Chris Ware’s “Bedtime”.
El Centro Pompidou, uno de los museos más visitados del mundo, ha descubierto el Mediterráneo, consagrando una gran retrospectiva a Franklin Christenson Ware (Omaha, Nebraska, 1967), consagrado como Chris Ware, que muchos especialistas consideran como uno de los grandes creadores de historietas y cómics de nuestro tiempo.
[ .. ]
Hace dos años, el Museo Picasso de París presentó una exposición consagrada a las «relaciones» / «homenajes» al genio malagueño de muchos historietistas, autores de cómics. Hace dieciséis años, el mismo Centro Pompidou consagró una importante retrospectiva al conjunto de la obra de Hergé, Tintín incluido.
Desde hace años, en Nueva York y una veintena larga de grandes ciudades europeas y americanas funcionan museos, casi siempre privados, consagrados a la historia del cómic, la historieta.
El Centro Pompidou va un poco más allá. Uno de los grandes «templos» internacionales del arte contemporáneo, condenado a cerrar, durante tres o cuatro años, a partir del 2023, víctima de un desastroso envejecimiento prematuro, consagra una gran retrospectiva a un autor de cómics / historietas, presentado con los honores que tradicionalmente se concede a los grandes maestros del arte contemporáneo.
Ware es un creador célebre, premiado con mucho aparato en los EE. UU. y Europa. Sus series y libros, como «Fabricar historias», «Rusty Brown» y «Jimmy Corrigan», entre otros personajes famosos, han tenido y siguen teniendo un éxito universal.
Si algunos creadores, como Art Spiegelman, introdujeron la gran y más trágica historia contemporánea (el Holocausto) en la historia particular del cómic, Ware adoptó desde muy pronto un tono «intimista», heredero directo del Charlie Brown / Carlitos de Charles Schulz, uno de los personajes más legendarios de la mitología de la gran historieta universal, como Mafalda.
Especialistas e historiadores han descubierto en esa imaginería un reflejo bastante fiel de las tribulaciones de los «anti héroes» de su tiempo. El Centro Pompidou consagra al trabajo de Ware más espacio y honores que los concedidos a Hergé, el padre de Tintin. Honores nunca concedidos a René Goscinny y Albert Uderzo, los padres de Astérix, Quino, el padre de Mafalda, Hugo Pratt, el padre de Corto Maltese, o el mismísimo Charles Schulz, el padre de Carlitos / Charlie Brown.
Del TBO a Francisco Ibañez, sin olvidar a OPS / El Roto, dos o tres generaciones de grandes dibujantes españoles de nuestro tiempo, construyeron obras mal estudiadas, publicadas en numerosas revistas especializadas (cómics y humor). Pero, hasta el día de hoy, ni el Prado ni los grandes museos de arte contemporáneo españoles se han ocupado de esos creadores. Madrid, Barcelona, Bilbao, Málaga o Valencia, han preferido, siempre, ser escaparates de «vanguardistas» y creadores importados por razones no siempre artísticas, ni mucho menos.
Esa es la brecha abierta por la retrospectiva consagrada a Chris Ware en el Centro Pompidou.
El visitante veraniego puede descubrir en un museo de arte contemporáneo, hasta finales de octubre, las viñetas originales, las estampas, las portadas, de obras que él mismo pudo comprar por unas monedas, en la librería de la esquina. Admirando el trabajo de un creador norteamericano capaz de «comprender» las tribulaciones del alma de un chico murciano, navarro o canario.
Los gestores del Centro Pompidou han recordado unas declaraciones de Ware, hace años, afirmando que «adoraba» la «arquitectura» del centro de arte contemporáneo «desde la infancia». Un niño norteamericano, nacido en Nebraska, en el seno de una familia de periodistas locales, «soñaba» con un edificio que, por las mismas fechas, más o menos, que Tintin y Jean Baudrillard consideraban un rostro canónico de la «factoría artística» de nuestro tiempo.
En un álbum póstumo de Hergé, «Alph-Art» (1986), dos personajes próximos a Tintin sostienen el siguiente diálogo:
Dice el Emir: “Incluso he llegado a ofrecer una suma considerable por la refinería recientemente construida en París, convertida en museo”. Le responde Thomas d’Artimont: “… pero, no se trata de una refinería; es un verdadero museo”. Sentencia el Emir: “Ya, ya… Esa es la respuesta oficial que me han dado. Pero, sabe usted; yo sé de lo que hablo: ¡es una refinería transformada en museo, eso es todo! De ahí mi decisión de construir mi propio museo, que tendrá exteriormente el aspecto de una refinería, para no desentonar”. Por las mismas fechas, Baudrillard escribía: «El Centro Pompidou es a la cultura mercantil lo que el hipermercado es a la venta de mercancías».
Esa refinería o hipermercado debe cerrar, víctima de un catastrófico envejecimiento. Antes del cierre, el Centro consagra una gran retrospectiva a un célebre autor de cómics e historietas. Quizá mañana la familia Ulises y los inventos del TBO entren en el Reina Sofía o el Prado. Veremos. ABC, El Centro Pompidou dedica una retrospectiva al historietista Chris Ware.
París en color … el Centro Pompidou, catástrofe histórica.
París en color … el Centro Pompidou, catástrofe histórica 2.
París by night, en color … Centro Pompidou, hora de cierre.
Centro Pompidou … muerto el museo, el arte está en la calle.
El Centro Pompidou deberá cerrar cuatro años, víctima de su envejecimiento prematuro.
Catástrofe histórica, evocada por Tintin por vez primera, con motivo de su inauguración …
Centro Pompidou, refinería de masas… y su público cosmopolita, una tarde de invierno.
Centro Pompidou, refinería de masas… parisinos, una tarde de invierno.
Centro Pompidou, refinería de masas… parisina, una tarde de invierno.
Centro Pompidou… parisinas, una tarde de invierno.
Centro Pompidou, 40 años… de la refinería al hiper.
La refinería y las vanguardias difuntas.
Tintín a la refinería, los ángeles al destierro.
Arte.
Deja una respuesta