Faubourg Saint-Antoine, 26 marzo 2023. Foto JPQ.
El tufo callejero también tiene un costo económico y social…
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«Para el bar y el pequeños bistrot, la huelga de los basureros ha sido una catástrofe. Los hoteles y grandes restaurantes, claro, claro, han sufrido mucho de las montañas de basura. Pero tienen más recursos financieros. Para nosotros, una montaña de basura, en la esquina, ha sido una putada más dura, directa. La clientela de la terraza ha desaparecido o disminuido mucho, durante muchos días. Ir al bar a tomar una copa, una cerveza, con el tufo de cantidades industriales de basura, en la puerta, nos ha hecho perder mucho dinero…».
José says
Hemos pasado de hacer poca basura a ver ahora que está en las calles las montañas que hacemos. Nadie dice nada de las empresas que lo embalan todo. Apenas sabemos de dónde viene lo que comemos no digamos de otros aspectos de la producción de lo que compramos por mucho made que ponga en las etiquetas. El comercio siempre ha existido y existirá mientras nuestra especie cope el planeta. Lo que necesitamos para poder llevar una vida más o menos buena no se corresponde con lo que desechamos lo que convertimos en basura. Las grandes ciudades inundan sus alrededores de deshechos. Hay una ley en termodinámica que cada vez necesitaremos más trabajo y más espacio para mantener un cierto orden vivible en las ciudades y demás lugares donde se desordene el medio donde se vive. Las calles se llenan de olores fétidos insectos y ratas. Hoy puede ser que Hamelin este de huelga pero mañana puede ser que las ciudades miseria colapsen. No harán falta guerras para que haya trabajo eso sí el de siempre limpiar y producir para vivir como en el Moscú de los noventa del siglo pasado. Macetas con patatas y tomates.
JP Quiñonero says
José,
Bueno … para colmo, si quedan no sé cuantas toneladas de basura sin recoger, durante días y días, por calles céntricas con bares y restaurantes, imagínate el lío, el tufo, la peste y las ratas…
Ayayayay …
Q.-
Fina says
¡Ay, Josep!
¡Qué difícil es poner orden!
Si ya cuesta ponerlo en una casa, que no será en una ciudad o en un país…
Que triste y prosaico imaginar mis macetas de flores convertidas en patatas y tomates…pero claro, primero son los garbanzos…