Rue de Seine, 9 abril 2022. Foto JPQ.
En Francia (67,8 millones de habitantes), 48,7 millones de electores son invitados a elegir, hoy, entre doce candidatos, los dos finalistas de la segunda vuelta de una elección presidencial decisiva para Francia, muy importante para Europa.
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La elección presidencial es la matriz de todo el sistema político nacional, desde la V República, fundada entre 1958 y 1962. El jefe del estado elegido, por cinco años, tiene unos poderes excepcionales, sin comparación con los de ninguna democracia liberal.
El presidente francés es, al mismo tiempo, la máxima autoridad militar del Estado, controlando personalmente el tercer arsenal nuclear más importante de la historia, detrás de los EE. UU., delante de China y el Reino Unido. Irónicamente, muchos historiadores califican de «monarquía nuclear» al régimen francés. El «monarca atómico» es elegido por cinco años. Y los franceses son libres de volver a elegirlo o «guillotinarlo» electoralmente al fin de un mandato presidencial.
En la primera vuelta están presentes todas las fuerzas políticas y culturales de la nación. Y el abanico de candidaturas es un reflejo bastante fiel de la realidad compleja del estado político, social y cultural de Francia. Hecha esa constatación, los electores son invitados a elegir entre los dos candidatos que ganaron la primera vuelta, eliminado al resto.
Este domingo, doce candidatos aspiran a la presidencia. Históricamente, los sondeos y estudios de opinión no se han equivocado groseramente prácticamente nunca. Los sondeos de última hora, hasta la noche del viernes, han sido históricamente fieles, con un margen de error del 2 %, que ya causó la inmensa sorpresa de la derrota del candidato socialista, Lionel Jospin, eliminado por Jean-Marie Le Pen, patriarca de la extrema derecha, en la primera vuelta de las presidenciales del 2002.
Veinte años más tarde, los últimos sondeos anuncian un nuevo y grave «suspense», confirmando una transformación muy profunda del paisaje nacional, que comenzó hace años y ahora se confirma, con el hundimiento histórico de los partidos tradicionales, el ocaso de todas las izquierdas y el giro a las derechas, moderadas, ultras y extremistas, de la política nacional.
Todos los sondeos anuncian un nuevo duelo final muy ajustado entre Emmanuel Macron y Marine Le Pen, las dos únicas personalidades que han mejorado sus posiciones desde el 2017, cuando el resto de personalidades y partidos han retrocedido o se han hundido.
Hace cinco años, Emmanuel Macron consiguió el 24,1 % de los votos de la primera vuelta. Hoy tiene entre 27 y 28 %. Ligera mejoría, que continúa cotizándolo como posible ganador final, con un resultado muy ajustado del 51 contra 49 en la segunda vuelta. Un estrecho margen del 2 %, percibido como una hipoteca inquietante para el presidente saliente. El 2017, Macron ganó el mismo duelo por 66,10 contra 33,90.
El 2017, Marine Le Pen, ya consiguió el 21,3 % de los votos de la primera vuelta. Hoy cuenta con el 21 o 22 %. Un resultado casi idéntico. Con un matiz: la candidata de extrema derecha ha recortado posiciones. Ante la segunda vuelta, Le Pen ha ganado un terreno sin precedentes, anunciándose un duelo mucho más ajustado e imprevisible. Y pudiera beneficiarse del voto significativo de un nuevo candidato extremista, Éric Zemmour, que no existía hace cinco años y hoy tiene entre un 9 y un 10 % de intenciones de voto.
Hace cinco años, Jean-Luc Mélenchon representaba a extrema izquierda populista y al PCF, consiguiendo el 19,58 % de los votos de la primera vuelta. Hoy, tiene un 15,4 %. El candidato del PCF, Fabien Roussel, oscila entre 2 y 3 %. Pronósticos que parecen anunciar un estancamiento del electoral comunista y extremista.
El 2017, el candidato de la derecha tradicional, François Fillon, consiguió el 20,01 de los votos en la primera vuelta. Resultado percibido, en su día, como una catástrofe. Cinco años después, la candidata de la derecha tradicional, Valérie Pécresse, oscila entre el 8 y el 10 % de las intenciones de voto. Catástrofe agravada, previsiblemente.
Hace cinco años, el candidato socialista, Benoît Hammon, consiguió el 6,36 % de los votos de la primera vuelta presidencial. Resultado percibido como el inicio del hundimiento histórico del PS. Hundimiento confirmado. Anne Hidalgo ha caído a un trágico 2 % de intenciones de voto. El muy posible peor resultado electoral de la historia del socialismo francés.
El mes de febrero de 2017, el candidato ecologista, Yannick Jadot, decidió retirar su candidatura para apoyar la candidatura socialista. Doble derrota: el candidato del PS se hundió, y los ecologistas también. Cinco años más tarde, el mismo Yannick Jadot tiene entre un 5 y un 6 % de intenciones de voto. Estimación digna de tener en cuenta. Pero muy modesta: los ecologistas no se entienden con ninguna fuerza de la izquierda, y muchos de ellos prefieren a Macron.
Incansables e insensibles al desaliento y desafecto popular, Philippe Poutou y Nathalie Arthaud, ya eran candidatos de extrema izquierda hace cinco años, sin que varíen sus perspectivas de voto, entre un 0,5 y un 1 %. Sin entenderse, tampoco, con los candidatos del PS, el PCF y la extrema izquierda.
Otros candidatos marginales, como Jean Lassalle, independiente centrista, y Nicolas Dupont-Aignan, independiente populista, también eran candidatos hace cinco años. Sin que haya variado su implantación electoral, que oscila entre el 1 y el 2 % de intenciones de voto.
A la espera de los resultados de esta tarde / noche, a partir de las 20h, ese panorama, aproximado y provisional, confirma el hundimiento histórico del paisaje político tradicional.
Las izquierdas y derechas que dominaron la vida política, entre 1958 al 2017, viven un ocaso traumático, una crisis existencial consecuencia del hundimiento electoral, aparentemente inexorable.
A la izquierda, Anne Hidalgo, alcaldesa de París, y François Hollande, ex presidente, han comenzado a negociar algo parecido a una «refundación» del PS, que incluso podría cambiar de nombre, para transformarse en un partido «más transversal», incluso cambiando de nombre.
A la derecha, la derrota anunciada de Valérie Pécresse, condena a Los Republicanos a otra refundación a medio plazo, para intentar escapar a la «maldición» que comenzó con la condena de Nicolas Sarkozy, su líder histórico, por delitos de corrupción y tráfico de influencias.
En la nueva Francia, las fuerzas mayoritarias oscilan entre Emmanuel Macron y Marine Le Pen.
El presidente ha prometido la creación de un nuevo «espacio político» donde se «integren» liberales, centristas, conservadores moderados, incluso socialdemócratas. Muchos ex ministros de Nicolas Sarkozy y François Hollande ya están integrados en la «macronía». Macron defiende una Francia soberana bien integrada en una Europa soberana. La guerra de Putin contra Ucrania ha confirmado el puesto del presidente francés en la escena internacional.
A la extrema derecha, Éric Zemmour (ultra) y Marion Marechal Le Pen (sobrina de Marine) aspiran a ocupar nuevos puestos por conquistar. Marine Le Pen, Marion y Zemmour detienen una Francia que coquetea con el «frexit»: ultra nacionalismo contrario a la UE, apoyando veladamente el ultra nacionalismo armado de Vladimir Putin contra la Alianza Atlántica.
Jean-Marie Le Pen, patriarca de la extrema derecha, comenta son sorna los enfrentamientos entre su hija y su nieta de este modo: «Yo gano de todas maneras. Si Marine llega al Elíseo, espero que me invite. Zemmour tenía un 12 % de intenciones de voto antes de ser apoyado por mi sobrina, contra mi hija. Desde que lo apoya Marion, Zemmour ha caído al 10 o el 9 %. Todo queda en familia». ABC, Macron se enfrenta hoy a unas elecciones marcadas por la guerra de Ucrania.
Una abstención muy alta agrava la incertidumbre del duelo anunciado entre Macron y Le Pen.
Socialismo, comunismo, izquierdas francesas … crisis, enfrentamientos, ocaso, campos de ruinas.
Las catástrofes no vienes solas:
El euroescepticismo de Le Pen y Mélenchon alarma a la UE.
Hundimiento económico y político del socialismo francés.
La derecha tradicional francesa al borde de un precipicio, de la mano de Valérie Pécresse.
“En todas partes cuecen habas”: Hundimiento histórico de la izquierda y derecha tradicionales, en Francia.
Macron contra Le Pen: sociedad abierta contra bunker ultra nacionalista.
Macron, a paso de carga contra imperialismos y extremas derechas.
El programa Macron: invertir en soberanía nacional, bajar los impuestos y trabajar más.
Macron acelera el hundimiento de los partidos políticos tradicionales, de izquierda y derecha.
La Francia nacionalista y ultra nacionalista contra Macron y Europa.
Macron: reformar Francia, refundar Europa, empantanadas.
José says
Donde se puede echar mano para entender la República nuclear francesa. Un presidente con un poder como el americano el ruso no sé si como el chino pero seguro que si. Cuatro o cinco hombres con el máximo poder político y militar con arsenales nucleares llenos y oligarcas económicos que les leen la cartilla y el noventa por ciento de la humanidad inhumana a verlas venir. Para pensar esta situación tendríamos que ir al túnel del tiempo y visualizar el infinito matemático los experimentos mentales y sobre todo la lucha de todos contra todos antes de firmar un contrato que alguien con todos los poderes nos proteja la vida y la propiedad y a cambio renunciamos a la libertad. Humillados y vencidos todos incluso los que creen tener la sartén por el mango se sienten esclavos de su propia máquina . Impotentes alabamos nuestros propios artefactos que nos controlan y no piden nada ni dan. Solo nos queda alabar y pedir que no se paren para poder ir de vacaciones hacer uso del ocio y de las bondades que nos ofrecen gratis. Pero la máquina no es lo suficiente grande para que quepamos todos por eso los desahuciados de la máquina no sobrevirán . El número mágico no se puede sobrepasar.
JP Quiñonero says
José,
Bueno … en este caso, se trata de elegir entre Macron y Le Pen para controla la Bomba … quizá no sea lo mismo, el uno y la otra… A ver …
Q.-
Fina says
Quiño,
Tus predicciones se van cumpliendo…
Veremos quién gana el duelo final…
Gracias por tenernos tan bien informados de la actualidad política francesa.
Buenas noches a todos/as.
JP Quiñonero says
Gracias, Fina, gracias …
«Genio y figura…»
Lo «normal» es que terminase ganando Macron. Pero, en estos terrenos, lo «normal» es siempre muy aleatorio e imprevisible.
A ver los próximos quince días…
Vamosssss
Q.-
Fina says
Josep,
Estuve viendo un vídeo sobre la simbiosis entre lo humano y la máquina. Decía que el teléfono es ya una extensión nuestra, ya somos cyborgs sometidos a dictaduras digitales capaces de hackear organismos y diseñarlos a su conveniencia.
Nos conocerán mejor que nosotros mismos y tomarán decisiones por nosotros, si no lo hacen ya.
Parece que es demasiado tarde para regular la inteligencia artificial…
Estamos a merced de la «máquina», ella decidirá «el número mágico que no se puede sobrepasar» y tantas otras cosas…
¡Adiós al libre albedrío!