¿Bâlines? ¿Piseux? ¿Longuelune? 29 julio 2022. Foto JPQ.

En Francia, la canícula y el verano más seco, desde 1959, han agravado la tragedia histórica del suicidio de los agricultores franceses, acosados por nuevas amenazas.

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El suicidio de un agricultor, productor artesanal de queso, en Sault (Vaucluse, Provenza), ha provocado una ola de consternación, recordando la crisis global.

Un portavoz de Solidarité Paysans (SP) ha comentado la noticia de este modo: “La última desaparición voluntaria de un colega ha desenterrado una consternación antigua y profunda. Hace años que denunciamos la gravedad de la crisis. El Gobierno ha puesto en marcha mecanismos de ayuda y solidaridad. Pero, a todas luces, el problema sigue ahí. Los agricultores más modestos viven una tragedia. Este verano, las crisis de la canícula, los precios, la inflación, la ausencia de perspectivas, alimentan un clima ansiógeno para muchos colegas necesitados de ayuda”.

Entre 2015 y 2019 se suicidaron en Francia una media de 370 agricultores por año. 292 eran propietarios de una explotación agrícola y unos 278 asalariados. Unos 270 eran hombres y unas 100 eran mujeres. Durante la pandemia, entre 2020 y 2021, el gobierno de Emmanuel Macron creó varios dispositivos de ayuda directa e indirecta.

La canícula y las crisis internacionales, comerciales y económicas, agravadas por la guerra de Ucrania, han multiplicado la incertidumbre y la ausencia de perspectivas para muchos agricultores modestos.

“El suicidio solo es la parte más trágica y emergente del problema de fondo: un modelo agro industrial que engendra dependencia y aislamiento”, comenta Marie-Andrée Besson, co presidenta de Solidarité Paysans (SP), asociada a la Mutualité sociale agricole (MSA), agregando: “La coyuntura amenaza con ser catastrófica. La canícula y las crisis internacionales son inquietantes para los agricultores más frágiles”.

En Francia, en 1982, había 1,6 millones de agricultores. Hoy, solo son 400.000. Durante los próximos 3 / 5 cinco años, uno de cada tres agricultores franceses habrá abandonado el campo. Se trata de una evolución histórica, con muchas ramificaciones sociales, políticas, incluso culturales.

Francia es la segunda gran potencia exportadora mundial de productos agrícolas transformados. Los agricultores bien implantados en el nuevo mercado mundial tienen un futuro próspero. Los agricultores más modestos corren riesgos de nuevo cuño, amenazados por las nuevas normas de la exploración y la distribución.

Entre los agricultores menos favorecidos, el aislamiento, la soledad, la modestia de los ingresos, la descomposición de las familias, el éxodo rural, crean problemas psicológicos de nuevo cuño, nuevas patologías de la vida íntima, familiar y gremial.

“La canícula ha agrado esa evolución histórica”, comenta Patrick Delumeau, psicólogo que trabaja para SP, agregando: “Para muchos campesinos modestos, el mundo se ha transformado en una pesadilla. Los incendios y las imágenes de los incendios, a toda hora, han creado clima ansiógeno. La soledad, la carestía de los combustibles, han complicado la vida de cada día. La tragedia bien conocida del suicidio de los agricultores es recordada como un “horizonte” inquietante. El gobierno pone buena voluntad. Pero no es fácil combatir esas tragedias íntimas, con final infeliz. La solidaridad campesina es más urgente que nunca”. ABC, Francia suma un nuevo suicidio por la crisis del campo.

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