
Place de l’Opéra, 29 mayo 2023. Foto JPQ.
Ah, la Ópera Garnier…
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La Ópera de Napoleón III y Eugenia de Montijo, de Sarah Bernhardt y María Callas, de Oscar Wilde y Marcel Proust, de los Ballets Rusos, Degas y Chagall, etcétera, etcétera.
Templo laico del gran arte. Tras historia tan gloriosa, el Estado debe recurrir a la publicidad patriótica para pagar las facturas de su mantenimiento y restauración. Y la publicidad patriótica debe recurrir a las grandes estrellas multiculturales de la publicidad de nuestro tiempo para intentar nombrar lo sublime que la Callas y Sarah Bernhardt encarnaron a su manera, muy otra.
La Ópera Garnier y la vuelta del turismo de masas a París.
La Ópera Garnier … Proust, Zola y la primera sesión de cine comercial.
Cuando los curas fueron sustituidos por los artistas cuando los artistas son sustituidos por los logos empresariales. Y la vida sigue. Solo nos falta pensar en la próxima sustitución. En las grandes explotaciones del sur norte este oeste y en los campos urbanos extendidos por todas las ciudades solo se oyen los quejidos es la nueva música sin pianos ni violines solo la voz del quejio sea la despedida de nuestra soledad cósmica. Unos cuerpos tatuados y quejosos sea el último arte religioso de despedida en este único valle diseñado por nosotros . Será la obra de las obras nuestra ópera callejera. La obra total del colapso de nuestros sentidos. El umbral máximo sensorial que hemos sido capaces de aguantar antes de caer vencidos definitivamente. La última ópera callejera de los sin techo cósmico. Sin estrellas no hay magia para que la vida continúe.
José,
«¡Socorrooooo…!»
«Virgencita, Virgencita, porfa …»
Q.-
Josep,
Qué poético y cierto esto que dices:
«Sin estrellas no hay magia para que la vida continúe».
Menos mal que te conozco un poco y sé que no eres tan apocalíptico como parece… Si no ya estaría pidiendo socorro como Quiño… 🙂
Buenas noches a todos/as.
¡Ay, Quiño!
Qué triste no poder contemplar estos templos en todo su esplendor. Ojalá pudieran encontrarse otras fuentes de ingresos para su mantenimiento y restauración.
Estos anuncios publicitarios me parecen como una profanación de lo sagrado, pues colocan en el altar al mejor postor.
En fin, es lo que hay y lo que dicen… «El que paga manda».
Fina,
Algo así, efectivamente.
Para colmo, quienes pagan, el Estado, en ese caso, recurre al déficit, la deuda, los impuestos…
Palanteeeee
Q.-