Salon des Entrepreneurs, 1 febrero 2017. Foto JPQ.
Si este fin de semana hubiese elecciones presidenciales, Marine Le Pen sería elegida presidenta de la República y su partido, Agrupación Nacional (AN), se confirmaría como el primero o el segundo partido de Francia, el más votado por los obreros y las clases sociales más modestas.
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En las presidenciales de abril y mayo del 2022, Emmanuel Macron fue elegido presidente con el 58,55 % de los votos emitidos en la segunda vuelta, eliminando a Marine Le Pen, que solo fue votada por el 41,45 % de los electores.
Un año más tarde, según un sondeo Elabe, por cuenta de BFMTV, primera cadena de información permanente (privada), reputada y respetada, Le Pen podría conseguir, el domingo que viene, el 55 % de los votos, derrotando a Macron, que solo conseguiría el 45 % de los votos. En doce meses cortos, la candidata de extrema derecha habría ganado 13,55 puntos en intenciones de voto, cuando el presidente en funciones ha perdido la misma proporción de votos.
La crisis de las pensiones ha favorecido considerablemente a la extrema derecha. Pero la ascensión de Agrupación Nacional (AN, extrema derecha) y su presidenta / fundadora es muy anterior. Asistimos a la culminación de un proceso histórico que viene de muy lejos, acelerándose de manera llamativa desde las elecciones europeas del 2019, cuando la extrema derecha se convirtió en el partido más votado en Francia, por vez primera, consiguiendo el 23,34 % de los votos.
En las elecciones europeas del 2019, el partido de Macron solo consiguió el 22,42 % de los votos, los ecologistas consiguieron el 13,48 %, Los Republicanos (LR, derecha tradicional) consiguieron el 8,48 %, La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda) consiguió el 6,31 %, el PS consiguió el 3,27 %, el PCF quedó diluido e una insignificancia absoluta. La ascensión de la extrema derecha coincidía, ya entonces, con el hundimiento histórico de la derecha, el socialismo y el comunismo tradicionales. Comenzaba una nueva página en la historia de Francia.
Las legislativas del 2022 confirmaron esa tendencia de fondo y gran calado, no solo nacional. En la primera vuelta de la presidencial, Macron consiguió el 27,85 % de los votos, seguido de Marine Le Pen con el 23,15 %, Mélenchon (extrema izquierda) con el 21,95 %, Pécresse (derecha tradicional) con el 4,78 %, Jadot (ecologista) con el 4,63, Roussel (comunista) con el 2,28 % y Anne Hidalgo (socialista, nacida en Cádiz) el 1,75 % de los votos.
En las legislativas del mes de junio siguiente. Renacimiento, primer partido, sin mayoría, el partido de Macron, consiguió 170 escaños, seguido de la Agrupación Nacional (AN extrema derecha) de Le Pen con 89 escaños, LFI con 75 escaños, LR con 62 escaños, PS con 31 escaños, ecologistas 23 escaños, el PCF con 22 escaños. Se trataba de un aldabonazo en la historia parlamentaria de Francia, confirmado de manera espectacular once meses más tarde.
Culminando esas tendencias de fondo, Marine Le Pen no solo podría ser elegida presidente el fin de semana que viene. Y su partido, AP, no solo ha mejorado su implantación social. La extrema derecha es el primer partido obrero de Francia, desde hace más de veinte años, votado del 30 al 35 % de los obreros. Todos los estudios sociológicos confirman que la extrema derecha ha seguido creciendo entre las clases sociales menos favorecidas, cuando el PS y el PCF dejaron de ser partidos «obreros» hace años, cuando la extrema izquierda está bien o muy bien implantada entre los jóvenes de las periferias urbanas.
Paradójicamente, la ascensión de Marine Le Pen coincide con una muy agria disputa contra su propio padre, Jean-Marie Le Pen y contra su sobrina, Marion Maréchal, que aspiraba a liderar el partido político «familiar» hasta confesar su derrota y militar en un grupúsculo de extrema derecha liderado sin éxito por Éric Zemour.
La extrema derecha comenzó a crecer de manera llamativa, cuando Marine decidió «recentrar» el partido fundado por su padre, Frente Nacional (FN, heredero de las antiguas corrientes neo nazis y neo fascistas), para defender una extrema derecha menos radical. Su padre, Jean-Marie, denunció el giro político de Marine, diciendo que su hija había convertido el partido familiar en un «partido de mariquitas». Marine no dudó en utilizar un puño de «hierro» para expulsar a su propio padre de la antigua FN, reconvertida en AN. El patriarca decidió apoyar a su sobrina Marion para intentar desestabilizar a su propia hija. Marine también ganó esa guerra familiar que hoy divide a los Le Pen. El patriarca, hospitalizado con gravedad. La primera y la segunda esposas enfrentadas por unos desnudos en «PlayBoy». La sobrina, a cara de perro con la tía. El resto de la familia, esperando que Marine Le Pen llegue al Elíseo para ocupar los puestos que pudieran corresponder. ABC, La crisis de las pensiones encumgra a Marine Le Pen + PDF.
Los obreros votan a la extrema derecha de Le Pen desde hace muchos años… Cronología.
Antonio Rubio Plo says
Es una realidad, Juan Pedro: Macron ha abierto el camino a Le Pen y Melénchon. Si esas son las alternativas de Francia para 2027… Me imagino que algunos querrán ver a Marine en el espejo de la Meloni, o sea que la cosa al final no ha sido para tanto. Pero también pienso que si fuera elegida los índices de popularidad de la primera presidenta de Francia no tardarían en caer. Macron, personaje político y literario, supuesto salvador de Europa, no saldrá bien parado del juicio de la historia. ¿En qué cabeza cabe que uno se pueda a hacer un partido a su medida, como si de un nuevo De Gaulle se tratara, y luego no tener un sucesor? La egolatría política nunca tiene previsto sucesores. Lo vemos aquí también.
Por cierto, ¿qué pensará Baverez de todo esto? ¿La Francia liberal no se deprime del todo?
JP Quiñonero says
Antonio,
No.
Los obreros franceses comenzaron a votar Le Pen en 1997. Y, desde entonces, la extrema derecha no ha dejado de crecer. Cuento la historia en este artículo.
Una cronología: Los obreros votan a la extrema derecha de Le Pen desde hace muchos años… Cronología.
Mélenchon y su partido son el fruto maduro del hundimiento histórico del PS y el PCF. Su griterío es el mejor aliado de Le Pen.
«Aliados pero no vasallos…» es la consigna de todos los presidentes franceses desde de Gaulle. Giscard, Mitterrand, Chirac, Sarkozy y Hollande cumplieron siempre con ese principio cardinal de la V República. En el caso de Chirac de manera mucho más llamativa. Callar o ignorar esa matriz diplomática nacional, francesa, insultando a Macron, es un comportamiento insignificante y demagógico, impropio del análisis diplomático sólido.
Como el resto de sus antecesores, Macron comenzó por poner el arma nuclear francesa al servicio de la seguridad europea. Alemania y Europa del este confirmaron su elección histórica: prefieren el paraguas atómico que pagan los contribuyentes norteamericanos. ¿Qué ocurrirá cuando ese paraguas esté controlado por Trump o un presidente más o menos parecido? Schroeder, Merkel y Scholz agravaron esa tendencia: Schroeder es consejero de Putin, tras haber facilitado el gasoducto aprobado por Merkel, dando a Moscú el grito de parte de los suministros energéticos europeos. Scholz ha acelerado ese alejamiento, compatible con mayor dependencia USA: ha eliminado todas sus centrales nucleares y ha puesto en marcha un sistema antimisiles con tecnología de Israel y USA… en los antípodas de la «soberanía estratégica, industrial y militar» que propone Macron desde hace años.
¿La historia? Veremos que pasará los próximos años.
De momento … los contemporáneos de Macron, Scholz, Meloni, Sánchez ¿hay alguien más? destacan por su pequeñez nacionalista, invisibles es la escena internacional.
Q.-
Antonio Rubio Plo says
Yo también prefiero a Macron a las otras alternativas, pero lo que no acabo de entender es. ¿Qué viene después de 2027? La historia lo dirá, sin duda, pero Macron tiene algún plan para los próximos años?. La pobreza expositiva de Le Pen en el debate electoral era abrumadora.
Te preguntaba por Baverez. No me he atrevido a comprarme su último libro, seguramente muy parecido a los anteriores, porque me parece que es la voz que clama en el desierto, la voz de una Francia liberal y casi imposible.
JP Quiñonero says
Antonio,
Bueno … la experiencia viene a decir que los favoritos un año antes pierden o pueden perder la batalla final de la presidencial… la misma experiencia sugiere que puede ganar un candidato que no se destape muy a última hora… es decir, no antes de seis, siete, ocho o nueve meses antes … ¿quién será? Nadie lo sabe. Hay un rosario de candidatos a la candidatura.
…
Baverez siempre ha sido muy crítico con Macron, por una razón de fondo: la retórica tradicional de la grandeza pagada con déficit y deuda pública: ese es el punto débil de Macron … está muy bien defender el puesto de Francia en África o la soberanía industrial / militar de Europa … está mucho menos bien pagar todo eso con dinero prestado y déficit… problema histórico / nacional: el último presupuesto nacional equilibrado fue el del último gobierno de Giscard … desde entonces, Mitterrand, Chirac, Sarkozy, Hollande, han vivido a crédito, con deuda pública, que no ha dejado de crecer … Macron llegó prometiendo restaurar los equilibrios presupuestarios … los chalecos amarillos, el covid, la guerra de Ucrania costaron y cuestan mucho dinero… Macron sigue prometiendo que el objetivo es … vaya usted a saber…
Q.-
José says
Nosotros sabemos mucho de vivir en la extrema extrema derecha. Cincuenta sesenta años o los que fuesen . Tuvimos un amigo de nazis fascistas incluso un inventor del nacional catolicismo. Un general que acabo con una república e inventó un régimen que fue apoyado con bases militares de las democracias apartheid. Hoy las teocracias ilustradas sustituyen a las dictaduras del siglo pasado. Las hay de todo tipo y modelo con la finalidad de mantener unas desigualdades que no siempre son materiales. La biblia está en las mesillas de medio mundo lo mismo que el Corán los vedas Confucio mi lucha libro rojo ..
si hay algo que no se ha conseguido y es probable que no se consiga es el poder de crear igualdades con todo tipo de artilugios. Creímos que Espartaco liberaría los esclavos pero se convirtió en su dueño como Zapata que abandonó el poder porque su espalda no podía aguantar más tantas injusticias. Todo depende como le vaya a uno en la feria para que suelte un discurso u otro. Mientras tanto se industrializan los paises y el queso gruyere con sus agujeros ABQ es capaz de partirse en trocitos imposibles de disfrutar.
JP Quiñonero says
José,
Ayayayay …
Q.-