Cour d’honneur / Patio entrada del Elíseo, 9 marzo 2022. Foto JPQ.
Emmanuel Macron ha decidido iniciar una experiencia inédita en la historia de la V República: gobernar con mayoría parlamentaria relativa, contra una oposición muy poderosa de extrema izquierda y extrema derecha populistas.
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En la historia del régimen francés, solo hay un antecedente lejanamente comparable: el de François Mitterrand, presidente, y Michel Rocard, primer ministro, entre 1988 y 1991, cuando el PS tenía una mayoría relativa de 275 diputados. La pareja Mitterrand – Rocard comenzó gobernando con esa mayoría relativa, para seguir gobernando con una coalición de socialistas y radicales de izquierdas.
Hace treinta y cuatro años, Mitterrand tenía una mayoría de 275 diputados. Macron tiene una mayoría de 250 diputados, cuando la mayoría absoluta, hoy como ayer, sigue siendo e 289 diputados.
Mitterrand debía enfrentarse a una oposición muy dura, de centro y derecha, que compartía sus principios básicos: solidaridad intachable con la Unión Europea (UE) y la Alianza Atlántica. Macron se enfrenta a una oposición muy dura, radicalmente opuesta a la UE y la Alianza Atlántica.
En una entrevista concedida a la AFP y la prensa de provincias, Emmanuel Macron ha desvelado sus primeros objetivos tácticos: Élisabeth Borne es confirmada primera ministra; y ha recibido la orden de formar su nuevo gobierno «para primeros de julio», tras el rosario de cumbres en las que ha participado y participará el presidente francés, UE, G7 y OTAN.
La Constitución ofrece a Macron varios recursos preciosos para legislar y gobernar sin mayoría absoluta.
El artículo 49.3 de la Constitución permite al presidente imponer proyectos de Ley, sin debate parlamentario, siempre que no se presente y apruebe una moción de censura.
Macron solo tiene mayoría relativa de 250 diputados. Pero… las cinco componentes de la izquierda (extrema, comunista, socialista y ecologistas) solo suman 149 diputados; la extrema derecha solo suma 89 escaños; y la derecha tradicional solo tiene 74 diputados. Extrema izquierda y extrema derecha solo suman 239 diputados. Y la derecha tradicional está dividida entre partidarios y adversarios de gobernar o no gobernar con Macron.
A la espera del nuevo gobierno macroniano, el presidente y su primera ministra multiplican los gestos a varias bandas.
Tras recibir el OK de Macron, Élisabeth Borne ha anunciado que su futuro gobierno «apoyará» una iniciativa de la extrema izquierda para introducir en la Constitución el «derecho al aborto». Marine Le Pen ha comenzado por guardar silencio. Al centro y la derecha se han multiplicado las reacciones hostiles.
Dirigiéndose a las diputadas de muy distinta sensibilidad, Macron ha enviado otra «señal» de «género». Yaël Braun-Pivet, ex ministra de Ultramar, será nombrada presidenta de la Asamblea Nacional. Por vez primera en la historia de la V República, los debates parlamentarios serán dirigidos por una mujer, previsiblemente necesitada de mucha mano izquierda.
En el terreno operacional, ni el Gobierno, ni el partido ni la coalición macronianas, se opondrán a que la extrema izquierda y la extrema derecha populistas presidan la poderosa comisión de finanzas de la Asamblea Nacional. Otra primicia histórica: una personalidad hostil a la UE, la Alianza Atlántica y la mundialización liberal, al frente del control parlamentario de los debates financieros.
Los humoristas presentaron al primer Macron, durante cinco años, como Júpiter. Los mismos humoristas presentan al nuevo Macron como Ícaro, caído del cielo a una triste y amenazada realidad. La experiencia inédita en la gobernación de Francia, desde la fundación del Régimen, consistirá en afrontar riesgos de censura en cada proyecto de Ley, condenado a negociar a la izquierda y la derecha los más modestos proyectos de reforma.
La Francia de Macron, Mélenchon y Le Pen, muy difícil de gobernar.
Los resultados de las legislativas obligan a Macron a una remodelación profunda de su Gobierno.
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Macron acelera el hundimiento de los partidos políticos tradicionales, de izquierda y derecha.
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Parisina castiza, el día de una histórica abstención electoral.
José says
Un sistema económico que se basa en el egoísmo y en toda clase de vicios es normal que le llegue el día del pavo. Todos los días lo han estado alimentando pero hay un día que tiene que alimentar a los alimentadores. Como Ícaro se acerco demasiado al sol pero sus alas estaban pegadas con cera que se derritio y se estozolo. Cuando la abundancia lo inunda todo y el mal reparto conduce a las destrucciones estructurales. Algo falla que no se quiere ver . Los economistas hablan de la producción como algo abstracto pero se dejan en el tintero parámetros humanos de vital importancia y eso que últimamente empiezan a hablar de la neuro economia y aquí podríamos tener en cuenta elementos de la naturaleza humana que podrían explicar el miedo al hambre a la guerra a la explotación del otro al matonismo al disfrute perverso de las desgracias del otro …y esto en las gráficas económicas no sale. La mayoría en esta cultura capitalista aspira a tener el poder y la riqueza de un faraón que es el modelo con el que nos alimentan el faraón y la cruz del que no obedece y la esperanza del crucificado que puede llegar a faraón. La finalidad de esta economía sería o es aumentar el egoísmo individual y satisfacer todos los vicios habidos y por haber hasta que Sodoma y Gomorra ardan y esta vez los medios con sus representantes pueden . Como siempre pero ahora diferente.
La península ibérica como anomalía modelo de lo que se avecina como la otra vez en los treinta del siglo pasado
JP Quiñonero says
José,
Pues vaya usted a saber.
Seguridad social, subsidio de paro, sanidad, etcétera, también son cosas bien reales.
En los países de la OCDE, la media de gasto social es del 20 % de PIB. En Francia es del 32 % : el país más socializado de Europa:
–Les dépenses sociales représentent 20% du PIB des pays de l’OCDE.
Q.-