Rue Saint-André-des-Arts, 22 octubre 2022. Foto JPQ.
El oro, la plata, las joyas… ejercen una fascinación que no siempre comprendo en todas sus manifestaciones.
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Sin duda, el fasto, el lujo, tienen un encanto que toca fibras muy sensibles, incluso carnales, cómo dudarlo.
La bisutería, por su parte, quizá tiene muchos otros rostros.
Socialistas y conservadoras, en la misma joyería.
Joyera parisina… en su bisutería del Faubourg-Montmartre.
Engatusados por los avispados traficantes de bisutería modelna.
Fina says
Ay, Quiño!!!
Creo que a todas las mujeres nos encantan las joyas…
Bueno, puede que mi hija sea una excepción, es tan sencilla, natural y práctica que las pocas que dispone no las usa…y mis sobrinas tampoco.
Puede que la juventud de ahora no sienta la fascinación que ejercían sobre las mujeres de otros tiempos…
Recuerdo haber quedado deslumbrada por su brillo y belleza en las múltiples joyerías del Gran Bazar de Estambul…
¡Qué tiempos aquellos!
JP Quiñonero says
Fina,
Te comprendo perfectamente … hay joyas y joyas … las buenas, valen lo que valen … la bisutería, también puede tener su encanto, claro…
En mi caso… pasé de un reloj de lujo, hace siglos, a sucesivos Swatch de 120 euros ¡que me encantan y cambio cada dos por tres..!
La locura humana…
Q.-