
Mohamed VI. Foto reciente. ABC. Foto ¿?
Las reacciones y ausencia de reacciones, al más alto nivel del Estado y la jerarquía religiosa, en Marruecos, confirman una llamativa ascensión, en la vida pública, de los principios religiosos más tradicionales, acompañados de un alejamiento de los proyectos modernistas que se prestaron a SM el Rey, Mohamed VI, al principio de su reinado.
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En París, algunos medios sensacionalistas, pero tradicionalmente creíbles, han subrayado la «indignación» de algunos medios marroquíes, ante la ausencia física y tardía reacción de Mohamed VI, que tardó dieciocho largas horas en reaparecer, tras su estancia, en París, por razones médicas o «privadas», cuando estalló el terremoto que ha devastado su reino.
A las pocas horas de esa reaparición, apoyada con una foto oficial, tomada a quince metros de distancia, comenzaron a multiplicarse críticas apenas larvadas. Varios medios africanos y franceses estiman que esa foto fue un «montaje» del Consejo real, el grupo de una veintena de consejeros que asisten al Rey en todas sus decisiones.
Los mismos medios afirman que, en verdad, fue el Consejo real quien ordenó declarar tres días de luto nacional, sometiendo tal decisión a la «mera aprobación» del Rey.
El Consejo real marroquí es una institución informal, creada, sometida y controlada personalmente por Mohamed VI, intentando «integrar» en su seno las diferentes sensibilidades presentes en la sociedad y la política marroquí.
El tono verbal de la comunicación oficial, tras la reaparición del Rey, sugiere una islamización rampante de los consejeros más influyentes de Mohamed VI.
El tono retórico de la prensa marroquí del fin de semana es una muestra palmaria de la influencia religiosa más profunda, imponiéndose sobre todos los aspectos de la sociedad.
Una y otra vez, con una reiteración llamativa, los medios vagamente «laicos» de otras épocas, escriben: «Siguiendo las instrucciones de Su Majestad el Rey, Príncipe de los creyentes, todas las mezquitas del Reino repitieron la Oración del Ausente, por el alma de todas las víctimas del terremoto. A continuación, siguiendo las instrucciones del Comendador de los creyentes, todas las mezquitas repitieron al unísono todas las oraciones de la mañana, el medio día y la tarde…».
En Marruecos, el jefe del Estado, el Rey, es, al mismo tiempo, Príncipe de los creyentes, el «miramamolín» de la tradición islámica en la España de las tres culturas. Es notorio que ese título solo se utilizó, hace siglos, para calificar a los califas omegas. En Rabat, un día después del terremoto devastador, la repetición coral del título de «comendador de los creyentes» parece confirmar la influencia de los consejeros religiosos.
Cuando las grandes capitales de cinco continentes han reiterado su solidaridad con las víctimas del terremoto, los comunicados oficiales, redactados por consejeros influyentes, insisten en que las oraciones «ordenadas» por el Rey, en todas las mezquitas, están llamadas a «proteger al Reino de toda desdicha». Esperanza que roza con el mesianismo religioso.
La «indignación» denunciada por algunos medios, minoritarios y poco audibles, está aparentemente sofocada por la imperiosa influencia religiosa, del Palacio Real a las más modestas mezquitas.
Entre la veintena de miembros del Consejo / Gabinete real, sin poder ejecutivo, pero con cierta influencia, hay personalidades respetadas en terrenos ecuménicos, como la educación, la ciencia, la tecnología. Varios de ellos sostienen excelentes relaciones profesionales (laicas) con colegas de Israel y de Francia. Sin embargo, ante la tragedia del terremoto, todos han guardado un silencio sepulcral, por decisión propia, corporativa o real.
Desde hace meses, grandes especialistas, americanos y europeos, como Razika Adnani, denuncian un proceso de «reislamización» de algunos países árabes que habían lanzado tímidas medidas de «modernización». En el caso de Marruecos, Mohamed VI fue presentado, hace años, como un defensor de los derechos de la mujer, tomando medidas que intentaban «abrir» la sociedad marroquí a la modernidad occidental, europea.
Ausente de Marruecos, cuando estalló el terremoto, por razones médicas o «particulares» («vacaciones»), Mohamed VI reapareció en el Palacio real de Marruecos como «comendador de los creyentes», defendiendo, según el Consejo real, la multiplicación de oraciones colectivas para «salvar las almas» de los difuntos. Elocuente convicción religiosa, muy profunda, que también puede interpretarse como un nuevo indicio de «reislamización», cuando el futuro de Marruecos está hipotecado a procesos eminentemente «laicos», como el incierto futuro del turismo, la reconstrucción nacional y las ayudas económicas internacionales, prometidas por las grandes democracias industriales. ABC, La reislamización de Marruecos pone en peligro su futuro tras la tragedia + PDF.
Terremoto histórico en Marruecos … Retratos improvisados del Rey, Mohamed VI.
Le Monde, Après le séisme au Maroc, la réponse des autorités suspendue au roi Mohammed VI.
El Rey de Marruecos, con Hollande: fotos y diplomacia sin maquillaje.
La plutocracia mundial estudia la mejor manera de solucionar los problemas que se avecinan con sus poblaciones que ocupan las tierras de sus propiedades. Una vuelta a un feudalismo sofisticado a base de religión nacionalismo castas vigilancias dominio científico de cuerpos mentes o la caridad de los plutócratas filántropos con sus ONGs . Tampoco nada es seguro. Las mismas leyes para todos o mejor el imperio de la ley se viene abajo. El concepto de propiedad absorbe todos los ideales con los que se quería civilizar la especie. Si todos tenemos acceso a estos ideales casi de manera innata como la búsqueda de la libertad para poder hacer el bien a nuestra especie con nuestros propios medios hoy más que nunca dependemos de individuos que deciden por la mayoría sin ningún control. A la mayoría se la dirige no opina. Una minoría con unas tecnologías y unas ideologías que vienen de lejos son capaces de mantenerse como amos y señores. Incluso la dialéctica del señor y el siervo se viene abajo . Los amos ciborg mitad carbono y silicio pueden con todo lo orgánico incapaces de rebelarse con revoluciones o contrarrevoluciones solo les queda patalear y cantar por las calles vigiladas con drones en cualquier parte del planeta. En el mismo púlpito se repite la misma operación todos los días . La propiedad es sagrada para los que la tienen el resto disfruta de la caridad de siempre. Amos y siervos sin dialéctica . Yo soy el que soy y no soy el Otro.
José,
Oséase, entre la plutocracia real marroquí y las plutocracias europeas, mejor quedarse con las europeas, digo yo,
Q.-