
Rue Dauphine, 16 noviembre 2022. Foto JPQ.
Su crepería está a doscientos metros de la Rue du Pont-de-Lodi, de memorable historia…
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Ese nombre recuerda la victoria de Bonaparte contra las tropas austriacas, en 1796, con la que debería comenzar su triunfal campaña de Italia, inmortalizada por Jacques-Louis David y Stendhal. Picasso pintó el Guernica al final de la calle, en su estudio de la Rue des Grands-Augustins.
David pintó el más célebre de los retratos de Napoleón a caballo, «Bonaparte franchissant le Grand-Saint-Bernard» (1801). Comenzaba la leyenda indisociable de la victoria del Pont-de-Lodi. Es la obra que el joven cocinero de mi fotografía ha elegido como decoración de su crepería.
En «La Chartreuse de Parme» (1839 – 1841), Stendhal inmortalizó y dio una dimensión legendaria a la campaña de Italia:
«Le15 mai 1796, le général Bonaparte fit son entrée dans Milan à la tête de cette jeune armée qui venait de passer le pont de Lodi, et d’apprendre au monde qu’après tant de siècles César et Alexandre avaient un successeur.
Ces soldats français riaient et chantaient toute la journée ; ils avaient moins de vingt-cinq ans, et leur général en chef, qui en avait vingt-sept, passait pour l’homme le plus âgé de son armée…».
La juventud francesa quizá está hoy mucho más angustiada. Quizá sea mucho menos marcial. Pero un joven cocinero instala su negocio callejero a doscientos metros de la calle que recuerda tan lejanas leyendas de la épica nacional…
Que historia tan simpática, oiga.
Ah, qué bien, Carole. Son historietas que vienen de lejos, ay,
Q.-