Desde el punto de vista de Francia, el proyecto de escudo anti misiles que propone comprar Alemania, apoyada por una docena de países europeos, corre el riesgo de hipotecar la soberanía estratégica de Europa, consumando una división profunda en materia de seguridad continental.
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DW, En azul oscuro, los países que participan en el proyecto alemán.
European Sky Shield Initiative (ESSI), el proyecto alemán, culmina una larga década de no entendimiento entre Francia y Alemania en cuestiones de seguridad.
El Libro blanco de la defensa del 2013 consagraba un capítulo fundamental a las futuras defensas antimisiles, insistiendo en la necesidad de construir un proyecto común, europeo.
En su discurso de la Sorbonne, el mes de septiembre del 2017, Macron insistió en que la defensa anti misiles era uno de los capítulos esenciales de la deseable independencia y soberanía continental, en materia de seguridad y construcción de armamentos.
El mes de febrero del 2020, Emmanuel Macron anunció de manera muy solemne que Francia ponía su arsenal nuclear, el tercero en importancia mundial, al servicio de la seguridad común de todos los aliados.
El mes de noviembre del 2021, Francia e Italia presentaron un proyecto bilateral de defensa anti aérea, un «escudo antimisiles» franco – italiano, que Eva Bruxmeier, directora del proyecto, anunció de este modo: «Podrá defender a Europa de todas las amenazas de misiles balísticos, misiles de crucero, drones y todo tipo de aviones».
Francia no olvida que Alemania dejó sin respuesta todas esas propuestas. Y prefiere comprar un sistema / escudo anti misiles, fabricado por Israel, con financiación de los EE. UU., el sistema anti misiles «Arrow 3».
Desde la óptica francesa, rechazando las propuestas francesas y franco – italianas, prefiriendo una alternativa no europea, el gobierno alemán confirma una división profunda. «Adiós a la soberanía estratégica europea», comenta, lacónica, una fuente diplomática francesa, agregando: «La seguridad continental continuará hipotecada a la compra de tecnología no europea».
Gaspard Schnitzler, investigador del IFRI (Instituto Francés de Relaciones Internacionales), comenta el proyecto alemán en estos términos: «Es una pena invertir en un nuevo sistema de defensa extranjero. La elección del sistema Arrow 3 llena un hueco a corto plazo, pero hipoteca el futuro, marginando la posibilidad de colaboración y las capacidades de las industrias europeas, alemana incluida». ABC, Francia cree que la compra del escudo anti misiles israelí divide a Europa.
Desencuentro que viene de lejos y tiene raíces profundas, que la retórica diplomática no siempre ha conseguido ocultar:
Le Monde, «OTAN : la France et l’Allemagne en désaccord sur le rôle du nucléaire».
Le Figaro, «Entre Berlin et Paris la coopération en matière de défense s’est considérablement refroidie».
La Croix, «Le chancelier allemand Olaf Scholz fédère une douzaine de pays européens pour l’acquisition d’une technologie commune, sans doute le système israélien Arrow 3, cofinancé par les États-Unis et l’Inde. Au grand dam de la France et de sa doctrine d’autonomie stratégique européenne [ .. ] Il y a une vraie volonté de leadership allemand en Europe qui vise aussi à faire oublier sa politique de la porte ouverte et de transformation par le commerce entretenue avec la Russie [ .. ] L’initiative de bouclier antimissile creuse le fossé entre Paris et Berlin, pendant que les projets franco-allemands de coopération industrielle sont à la peine …» L’Allemagne brandit son bouclier antimissile européen sans la France.
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