Historia ejemplar para comprender las metamorfosis y hundimiento del socialismo francés…
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Twitter, 12 junio 2022.
… la de Arthur Germain, hijo de Anne Hidalgo, educado en el «socialismo de gobierno» y los principios de la «izquierda caviar», para terminar convirtiéndose en un icono «radical chic», negándose a votar, tirando su boletín de voto a una papelera para afirmar que «todo debe cambiar».
Anne Hidalgo, nacida en la provincia de Cádiz, alcaldesa de París, tuvo dos hijos de un primer matrimonio. Germain es el único hijo de la desafortunada candidata socialista a la presidencia de la República, de sus segundas nupcias. Su padre, Jean-Marc Germain, es un antiguo funcionario socialista.
Hace años, la pareja Hidalgo – Germain fue la encarnación del «socialismo moderno», el «socialismo de gobierno», la «izquierda caviar» más influyente, durante muchos años. Cuando el antiguo PS comenzó a hundirse, Hidalgo se presentó como posible «salvadora». Para terminar consiguiendo un trágico 1,75 % en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, el mes de abril pasado: el peor resultado de la historia del socialismo francés.
La tragedia política también tuvo mucho de tragedia íntima, familiar. Arthur Germain, su hijo, decidió que votaría contra el gran rival de su madre, Jean-Luc Mélenchon, líder de la extrema izquierda populista, por estas razones: «Para mí, era importante demostrar mi libertad, no estar sometido a mi madre y sus ideas. Voté por Mélenchon, sin gran convicción: para protestar contra todo, por lo menos».
Arruinada la carrera de su madre, derrotado Mélenchon en las presidenciales, el hijo de la alcaldesa de París decidió seguir dando una nota «radical chic». El domingo de la primera vuelta de las elecciones legislativas se fotografió, sonriendo, tirando su boletín de voto a una papelera parisina, escribiendo en Twitter: «¡No he votado! Hay que cambiar de juego, cuando cambiar las reglas de juego no es suficiente».
Ese mensaje provocó una ola de consternación. Millares de lectores se apresuraron a recordar que, en Ucrania, por ejemplo, hombres y mujeres están dispuestos a morir para defender su derecho a votar. Anne Hidalgo prefirió guardar un silencio sepulcral, ante la deriva «pasota radical chic» de su hijo, educado en las mejores escuelas parisinas, entre lo más selecto de las familias evidentemente socialistas y progresistas próximas a sus padres.
La más selecta educación parisina terminó pronto, sin estudios importantes. Arthur Germain decidió consagrarse personalmente como «aventurero», evidentemente ecologista («radical»), cuyas proezas culminaron con una travesía del canal de la Mancha y un «descenso» del Sena, desde París hacia su desembocadura, en el Canal de La Macha, entre Le Havre y Honfleur. A partir de ahí, se ha consagrado como nadador profesional, militando activamente en la defensa del medio ambiente, organizando de «giras» y «encuentros» con jóvenes sensibles a ese tipo de aventuras, remuneradas, las más de las veces, al precio alto.
Tareas profesionales aparentemente compatibles con el rechazo de fondo del sistema político francés. Detalle entre simbólico y sintomático de las crisis políticas, sociales y culturales que ha vivido su familia, atizando un desencanto privilegiado. Que ha tenido respuestas crueles desde las redes sociales: «Es muy bonito estar contra todo y despreciarlo todo, cuando tu mamá te ha cubierto las espaldas durante toda la vida». «Los jóvenes ucranianos que mueren por defender su derecho a ser libres, y votar, quizá vean ese gesto con cierto melancólico y bien justificado desprecio». ABC, Del socialismo caviar de Anne Hidalgo al pasotismo radical de su hijo + PDF.
Anne Hidalgo, de Cádiz a la maratón del Elíseo.
Retrato improvisado de Anne Hidalgo, a la sombra de Juliette Greco, en San Germán de los Prados.
Decadencia histórica de la derecha y la izquierda tradicionales.
Muchos ucranianos y ucranianas ya habían emigrado antes de empezar la guerra y no porque no hubiesen podido votar. La primera vía la segunda vía y la tercera vía se reducen a o eres de la élite o eres un pringado. El mercado no necesita ni ideologías ni religiones ni cultura solo pijos que llenen las pantallas y distraigan al populacho . Cada vez se necesitan menos trabajadores bueno si se considera trabajo los servicios inútiles entonces no . Un mundo de domésticos para las grandes mansiones para limpiar sacar a pasear a los rentistas plutocraticos filantrópicos individualistas ricos que pueden elegir al contratado como antes habían elegido las madres de sus hijos de diferentes lugares del mundo. Son los multiculturales que han saboreado las riquezas globales y han ocupado a sus conciudadanos siempre que se hayan comportado repartiendo dinero para que el mercado funcione y el dinero continúe teniendo valor. Todo acaba llenándose de objetos inútiles que valen millones submarinos nucleares aviones supersónicos … una economía de pirámides destructivas para unos individuos fallidos los de arriba y los de abajo. Socialismo para la élite e individualismo salvaje para el resto . La apocalipsis cognitiva de la que hablan los franceses nos puede llevar a preparar un invierno nuclear para evitar el calentamiento global. Mejor cambiar de juego pero con otros jugadores. Mejor no mirar arriba para no despedir a los que se van con sus flamantes apolos a otros cementerios planetarios. Habrá llegado la hora de las salamandras y de las cucarachas. No sabemos que especies o especie nos sustituirán. Mientras tanto a divertirse hasta reventar y a bailar como malditos hasta el extenuante final si puede ser con buena música.
José,
Lo de tirar a un cubo de basura la papeleta electoral me parece, en este caso, y en otros, un gesto de niño mal educado, moralmente despreciable.
Esa retórica «rupturista» me parece doblemente despreciable.
Los ucranianos que se juegan la vida para poder ejercer el derecho a votar y vivir en libertad merecen un respeto por su ejemplaridad cívica, muy alejada de las retóricas…
Q.-
Josep,
Hablando de cucarachas y otras especies hoy han venido a fumigar…
Cualquier precaución es poca… «A l’estiu tota cuca viu».
Me encanta eso que dices:
«No sabemos que especies o especie nos sustituirán. Mientras tanto a divertirse hasta reventar y a bailar como malditos hasta el extenuante final si puede ser con buena música».
Pues eso…a divertirse y bailar hasta que nos fumiguen… 🙂
Me apunto a lo de niño mal criado. Lo diría de otra manera. Un niñato.
Casi me adivinas el pensamiento, Carole,
Q.-