Rue de Seine / Square Gabriel-Pierné, 7 abril 2022. Foto JPQ.
Obligado recuerdo de Baudelaire:
[ .. ]
«Le vieux Paris n’est plus (la forme d’une ville
Change plus vite, hélas ! que le coeur d’un mortel) …»
Le Cygne, Tableaux parisiens, Les Fleurs du mal (1857).
José says
Las ciudades aparecen de la nada viven en la nada y acaban en la nada. Como el verbo que tan bien maneja don Ricardo y reconoce la Fina vive y se reproduce siempre igual en el principio y perenne final. La ciudad cambia como cambia o todavía más rápido que el corazón de aquellos que la patean. Hay que ser geólogo urbano para saborear los estratos que acumula como tan bien hace Quiño con sus imágenes y saberes. Del campo a la ciudad de la tierra al asfalto . De lo inhóspito a lo controlado de la Troya de la Eneida al Ulises católico jesuítico de Dublin. De castillos mataderos Palacios calles empedradas y malolientes a las avenidas llenas de coches humeantes y rascacielos de pisos llenos de hormigas y abejas mirando desde las alturas. Paisajes de hormigón y hojalata. Todo silencioso y parado en la oscuridad y ruido movimiento en el día que no acaba ni empieza. Como el corazón con sus latidos vienen de la Nada y acaban de dónde vienen. Poetas en las ciudades del mal y el vicio. De la pereza somnolienta urbana al pasado de pastores y agricultores en la Tierra viva y peligrosamente virtuosa. Ciudades sin pastores ni agricultores que se alimentan de si mismas hasta que se paren o revienten .
Mientras tanto Tokio México DC. Cairo…y siempre París nos esperan en sus aeropuertos con sus pájaros de hojalata.
JP Quiñonero says
José,
Bueno … las ciudades… hay de todo, claro… con muy distintos colores, perfumes, carnicerías, descampados, barrios bien, barrios menos bien, laberintos de calles donde cada cual vive como buenamente sabe, o puede…
Q.-
Fina says
¡Ay, Josep!
Ya dicen que no somos nada…y que todo cambia constantemente…
Mientras nos quede París, este INFIERNO y otros destinos a los que volar y reconocer…estemos agradecidos a la vida.