Rue Pierre-Lescot, 15 julio 2018. Foto JPQ.
El fútbol ilumina el estado moral de Francia.
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En esas estamos: «Klylian Mbappé, uno de los jugadores de fútbol más famosos de Francia y Europa, ha declarado: «Me duele Francia. Vivimos una situación inaceptable. Estoy con la familia y los amigos de Nahël, un ángel que se ha ido demasiado pronto».
Desde hace muchos años, las metamorfosis étnicas, culturales y religiosas de la selección nacional de fútbol, sus triunfos y derrotas, el seguimiento social de esa peripecia épica y deportiva, ilumina con precisión la trágica crisis nacional de la banlieue, los suburbios.
2012, 27 junio. El fútbol, la moda, el desarraigo, la publicidad, los suburbios, las crisis.
2018, 3 agosto. La Francia africana y multicultural gana el Mundial y se tira a la calle en París 26.
2022, 15 diciembre. La Francia multicultural hace suyo el triunfo contra Marruecos en Qatar.
José says
La ternura común por las cosas. Un deporte una música una comida unos pantalones una bebida…para todos lo mismo. Es ha sido el objetivo del mercado. Acabar con la variedad para poder uniformizar las mercancías controladas por un sistema productivo borracho de cosas y beneficios. Gentes llegadas de los desiertos de las selvas de las zonas templadas frías húmedas secas….todos mezclados en las megalópolis. Todos iguales frente al mismo motor y la misma comida el mismo deporte y la misma música. Incluso los cuerpos quedan reducidos a mercancías de generos sexuales . Lo único natural que queda en la ciudad son los cuerpos tatúados y se metamorfosean en mercancías de todo tipo. Una sola ciudad para millones de individuos viendo el mismo partido de fútbol. De Mont Pelerin a Chicago de Davos a Bilderberg….el mismo mundo la misma época el mismo pensamiento cero para todos….la misma caverna y las mismas sombras hasta los sueños son los mismos. Fuera las aguas negras donde ningún reflejo pueden ver los viejos ciegos.
JP Quiñonero says
José.
«Virgencita, virgencita…»
El apasionamiento popular por el fútbol tiene muchos flecos, orígenes y consecuencias, ay …
Q.-