Cruce Rue Jacob y Rue de Seine, 9 febrero 2005. Foto JPQ.
El próximo día 12 de este mes de octubre se subastarán 46 textos mecanografiados de Julio Cortazar (1914 – 1984), fechados en París en 1952, parcialmente inéditos: un tesoro precioso que ayudará a reconstruir la matriz esencial de la obra de uno de los grandes maestros de la literaturas americanas escritas en español, junto a Borges, Neruda, Octavio Paz, Juan Carlos Onetti.
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Esos textos proceden de una biblioteca particular, descubiertos tras el fallecimiento de su propietario, e incluyen los relatos originales de las «Historias de cronopios y de famas» (1962) y una decena de inéditos. Las casas de subastas Zorrilla (Uruguay) e Hilario (Argentina), los han valorado entre 15.000 y 20.000 euros. Una ganga.
Mucho más allá del valor monetario, esos relatos pueden tener su importancia para la historia literaria. Fueron escritos entre Buenos Aires y el primer año de estancia en París del joven Cortazar. Son la matriz de su obra más subversiva, entre «Bestiario» (1951) y «El libro de Manuel» (1973), e incluye varias obras maestras, como «Las armas secretas» (1959), «El perseguidor» (1959), «Rayuela» (1963), «Todos los fuegos el fuego» (1966) o «62. Modelo para armar» (1968).
«El libro de Manuel» marcó una nueva etapa en la obra y la vida cívica de Cortazar: el joven cronopio se convirtió en por momentos en fama defendiendo causas que en otro tiempo no siempre fueron suyas, con el estilo propio de los grandes hombres instalados en el pedestal de la gloria, muy alejados de una juventud ganada en otras causas menos «pomposas».
En la terminología literaria de Cortazar, el cronopio es un libertario emparentado con dadaístas y surrealistas, un poeta subversivo, un «asocial que vive al margen de las cosas, contra el orden establecido». Por el contrario, el fama es un personaje que encarna y defiende el Orden de las Cosas Dominantes, del banquero al comisario político, pasando por todas las castas políticas y burocráticas.
Cortazar nació por azar en la periferia de Bruselas, descubrió la arquitectura fantástica en su primera infancia, en Barcelona, en el Parque Güell, y abandonó su incipiente carrera de joven profesor y traductor cuando descubrió, en Buenos Aires, a dos gigantescos cronopios, Ramón Gómez de la Serna y Jean Cocteau.
Tras su lectura de «Opio. Diario de una desintoxicación» de Cocteau, Cortazar contó de este modo la importancia de esa revelación: «La mayoría de mis cuentos nacieron de sueños, pesadillas, escritos en un estado otro, intentado curar una obsesión». Cocteau introdujo a Cortazar en el dadaísmo, en el surrealismo, en la obra de Buster Keaton, Buñuel, Chaplin, Picasso, Proust, Radiguet, Roussell, Mallarme, Strawinsky. Ahí es nada.
Cortazar descubrió a Cocteau a través de la traducción de Ramón Gómez de la Serna, la otra semilla fundacional, que el autor de «Rayuela» resumiría de este modo: «Estar influido por Ramón es mucho más que la influencia en sí, abre una inmensa pantalla por la que se mete una gran poesía, una aprehensión lúdica del mundo [ .. ] seguimos respirando el aire de Ramón, su lección inigualada de libertad y de imaginación [ .. ] cuando se ha vivido en la intimidad de un agitador semejante, nada de de lo que se escriba podrá situarse al margen de esa gran ventana sobre la libertad mental».
Pertrechado con tan fabuloso equipaje literario, huyendo del populismo peronista, Cortazar se instaló en París, contrajo matrimonio con Aurora Bernardez, realizó traducciones legendarias de Poe, Keats, Yourcear, entre otros grandes clásicos, y trabajó como traductor en la Unesco, donde escribió «Rayuela».
Ese es el paisaje íntimo del Cortazar de los inéditos que saldrán a la venta pública, internacional, dentro de unos días.
El Cortazar posterior descubriría la política en el lecho de Ugné Karvelis. Más tarde, con Carol Dunlop, seguiría viajando, sin volver nunca a la tierra inmaterial de sus antiguos cronopios. Quedarían muy atrás las tertulias porteñas con Victoria Ocampo, sus primeras denuncias del «compromiso político» (durante su primer viaje a La Habana). Nunca podría salvar a Lezama Lima del ostracismo político castrista.
Su «Policlínica en la hora de los chacales» (1971) ilustró de alguna manera su amargura ante la evolución del castrismo, sin ruptura intempestiva. Abriendo nuevas crisis y enfrentamientos personales. El antiguo cronopio, poeta subversivo, marginal heroico, dejó paso a un amago de fama, participando en todo tipo de actividades políticas para denunciar las tiranías americanas. El nuevo hombre público decidió nacionalizarse francés, cuando François Mitterrand fue elegido presidente (1981), instalado en el pedestal del gran hombre público defendiendo causas que él consideraba justas.
Cortazar nunca fue un fama del tipo de García Marquez o Vargas Llosa. Pero nunca volvió a ser suya la imagen del cronopio que adoraba el «be bop» y cantaba la gloria de personajes fantásticos y perdedores legendarios, como el protagonista de «El perseguidor», dedicado a un Charlie Parker, ebrio, entonando una música inolvidable, de rodillas, ante la terraza de un bar de Saint-Germain-des-Prés.
El universo de los inéditos que subastarán en Montevideo, es, justamente, ese universo lírico y épico del primer Cortazar. De ahí su condición de tesoro de imprescindible rescate para la historia literaria de la lengua española, escrita entre las Américas y un París por donde sigue deambulando la figura de un cronopio inmortal. ABC, Descubren siete relatos inéditos de Julio Cortázar + PDF.
El más joven, el más guapo de los genios.
Cortázar y la fotografía de prensa… refugiados, crisis, guerra política, etcétera…
Julio Cortázar: una resurrección que no cesa, 2.
Irene says
Maravilloso, esperando la edición estoy.
Bien por recordar qué tipo de escritor es un cronopio y cuál un fama
JP Quiñonero says
Irene,
Graciasssssssss
…
Pones el dedo en un punto importante: esa distinción entre cronopios y famas quizá sea esencial, cuando los famas ocupan la escena pública, cultural, de una manera inquietante, a mi modo de ver…
Q.-
Fina says
Voy leyendo todos los artículos y comentarios que publicáis, por cierto muy interesantes y didacticos.
Siento no disponer de tiempo para dejar alguna respuesta al estar con pintores y obras en casa. En fin, todo precisa un mantenimiento…
Veremos si recupero la normalidad pronto y puedo encontrar espacio para mis devociones de nuevo.
Gracias por estar al pie del cañón y por mantener el fuego encendido en este INFIERNO.
Palanteeeee!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
JP Quiñonero says
Fina,
Lo esencial es lo esencial, la familia, la casa… qué te voy a contar.
Palanteeeee
Q.-