Boulevard Saint-Germain, 28 septiembre 2023. Foto JPQ.
Balzac describe con precisión la diversidad frondosa de la mujer parisina.
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Un ejemplo, entre muchos otros:
«… Au commencement de la vie éphémère que mena le faubourg Saint-Germain pendant la Restauration, et à laquelle, si les considérations précédentes sont vraies, il ne sut pas donner de consistance, une jeune femme fut passagèrement le type le plus complet de la nature à la fois supérieure et faible, grande et petite, de sa caste. C’était une femme artificiellement instruite, réellement ignorante ; pleine de sentiments élevés, mais manquant d’une pensée qui les coordonnât ; dépensant les plus riches trésors de l’âme à obéir aux convenances ; prête à braver la société, mais hésitant et arrivant à l’artifice par suite de ses scrupules ; ayant plus d’entêtement que de caractère, plus d’engouement que d’enthousiasme, plus de tête que de cœur; souverainement femme et souverainement coquette, Parisienne surtout ; aimant l’éclat, les fêtes ; ne réfléchissant pas, ou réfléchissant trop tard ; d’une imprudence qui arrivait presque à de la poésie ; insolente à ravir, mais humble au fond du cœur ; affichant la force comme un roseau bien droit, mais, comme ce roseau, prête à fléchir sous une main puissante…» La duchesse de Langeais (1832).
Pero…
A partir de ahí, la realidad o el mito (¿?) de la parisina comenzó a forjarse a finales del XVIII. Rétif de la Bretonne y Louis-Sébastien Mercier, los grandes historiadores / observadores del París popular, quizá fueron dos patriarcas fundadores.
El centenar de novelas y cuentos de “La Comédie humaine” de Balzac presenta una formidable diversidad de parisinas, que bien pudieran encarnar el triunfo de la mujer que pasea, sola o acompañada, por los Pasajes de Walter Benjamin.
De la Comuna a la Segunda Guerra Mundial, aparecen parisinas de rompe y rasga haciendo historia, a su manera. De Louise Michel a Joséphine Baker, pasando por Nadja, la parisina puede ser una gran heroína política o una sirena mitológica, una chica del faubourg o una señora que encarna la ilusión, la elegancia, la “tiranía” de la moda, el lujo, el prêt-à-porter o la tendencia vintage.
Coco Chanel y Brigitte Bardot renovaron el mito, aportando nuevos rostros y fisonomías…
Ante tan apresurada e inconclusa historia, quizá sea oportuno recodar que, a mediados del siglo XVIII, Jean-Jacques Rousseau propuso en su “Julie ou la Nouvelle Héloise” (1761) una primera visión canónica:
“La mode domine les provinciales, mais les Parisiennes dominent la mode…”.
Me pregunto si alguien ha intentado estudiar la continuidad o metamorfosis de la mujer madrileña, aragonesa, murciana, castellana, andaluza o catalana, desde Goya a Eugeni d’Ors, Ramón Casas o Carlos Saura. Sin olvidar a Galdós, Rosa Chacel o Eduardo Zamacois, claro está.
La parisina tiene muchos rostros, cómo olvidarlo.
El canon de la mujer parisina / parisienne según Jean-Jacques Rousseau.
Carole says
Vaya chulada
JP Quiñonero says
Pues encantado, Carole,
Q.-
José says
Las mujeres siempre han sido la mitad más o menos de la humanidad. Desde la antigüedad el hombre ha intentado acceder al mundo de las mujeres para conocer su secreto inaccesible.. Todos hemos sido paridos por mujer. La mujer igual que el hombre son hijos de su época . Siempre la magia y lo sagrado ha rodeado el encuentro de dos géneros diferentes desconocidos en la procreación el milagro del encuentro. Las religiones literaturas artes ciencias han intentado describir pintar tamaña aventura. En cada cultura en cada lugar la mujer pone el enigma sobre el que giran los hombres. La mujer con sus secretos domina los territorios. Su cuerpo es el objeto de deseo nunca satisfecho de los hombres. Solo a mediados del siglo pasado en México las pastillas para controlar la procreación hacen de la mujer algo diferente por primera vez unas pastillas la igualan incluso le dan más poder al poder decidir con quién quiere estar sin el miedo de procrear. Puede usar su cuerpo con la misma libertad que los hombres. La mujer de Balzac Azorín Quevedo….y más desaparece y aparece la Henri Miller Anais Nin Sartre y su compañera Simone ….y más. Hombre y mujer compiten por lo que hay y por lo que se hace. Se acabó la división del trabajo por sexos ..El hombre y la mujer renuncian a sus instintos para entrar en el mundo de las pastillas de los laboratorios farmacéuticos..Todo puede cambiar hasta el sexo si uno no se encuentra agusto con el que tiene. La moda ha pasado a lo que se esconde bajo la ropa que se lleva. La mujer de Balzac empezó a desaparecer en su siglo y en el siguiente. Hoy todos podemos cambiar nuestro género el mercado hace milagros no.solo con las ropas las joyas los perfumes…sino también con nuestros cuerpos. Dominamos nuestra propia naturaleza corporal no así nuestra naturaleza espiritual. No se canta se describe.
JP Quiñonero says
José,
Tal como la describen Balzac y Azorín, la mujer parisina es muy actual.
Por el contrario, Anais Nin fue muy minoritaria y no sé si existe todavía. ¿Simone..? Uf… una hipócrita de tomo y lomo… que intentaba pasar sus alumnas a un Sartre que, en la cama, no convencía ni a sus alumnas ni a Simone, que se buscaba el cariño carnal en otros brazos…
Sospecho que la Bien Plantada de d’Ors sigue siendo bastante actual…
Q.-
Fina says
Josep,
Dices que: » Dominamos nuestra propia naturaleza corporal, no así nuestra naturaleza espiritual».
Dudo que domine algo de mi naturaleza, corporal o espiritual.
Quizás para dominar algo haya que conocerlo y comprenderlo primero y resulta tan difícil conocerse a uno mismo.
Me pregunto qué tienen en común las mujeres de diferentes nacionalidades, estatus y épocas…
Quizás todas aspiran a tener el poder de dominar sus vidas en libertad y sentirse amadas. En realidad no lo sé, no puedo hablar por todas, apenas por mí…
Veo muy complicado describir a la mujer con precisión…
Ya lo dice la canción…»La donna è mobile…»
Y además con sus infinitos rostros…
¿Y describir al hombre? Complicado también… 🙂