Bobigny, a cien metros del Tribunal judiciaire, 14 febrero 2017. Foto JPQ.
La crisis de la «banlieue», los suburbios de París y de Francia, ha confirmado una tendencia inquietante: ser alcalde es una profesión a riesgo, físico, personal y familiar, agrietando una de las matrices de la vida política nacional.
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Durante los seis días de violencias, incendios, vandalismo e intentos de asesinato, de la semana pasada, 220 alcaldes fueron agredidos, con riesgo físico grave. Cifra que confirma una tendencia a la alza, de muy distinto origen, de los últimos tres años.
En Francia hay 35.000 municipios. El 2021 fueron agredidos 1.720 alcaldes. Cuatro alcaldes agredidos por día. El 2022, 2.265 alcaldes fueron agredidos. Seis agresiones diarias. Un incremento del 32 % según las estadísticas oficiales del ministerio del Interior.
Vincent Jeanbrun (conservador), alcalde de L’Haÿ-les-Roses (32.000 habitantes), en la periferia de París,
fue víctima, días pasados, con su esposa e hijos, de un violentísimo intento de asesinato, precedido del incendio de su domicilio personal, y comenta la tragedia personal y nacional de este modo: «No nos quieren porque representamos el orden y la democracia. Más allá de mi caso personal, se trata de una amenaza para las libertades públicas».
Yannick Morez fue alcalde de Saint-Brevin-les-Pins (15.000 habitantes), en la Bretaña, entre abril del 2017 y el mes de mayo pasado, cuando decidió dimitir por estas razones: «Durante muchos meses, grupúsculos neofascistas y la extrema derecha nacional organizaban manifestaciones ante mi domicilio. Un día pegaron fuego a mi coche, con cócteles Molotov, y las llamas del incendio tocaron los muros de mi casa. Tras una larga reflexión con toda mi familia decidí dimitir. Me sentía abandonado por las fuerzas del orden locales y regionales, abandonado por el Estado. Ni siquiera hubo condenas oficiales.»
El incremento espectacular de la violencia contra los alcaldes tiene dos consecuencias inmediatas. 1.293 alcaldes ha dimitido en los últimos tres años y, según la «Association des maires de France» (AMF), el 55 % de los alcaldes actuales no desean presentarse en las próximas elecciones municipales, el 2026. Según David Lisnard, presidente de la AMF, «se trata de un proceso nunca visto».
Según Martial Foucault, director del «Centre de recherches politiques de Sciences Po» (CEVIPOF), autor de un ensayo de referencia, «Alcaldes al borde del ataque de nervios», la crisis de los alcaldes franceses tiene muchos orígenes: «De entrada, descubren muy pronto que no tienen los recursos económicos que esperaban. Luego, la situación muy tensa del país los instala en primera línea de crisis. La tensión y la polarización radical tienen malas consecuencia. A las violencias físicas, graves, es necesario añadir los insultos y la falta de civismo permanente, con ataques, a toda hora, en la calle, en el bar, en las redes sociales».
A finales del mes de mayo pasado, cinco semanas antes del estallido de la crisis de la «banlieue», los suburbios, Emmanuel Macron declaró temer que la Francia que él preside esté siendo víctima de un proceso de «descivilización», salvajismo, convocando un consejo de ministros excepcional para pedir a su gobierno que actuase con energía «ante las muestras crecientes de descivilización», que él mismo resumió con precisión: «Violencias criminales en grandes ciudades, violencias contra alcaldes, diputados y senadores, violencias contra familiares de políticos conocidos, violencias callejeras de todo tipo, acompañadas de incendios y llamamiento al recurso a la guillotina para «resolver» problemas.»
El concepto de «descivilización» fue acuñado por Norbert Elias, en 1939, para describir la tragedia histórica de una sociedad civilizada que se deja arrastrar por procesos de destrucción física, moral, cívica, institucional de todos los principios de la vida civilizada. Macron lo utilizó días después que un sobrino de su esposa, Jean-Baptiste Trogneux, fuese agredido a la salida de una famosa chocolatería familiar, en Le Touquet-Paris-Plage (Pas de Calais), en el norte de Francia.
Las violencias, incendios y vandalismo de la semana pasada, las violencias crecientes contra los alcaldes, desde hace tres años, confirman la tesis presidencial del riesgo de «descivilización» de Francia.
A primeros del 2022, Richard Ferrand, que presidía la Asamblea Nacional (AN), primera cámara del Parlamento francés, anunció que la Asamblea presentaría una querella penal contra todos los agresores de alcaldes, diputados y senadores. Durante los doce meses siguientes, los tribunales de Justicia tenían pendientes más de 2.265 procesos contra culpables y presuntos culpables de violencias de ese tipo. Cifra oficial del ministerio del Interior.
Encarnación de una profesión a riesgo de nuevo cuño, el alcalde francés de nuestro tiempo se ha convertido en «icono» de varias crisis profundas.
La gestión local de los 35.000 municipios franceses plantea problemas económicos e institucionales de fondo: el alcalde tiene, con frecuencia, pocos recursos locales para atender las necesidades inmediatas, en escuelas, guarderías, sanidad y seguridad.
Al mismo tiempo, el alcalde, los alcaldes, están primera línea de las inquietudes de mayor calado: inquietud ante el incremento de la violencia en la «banlieue» y los suburbios de las ciudades grandes y pequeñas; inquietud ante la «desaparición» de la Francia tradicional, «víctima» de la ascensión de una nueva Francia multicultural; inquietud e impotencia ante procesos que amenazan la sociedad tradicional, de la fragmentación de las familias a la ausencia de una representación política que «canalice» ese rosario de catástrofes. ABC, Ser alcalde, una profesión a riesgo en Francia: más de 2.000 regidores fueron agredidos el último año. + PDF.
La nueva Francia multicultural, semillero de violencias y tensiones / Bobigny 3.
Bobigny… la banlieue, entre incendio e incendio 16.
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Francia pese al despliegue de 40.000 policías: hay 667 detenidos.
La banlieue / los suburbios, campo de minas incendiarias de París y las grandes ciudades de Francia.
Descivilizar re civilizar civilizar. Desde el siglo diecinueve y veinte los civiles son aplastados por los dueños de las máquinas. Ya se habla de un noventa y nueve dirigido por un uno por ciento que controla casi todo eso si por poco tiempo. La máquina con pantalla lo controlan casi todo y a todos. Mientras los civiles las sirven. Unos inventaron la física matemática bueno el mecanicismo y otros le pusieron el motor con sus combustibles la termodinámica y se fue extendiendo por todas partes . Las civilizaciones anteriores pararon el desarrollo de estas tecnologías pues no sabían que hacer con sus esclavos. Incluso algunas crearon un mundo trascendente que garantizaba que podían vivir todos como amos y esclavos pero sin dejar de ser hermanos . Otros pudiendo y deseando lo pararon el desarrollo de sus máquinas con culturas de todo tipo por miedo a que sus armas se convirtiesen en causa de su propia extinción. Hasta que países de Europa se liberaron de estos límites y tiraron hacia delante sin que nada los frenase. Los incisivos los convirtieron en misiles y las garras en todo tipo armas. De pronto la ciudad se des civilizo y todos sin rituales entraron en un ataque de pánico con sudores fríos y volvieron a vivir la posibilidad de las muertes violentas está vez en plan industrial una vez rechazas todo tipo de civilizaciones que habían intentado atrasar todo lo posible el actual momento con sus posibles acontecimientos. Y todo empezó con la física matemática y la termodinámica y puede que acabe con la robótica y la IA. Igual puede que nos conformemos en vivir dentro de los programas trascendentes de la nueva tecnología. Largo nos lo fiáis a los civiles descivilizador.
José,
Pues vaya usted a saber.
La familia, la escuela…
Q.-
Josep,
Si no hay otro remedio, tendremos que conformarnos con vivir dentro de los programas trascendentes de las nuevas tecnologías…como tú dices.
Veremos, o no…
Bona nit. Buenas noches a todos/as.
¡Ay, Quiño!
Llegar a ser alcalde…Lo que antes parecía un honor beneficioso ahora se ha convertido en un cargo de riesgo.
¡Cómo cambian las cosas, los valores, las tradiciones…! Habrá que adaptarse a lo que hay, no veo otra salida. Pienso que la revolución tecnológica que vivimos nos controla, dirige y atemoriza, sin entender bien dónde nos conduce.
Incivismo, violencia, destrucción, agresiones, crímenes…
¿Será posible salir de esta crisis y organizar sociedades multiculturales tan diversas?
Habrá que poner velas a todos los Santos…
Fina,
Bueno … de momento, Macron ha decidido consagrar un montón de millones para intentar proteger a los alcaldes, diputados y senadores. Veremos…
Q.-