Rue Nicolas Appert esquina rue Gaby Sylvia. Mural / homenaje, obra de C215, pseudónimo artístico de Christian Guémy, 1 octubre 2020. Foto JPQ.

La tiranía religiosa contra la revuelta de la juventud, las mujeres, la libertad y el deseo…

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El 7 de enero del 2015 un comando terrorista islámico asesinó a doce personas en la redacción parisina del semanario satírico Charlie Hebdo, para «castigar» la publicación de caricaturas de Mahoma.

Nueve años más tarde, el mismo semanario ha publicado caricaturas de los ayatolás iraníes, apoyando con mucho brío la revuelta popular contra la tiranía religiosa. Teherán ha vuelto a lanzar inquietantes amenazas contra el semanario …

Riss, Laurent Sourisseau, director de Charlie Hebdo, desde la tragedia del 2015, reacciona de este modo a las nuevas amenazas del Estado iraní: «Los mollahs no están contentos. Las caricaturas de su Guía supremo que publicamos la semana pasada no les han gustado, no les han hecho reír. La burla y la risa no son cosa de tiranos, que, en este caso, para colmo, son religiosos. Pero, ojo, su reacción no se ha resumido a las protestas diplomáticas. La sede comercial de nuestra revista ha sido víctima de ataques: hemos tenido que cerrarla provisionalmente. La policía investiga, pero todo parece indicar que los ataques han estado teledirigidos por Teherán. Nuestra redacción lleva años con vigilancia policial. El ministerio del Interior ha ordenado incrementar los controles y la vigilancia, armada…».

Los autores de la matanza del mes de enero 2015 deseaban «castigar» a los «infieles» que habían «osado profanar» la imagen de Mahoma. Ocho años más tarde, Charlie Hebdo comenzó muy pronto a apoyar, a su manera, la revuelta de las mujeres contra la tiranía religiosa, dando a esa revuelta la dimensión de una revolución sexual y social.

Desde hace semanas, Charlie Hebdo ha publicado muchos «chistes», caricaturas, dibujos, historias gráficas, que culminaron con las portadas del 4 y el 11 de enero.

La primera llevaba este título: «Mollahs: regresar a donde salisteis». Ese título presenta la imagen de una mujer grande riendo a carcajadas. Una cola de mollahs comienzan a entrar en el sexo abierto de la mujer. En el mismo número, un mollah arrodillado recibe en la cara la orina de una mujer que hace sus necesidades urgentes sobre el clérigo chií.

Esa primera portada de la semana pasada abrió una crisis inflamable. El gobierno iraní orquestó manifestaciones callejeras contra Francia y Charlie Hebdo, secundadas por numerosos grupúsculos islámicos en todo Oriente Medio. Teherán presentó una protesta oficial ante el gobierno francés.

Detalles que no amilanaron a la dirección y redacción de Charlie Hebdo. Bien al contrario. El semanario satírico organizó sobre la marcha un concurso internacional, presentado de esta manera: «Concurso internacional. Mollahs fuera. Si es usted un dibujante internacional, no lo dude: escriba o dibuje las caricaturas más divertidas de Alí Jamenei, el líder supremo de la República Islámica de Irán».

La respuesta no se hizo esperar: la redacción de Charlie Hebdo recibió varios centenares de caricaturas. Para todos los gustos, de la obscenidad a la agit-prop más brutal, con ayatolás que torturan, violan, copulan entre ellos, disfrutan ahorcando inocentes, etcétera, etcétera.

No contentos con una primera portada y un concurso más o menos internacional, Charlie Hebdo insiste en su último número, publicado el miércoles. La misma señora sonriente de la semana pasada, siempre desnuda, es presentada con este titular: «Decididamente, los mollahs no entienden nada de las mujeres». La señora desnuda tiene las piernas y nalgas bien levantadas, para mejor mostrar su culo, abierto, por donde sale una ristra de mollahs, diciendo: «Hemos tardado una semana en encontrar la salida».

El 2015, el tema central de las caricaturas y la cólera iraní era Mahoma. Ocho años más tarde, las mujeres, y las mujeres iraníes, en particular, están en el corazón de la nueva tormenta. Riss, director de Charlie Hebdo, razona de este modo la decisión editorial de presentar a las mujeres, desnudas, en la portada del semanario: «Lo que está pasando en Irán no es solo una revolución democrática: es una revuelta de los deseos y el placer. Los condenados a muerte, ahorcados, en Teherán, no son mujeres y hombres que han vivido intensamente sus vidas. Son jóvenes, que comienzan a vivir, con muchas esperanzas y deseos. Las pasiones tristes de los mollahs no soportan el desafío de las pasiones felices de la juventud iraní».

Charlie Hebdo es un modesto semanario satírico con una tirada de unos 60.000 ejemplares. Irán, la República Islámica de Irán, es un Estado gobernado por una tiranía religiosa, con muchos tentáculos en todo Oriente Medio, imponiendo su ley marcial a 87 millones de habitantes. Teherán cuenta con la complicidad activa o pasiva de grandes potencias totalitarias y menos totalitarias. Charlie Hebdo cuenta con los servicios de seguridad del Estado francés para intentar evitar otra venganza, otra matanza, otro baño de sangre. La batalla se anuncia larga, dura e imprevisible.

Chalie Hebdo está recibiendo el apoyo moral de muchos grupos de intelectuales, más o menos dispersos. Y los alrededores de su redacción, en un barrio modesto y multicultural, están literalmente acordonados por las fuerzas de seguridad del Estado, en armas.

La redacción del semanario satírico está unida y dispuesta a seguir su línea de trabajo, crítico. Hay muchos otros temas de trabajo: Macron, la reforma del sistema nacional de pensiones, el machismo que hace estragos en la extrema izquierda francesa, Putin, el Vaticano, Ucrania … pero, pero, la revolución iniciada por las mujeres iraníes, jóvenes y menos jóvenes, tiene una dimensión particular. Como dice Riss: también es una revuelta, una revolución, de la imaginación, el deseo, denunciando a toda hora la lúgubre tiranía religiosa islámica. ABC, La amenaza de Irán a Charlie: «Mirad lo que pasó a Rushdie». + PDF.

Charlie Hebdo.

Fotografía.