“Claude dans les bras de sa mère”, óleo / tela, 92 x 73, 1948.
La muerte, en Suiza, de Claude Ruiz Picasso (Boulogne-Billancourt, 1947), el jueves, cierra definitivamente una de las páginas más melodramáticas, rozando lo dramático, del legado íntimo de Pablo Picasso, quizá el más grande de los pintores del siglo XX.
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Picasso tuvo cuatro hijos, Paul, nacido de su unión con Olga Khokhlova, fallecido en 1975; Maya, hija de Marie-Therèse Walter, fallecida el 2022; Claude y Paloma, nacidos en 1947 y 1949, de sus relaciones adulterinas con Françoise Gilot, entre 1947 y 1953.
Picasso inmortalizó a Claude en una decena corta de óleos bien conocidos y apreciados. Claude vestido con un traje de niño polaco. Claude jugando con un caballito de madera. Claude jugando con un camión. Claude en los brazos de su madre… Obras que iluminan un amor paternal intacto y pertenecen a la historia del gran arte del siglo XX.
Sin embargo, Picasso nunca “legalizó” o no quiso legalizar, por olvido o dejadez, la situación administrativa de Claude y Paloma Picasso. Durante sus años de vida amorosa con Françoise Gilot, Picasso seguía siendo, oficialmente, el marido de Olga Khokhlova. Según la legislación francesa de la época, los hijos nacidos de una relación adúltera no podían adoptar el apellido paterno…
Durante más de veinte años, Claude Picasso fue un hijo natural, nacido fuera del matrimonio, sin apellido administrativo claro. Su padre y su madre negociaron que Claude y Paloma pudieran usar el Ruiz Picasso paterno, pero, en términos legales, Claude vivió cerca de tres décadas en una suerte de “limbo” casi absoluto.
La ruptura entre Françoise Gilot y Pablo Picasso se consumó en unos términos duros y dramáticos. Claude y Paloma “pagaron”, en bastante medida, la tensión brutal entre sus padres, separados, sin ofrecer a sus hijos el calor de un hogar “tradicional”.
Con la mayoría de edad, Claude decidió iniciar una batalla legal imprescindible, para poner fin al “lío” administrativo de los amores, hijos, herederos y miembros de un “clan” disperso y no siempre bien avenido, consecuencia de las numerosas ligerezas amorosas del genio malagueño. En 1970 recurrió a la justicia francesa para poner fin, definitivamente, el “vacío” de su situación legal, administrativa.
Claude terminó ganando aquel histórico proceso, que tuvo muchas ramificaciones personales, familiares, administrativas y financieras de muy altos vueltos internacionales. Comenzaba otra historia.
Claude había decidido, al mismo tiempo, iniciar una carrera artística propia, como fotógrafo, finalmente eclipsado por su apellido. Estudió cine y fotografía en Nueva York, realizó varias películas y documentales, trabajó como fotógrafo para Vogue y otras revistas de moda.
Aquella primera etapa estadounidense, entre Nueva York y California, fue muy fecunda para Claude, en el terreno profesional y en el terreno amoroso. Trabajó como asistente de Richard Avedon, uno de los grandes fotógrafos de la segunda mitad del siglo XX. Y podía aspirar a conquistar un puesto propio en la evolución que comenzaba a tener la fotografía de moda.
La muerte de Pablo Picasso, en Mougins, en la Costa Azul, en 1973, dio un nuevo rumbo forzoso en la vida de Claude, que siguió cultivando y trabajando en su obra personal, hasta que los intereses ligados al magno legado picassiano aconsejaron a los numerosos herederos crear un consorcio familiar para gestionar tan fabulosos intereses.
La “Société Picasso Administración” (SPA) nació en 1995, con sede oficial en París, pero, en verdad, muy descentralizada. La tensión y diferencias entre los hijos y herederos de Picasso no terminaron definitivamente. Pero se encontraron terrenos de entendimiento.
Durante muchos años, hasta su muerte, la gran experta en Picasso fue Maya, hija de Marie-Therèse Walter. En el mundo parisino del arte, Maya Picasso fue hasta su muerte una figura admirada, querida y respetada: la mejor experta capaz de identificar las obras de su padre. Claude, por el contrario, fue reconocido como un gran gestor, no siempre bien calificado para autentificar obras de su padre.
Claude Picasso residía en Nueva York cuando se fundó la SPA, pero terminó siendo nombrado administrador general, convirtiéndolo en la persona más influyente en los mercados internacionales del arte, como gran gestor financiero de la obra de su padre.
Durante los últimos veinte años, la cota financiera de Picasso nunca ha sido desmentida. Hasta el año pasado, cuando obras picassianas comenzaron a cotizar ligeramente por debajo de la esperanza de quienes las sacaban a subasta. Claude fue, hasta su muerte, el interlocutor prácticamente único de los editores, sociedades de distribución, agencias publicitarias, salas de subastas, interesadas en muy distintos aspectos del legado picassiano. La utilización del apellido del genio malagueño para dar nombre a vehículos utilitarios, entre otros tipo de ventas de la “marca” Picasso, no siempre fue apreciada por la gran crítica de arte, partidaria de una gestión menos mercantil de un nombre capital en la historia del arte.
Claude fue un actor e interlocutor excepcional para los grandes montajes, exposiciones y revisiones del ligado picassiano, con motivo del cincuentenario de la muerte de Picasso, este año. Tras la muerte de Claude, será su hermana Paloma quién asuma la gestión global, artística, financiera, comercial, del legado picassiano. ABC, Muere Claude Ruiz Picasso, hijo del maestro de la pintura español. + PDF.
Generosidad perseguida de Maya Picasso.
Picasso, anarquista antes que genio.
Arte.
José says
Como puede ser que ame tanto la humanidad y tan poco a los que me rodean. Confesó un gran científico . Lo mismo podríamos decir de algunos hombres que han destacado mucho y otros no tanto en sus campos. Se habla de un tres o más por ciento que son por sus comportamientos denominados psicópatas. La psicopatía siempre se ha intentado controlar pero a veces se encuentra en lugares que no son detectados por la genialidad el poder o la riqueza o por otras características. Es un comportamiento que no tiene cura y es crónico y que puede afectar en la vida de los que le rodean si no es descubierto a tiempo para protegerse. La única protección es apartarse del psicópata sino se quiere acabar siendo la víctima seducida y destruida. La obra se separa de la vida normal o patológica del creador que hace ver aspectos ocultos desconocido de la realidad. Una mayoría acaban descubiertos y son encarcelados y otros pocos son alabados por sus éxitos y aveces presentados como modelos en sus campos profesionales. La naturaleza humana es tan compleja como puede ser el grupo co
en el que se vive. Solo aquellos que lo sufren pueden hablar de sus relaciones con estos a los que a veces admiran. Como camaleones son capaces de trasformarse con su colección de caretas para no ser descubiertos. Esperemos que la moral paradigmática de vida no se base en la vida de estos que algunos monopolizan los actuales medios de incomunicación no siempre con sus obras algunas geniales.
JP Quiñonero says
José,
Te respondo con muuuucho retraso por una razón muy simple: ayer estuve catorce horas en la autopista, de atasco en atasco… un viaje negro, negro.
Para colmo, ya en París, no funciona el ratón del ordenata de casa.
…
Bueno, dicho eso … en el caso de Picasso, la genialidad artística estuvo acompañada de un egoismo frenético en muchos terrenos. El caso de su hijo Claude me parece muy pedagógico … es una evidencia que lo quiso mucho, desde su nacimiento, pero, al mismo tiempo, también es evidente la dejadez de un padre que «deja» su apellido a un hijo querido, por pura dejadez «administrativa», entre otros complicados y negros problemas personales…