París. Hôtel de l’Industrie, 17 enero 2022. Foto JPQ.

Éric Zemmour, presidente del partido Reconquista (ultra derecha), ha lanzado una campaña sin precedentes contra las ideas, doctrina y personalidad del Papa Francisco, con motivo de su visita a Marsella, sábado y domingo.

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Reconquista es un pequeño partido a la derecha de Agrupación Nacional (extrema derecha), el partido que preside Marine Le Pen. Mientras la extrema derecha tradicional se dirige a un público modesto, obrero, evitando las «derivas» religiosas, la ultra derecha se dirige a un público católico tradicionalista, hostil a la «modernización» de la iglesia.

Zemmour ha sido condenado en varias ocasiones por incitación al odio racial y tiene pendientes varios procesos por contestación de crímenes contra la humanidad, difamación homófoba, difamación contra la administración pública.

Zemmour ha llegado a escribir: «Para el Papa y Macron, la Europa cristiana se ha acabado. Los dos hombres tienen en común el universalismo. No quieren saber nada de los católicos europeos en una Europa descristianizada». Acusar al Papa de «querer» la «descristianización» europea es un comportamiento excepcional.

Zemmour ha criticado igualmente a Emmanuel Macron y su esposa (antigua profesora en un colegio de jesuitas) por su proyecto de asistir a una gran misa oficiada por el Papa en Marsella, apelando a la «laicidad».

Para criticar la defensa moral de la inmigración, como está previsto que haga Francisco, en Marsella, Zemmour lanza contra Su Santidad críticas de este tipo: «He aprendido del cristianismo una frase muy bella, de San Agustín, cuando dice que no se puede hacer el bien hasta el mal». Se trata de una crítica que aspira a plantear el problema de la inmigración en su raíz teológica: «convertir en mal la aspiración al bien». Acusación que tiene algo de perverso, lanzada contra el Papa. Jean-Marie Salamito, especialista en historia del cristianismo antiguo, ha respondido al líder de la ultra derecha, de este modo: «Esa idea no es agustiniana ni cristiana. Se trata de un abuso en nombre de San Agustín, manipulado».

Zemmour ha cooptado como número dos de Reconquista a Marion Marechal Le Pen, nieta del patriarca que reconstruyó las extremas derechas, sobrina de Marine Le Pen, su gran enemiga política. Tras la descrisitanización de Europa «denunciada» por su líder, Marion lanza contra Francisco críticas políticas inmediatas: «Creo que el Papa se equivoca. Hace demasiada política. El Papa es infalible en el terreno del dogma. Pero tiene un punto de vista sur americano y desconoce los problemas de inmigración que nosotros conocemos».

La ofensiva «teológica» de Zemmour y la ofensiva «política» de Marion Marechal Le Pen tienen una triple dimensión, religiosa, cultural y electoral.

En Francia, ninguna personalidad ni partido ha ido nunca tan lejos en su ofensiva de gran calado contra el Papa.

Zemmour cultiva, desde hace años, una clientela próxima a los grupúsculos integristas en permanente conflicto con el Vaticano. Muy minoritarios, quizá, pero influyentes. Marion es la cabeza de lista de la ultra derecha para las elecciones europeas del 2024, en guerra electoral dura contra su propia tía, Marine Le Pen, abriendo una brecha política de fondo, familiar, electoral, con muchos flecos íntimos, ya que la sobrina y la tía tienen vidas amorosas «muy intensas». ABC, La ultraderecha francesa, contra el Papa: «No quiere saber nada de los católicos europeos en una Europa descristianizada».

Retrato improvisado de Éric Zemmour, condenado por el delito de incitación al odio racial.

Le Monde, Eric Zemmour condamné pour la troisième fois par la justice.

Zemmour, candidato ultra, propone crear “centros especiales” para niños discapacitados.

Éric Zemmour, a la derecha de la familia Le Pen.

Zemmour, Mélenchon, nuevas variantes del covid, pandemia sanitaria, pandemia política.

Retratos improvisados.

Francia.

Fotografía.