Jihad (2005), una de las obras más polémicas de Médine. “Crucifions les laïcards comme à Golgotha”, “Don’t Laïk”.
El racismo de extrema izquierda agrava y divide a las izquierdas francesas, ecologista, socialista, comunista, populista, que, juntas, tienen menos electores y diputados que la extra derecha tradicional de Marine Le Pen.
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Europa Ecología – Los Verdes (EELV) y La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda populista) han invitado a sus “universidades” de verano al cantante / rapero Médine, Médine Zaouiche, nacido en Le Havre (noroeste) en 1983, de padre magrebí.
En la tradición política francesa, las “universidades” veraniegas son grandes reuniones “festivas”, donde cada partido lanza la “rentrée”, el comienzo del nuevo curso político, presentando sus ideas y proyectos de acción.
La iniciativa de EELV y LFI comenzó causando estupor entre los militantes de ambas formaciones. Médine arrastra las cacerolas de un rosario de polémicas racistas y su “cohabitación” frecuente y “musical” con el islamismo subversivo, terrorista.
Muchos electores y militantes ecologistas apoyan el activismo pacífico “tranquilo”. Pero parte de la dirección de EELV giró hace tiempo hacia un “ecologismo de combate”, sembrando una primera división. La invitación a la gran “misa” (laica) del verano ecologista atizó las divisiones. Muchos ecologistas más o menos radicales consideran “infumables” las letras racistas de Médine.
En el seno de LFI, la invitación de Médine agravó las tensiones entre el líder del partido, Jean-Luc Mélenchon, sus amigos, en la dirección, y buena parte de la vieja guardia populista. LFI comenzó siendo un partido de extrema izquierda “clásica” para derivar hacia el multiculturalismo más radical. Este verano han estallado las divisiones.
EELV y LFI forman parte de la coalición NUPES (Nueva Unión Popular Ecológica y Social), concebida como alianza electoral en las elecciones legislativas de junio del 2022. Hace catorce meses, NUPES consiguió menos votos y menos escaños que Agrupación Nacional (AN, extrema derecha), el partido de Marine Le Pen.
Desde entonces, Jean-Luc Mélenchon (líder de extrema izquierda populista) ha intentado liderar y orquestar el futuro de NUPES. En vano. El PS y el PCF, convertidos en sombras de lo que fueron, partidos sin influencia política visible ni implantación electoral en toda Francia, se han resistido. El “coqueteo” de una parte de la dirección de EELV y LFI con el racismo de extrema izquierda cultural ha agravado las tensiones y divisiones.
El PS nunca fue un partido obrero ni popular, votado por clases medias y funcionarios. El racismo de Médine, asumido por dirigentes ecologistas y de extrema izquierda, causa pavor en la dirección socialista y entre sus electores. Las viejas glorias del socialismo francés, comenzando por el ex presidente François Hollande, contemplan la crisis socialista y la crisis de todas las izquierdas con callada melancolía impotente.
El PCF histórico fue un partido bastante obrero. Hasta que una mayoría de obreros franceses abandonó el comunismo electoral por la extrema derecha de la familia Le Pen. El 35 % de los obreros franceses votan extrema derecha desde hace treinta años. La nueva dirección del PCF intenta renovarse y “reconquistar” parte de su antiguo electorado. El racismo de Médine dinamita las relaciones entre el PCF y LFI.
Desde LFI, Mélenchon acusa a sus renuentes “aliados” socialistas y comunistas de “alta traición”. Desde el PS y el PCF, el griterío extremista confirma la decisión de mantenerse al margen y alejados de personajes como Médine, que también marca un nuevo rumbo de una cierta canción francesa: la emergencia de un rap radical, que no duda en “coquetear” con el islamismo radical, próximo la yihadismo terrorista. ABC, El ‘fichaje’ de un rapero con historial racista e islamista divide a la izquierda francesa + PDF.
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