Burdeos, 5 octubre 2012. Foto JPQ.
¿Cómo se degrada y sobrevive la vida social y la vida íntima -erótica y sexual incluída- en edificios de esa índole..? Me preguntaba, hace años, cuando comencé a explorar las relaciones entre urbanismo, crisis sociales y crisis amorosas, familiares →
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→ Urbanismo, sexualidad y crisis en nuestras ciudades, su banlieue y suburbios.
Céline sobre la banlieue: “Tierra sin alma, campo de trabajo maldito..”.
Paisajes urbanos invisibles, en Barcelona, Badalona, St.-Adrià…
Le Monde insiste hoy en esa relación entre el urbanismo, la banlieue, los suburbios, y la crisis incendiaria que volvió a estallar en Francia la semana pasada:
Nanterre, des bidonvilles des années 1950 à l’utopie, puis aux émeutes.
Fina says
Quiño,
Me parece imposible tener una vida plena en edificios tan frios y uniformes como este.
Es deprimente y muy triste, me recuerda una granja…No es de extrañar que existan tantas crisis y conflictos viviendo en estas condiciones.
¡Ay, Quiño! Todo era tan distinto con «La caseta i l’hortet» en plena naturaleza. Creo que el hábitat influye mucho en el bienestar y la salud de la humanidad y lo estamos destruyendo.
Muy interesantes y ciertas las relaciones que exploras…
Gracias.
JP Quiñonero says
Fina,
Amén … vivir en ese tipo de edificio y aglomeraciones temo que sea duro, difícil, ay.
«Una imagen vale más…»
Graciasssss
Q.-
José says
Del realismo socialista al realismo neoliberal. De los campos de concentración de trabajo a los barrios de las megalópolis. De la ciudad industrial a la ciudad punto com o mejor a la ciudad plastificada. La trayectoria urbanista de estos últimos doscientos años ha sido sacar a la gente del campo de los pequeños pueblos algunos con tradiciones milenarias y acabar con las comunidades para las nuevas ciudades de individuos industrializados. La vida del campo y de las pequeñas ciudades basada en tradiciones de todo tipo va desapareciendo y aparecen las ciudades de individuos. Lo que eran templos se convierten en instituciones que tienen el objetivo de pasar de un control religioso cultural basado en la tradición a un control biológico industrial. De la casa hecha por el dueño con sus vecinos a las casas construidas por empresas casas clónicas hechas como churros donde se acumulan individuos traídos de todas partes para alimentar las fábricas y después las oficinas o el cuidado de la biomasa urbana. De la política de la ciudad con sus comunidades a la biopolítica de las poblaciones con sus individuos. De las mazmorras al gran panóptico de la ciudad plastificada. Del barrio con su vida más o menos social al pisito con su Disneylandia particular. Muchos urbanistas se inspiran en el control de los individuos en la s guerras urbanas permanentes. Grandes bloques donde puedan vivir muchos al lado de urbanizaciones para los que controlas los campos de trabajo y mantienen pequeñas comunidades patológicas basadas en el control de los poderes y de las riquezas. Ciudades zoos donde las veinticuatro horas están controlados los animales humanos hasta que algún fallo hace caer los muros visibles e invisibles y entonces todo se mezcla y desaparece el falso orden. De los campos de concentración a los campos neoliberales. De intentar vivir al puro sobrevivir urbano actual.
JP Quiñonero says
José,
Ojoooooo … en el caso de Francia, muchos de esos campos fueron construidos por gobiernos socialistas… y, y… las primeras protestas contra la inmigración fueron del PCF…
Q.-