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El Portal de l’Àngel, 29 julio 2023. Foto JPQ.
Con frecuencia, la “guerra” / hostilidad de las extremas izquierdas & extremas derechas contra el turismo tiene profundos perfumes racistas.
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España, Cataluña, “el turismo es el verdadero terrorismo”.
Martin Parr, en Barcelona y Atlanta.
Barcelona, metamorfosis histórica … ante el futuro del turismo, plaga o maná.
José says
Todo el planeta cableado una inmensa red acaba con el espacio todo lo que ocurre ocurre al mismo tiempo. Los turistas pueden estar el mismo día en un país y en el que está en las antípodas. No hay espacio en el tiempo. Estamos en plena diáspora. Todos o casi todos han hemos perdidos las raíces. Cada vez somos más nómadas no sólo como turistas también como simples cosmopolitas urbanos. Familias desperdigadas por todo el planeta.. De aeropuerto en aeropuerto nos vemos más por la pantallas que presencialmente. Un mundo más virtual que real. Unos turistas que lo pisotean todo . Unos indios que se molestan cada vez más de ser invadidos por gente extraña. Se alteran las raíces de los pueblos y las gentes que hasta hace poco tenían un lugar donde vivir con todas las características acumuladas durante generaciones. Cuando son invadidos se defienden o patalean como extremistas y ellos mismos acaban por convertirse en turistas por mucha violencia que muestren. Aceptan que fuera del sistema no hay espacio y todos están en el mismo tiempo. Un planeta Tierra de turistas de hormigueros pisoteados.
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JP Quiñonero says
José,
Bueno … en el turismo se perciben una diversidad muy grande de identidades… la imagen de las señoras musulmanas bien, con sus buenos velos, fotografiándose ante el monumento a Maciá de la Plaza de Cataluña, en Barcelona, me parece «emblemática» … dos identidades colectivas bien reales, en las que se reconocen muchos hombres y mujeres, cohabitando mal que bien con muchas otras identidades, en paños menores, con frecuencia…
Q.-
Fina says
Josep,
Ciertamente, en un mundo cada vez más virtuai se agradece lo presencial. «El calor humano», como suele decir Don Ricardo Lanza.
Quizás el encierro y temor sufridos durante la pandémia hace que se desborde el turismo ansioso de libertad, de viajar y conocer nuevos destinos…
Personalmente me agobian cada vez más los viajes y los aeropuertos, prefiero la tranquilidad del hogar con los míos, plantar mis raíces y morir en la tierra que me vio nacer. Espero que ello sea posible…y si no, que sepa ampliar horizontes para considerar a todo el planeta como mi tierra, sin fronteras ni nacionalidades.