, de Larra y de Espronceda, de los grandes motines en la Francia de 1830 y 1848, de la Comuna, de la ejecución de Riego y de la algarada del Cuartel de San Gil; se me quedan ajenos los bares automáticos (Y eso que en Barcelona y en Madrid ya empezaron antes de la Guerra, hacia 1930-33), las mesas de formica, los vasos de plástico y las cucharillas de cartón. Quiero -como tu rememoras, estimado- el blanco, el negro y el marrón, finas losas de mármol cual mantel de piedra; poco me inmutan que sean lápidas de mismos camposantos (cual hubieron en algunas tabernas encogidas madrileñas -dicen los costumbristas-; nombres y circunstancias del difunto boca abajo, no olvide el fallecido el trayecto del Hades donde mora; sea asimismo su compaña restante de la tierra alguna tertulia renovada, una atrayente moza de partido en busca de azogados, escritores, actores y arbitristas sin publico ni rentas, asiduos de la noche gallofera, taifas enjutas de perdidos y olvidados que ensueñan con las glorias de Sué y de Montespin, de novelas de a céntimo la pieza…; nada de esos colores fuertes, veo en ellos reposo de quirófano, ristras de colocados por las drogas de diseño, LSD y su penoso despertar del duermevela. «He visto el Otro Lad: un cromatismo guay que nos exhibe, luces efervescentes, sonidos que se mueven, abrazos de la Serpiente Universal, gatos que por los cielos llevan a Freya en un gran carro, hasta Valkirias del Woodstock 68 dándome un gusto que no veas. Ya sé como se sube y como bajo. Tengo la Salvación en el bolsillo. No me interesa el café de los abuelos.
JP Quiñonero says
Ricardo,
Que puñeteramente bien escribes…
…
Efectivamente, el café de ayer tenía mucho encanto, GS llegó a escribir que era una de las matrices de Europa …
Bueno …
El café y las tertulias del XIX y el XX fueron inmortalizadas en blanco y negro … luego… las tertulias fueron ¿desapareciendo? … en cualquier caso, comenzaron a quedar relativamente relegadas a otro plano…
A título personal, las viejas ternuras del Gijón y los grandes cafés madrileños me gustaban y aburrían … terminaba prefiriendo la calle, ay…
En esas sigo. De ahí que, finalmente, advertí la «defunción» del café / bistró parisino tradicional, sustituido por…
Con mucho color…!
Qué hacer ???
Pues cada cual a su aire, oye,
Q.-
PS. El Café de Flore, el alma de la sala y el destino de Europa.
Ricardo Lanza says
Gracias por haberme leído y, sobre todo, por entretenerte con mis letras. Ahí soy una especie en extinción, estimado, que nada saca a la luz, y se acoge a un refugio silencioso, y en él apenas penetran los flujos exteriores de noticia, entelerido monje bizantino en que he mutado, morirá de carcoma, puede que de ataraxia, ya que de tanto que la busco, a lo mejor, gano esa lotería; en parte me la acercas a diario, son alimento tus fotos y tus textos, espero que me lleguen, y cuando me aparecen, culminan la sorpresa, es siempre bienhechora, puedes leerla y releerla, adivinar lo que la imagen cela, extraer bienestar a esos minutos, casi cual niño que piensa en el regalo, lo dota de una vida personal antes que venga, ya da por hecho su renuevo.
Fina says
Ohhhhhhhhh!!!!!!!!!!!
Don Ricardo Lanza!!!!!!!!!!
Por leerlo… hasta me haría monja del monasterio más cercano…😊
JP Quiñonero says
Ricardo,
Algo así decía Proust … cuando hablaba de la obra de arte y la memoria… la palabra, sin cesar comenzando su tarea de leer y volver a leer el pasado, devolviéndole la eternidad de la palabra …
Q.-