En todo infierno hay paraísos. En todo paraíso hay infiernos. Gente joven que vive el descubrimiento del mundo de los mundos. Gente mayor que incluso en su melancolía desde las terrazas ve desfilar un mundo ya pasado. El poder del instinto de la vida nos hace exprimir los pequeños grandes placeres incluso en las situaciones más penosas. Y nadie por mucho poder riqueza que tenga puede vivir la vida de otra persona la puede matar torturar pero nunca la podrá vivir. Esto puede que sea está igualdad tan deseada. Como me comentaba un amigo que había ido a adoptar un niño de un país que eufemísticamente llaman pobre. Como es posible que apenas tienen nada casi nada apenas lo poco necesario tengan tanta alegría en todas partes. Estas ganas de vivir y aquí donde nos sobra de todo la alegría se convierta en melancolía e incluso en aburrimiento a no ser con ayuda farmacológicas aparentemos mostramos nuestra alegría de vivir. Incluso en los momentos de mayor destrucción siempre hay momento en los que se dibuja un instante de alegría aunque sea para despedirte de los diablos sociales. Se puede vivir y disfrutar incluso en los infiernos. Todo es posible. Nosotros podemos tenemos la última palabra para todo. Bellos jóvenes y viejos dignos en las terrazas rodeadas de ruinas disfrutan su momento.
En todo infierno hay paraísos. En todo paraíso hay infiernos. Gente joven que vive el descubrimiento del mundo de los mundos. Gente mayor que incluso en su melancolía desde las terrazas ve desfilar un mundo ya pasado. El poder del instinto de la vida nos hace exprimir los pequeños grandes placeres incluso en las situaciones más penosas. Y nadie por mucho poder riqueza que tenga puede vivir la vida de otra persona la puede matar torturar pero nunca la podrá vivir. Esto puede que sea está igualdad tan deseada. Como me comentaba un amigo que había ido a adoptar un niño de un país que eufemísticamente llaman pobre. Como es posible que apenas tienen nada casi nada apenas lo poco necesario tengan tanta alegría en todas partes. Estas ganas de vivir y aquí donde nos sobra de todo la alegría se convierta en melancolía e incluso en aburrimiento a no ser con ayuda farmacológicas aparentemos mostramos nuestra alegría de vivir. Incluso en los momentos de mayor destrucción siempre hay momento en los que se dibuja un instante de alegría aunque sea para despedirte de los diablos sociales. Se puede vivir y disfrutar incluso en los infiernos. Todo es posible. Nosotros podemos tenemos la última palabra para todo. Bellos jóvenes y viejos dignos en las terrazas rodeadas de ruinas disfrutan su momento.
José,
«Bellos jóvenes y viejos dignos en las terrazas rodeadas de ruinas disfrutan su momento…»
Amén,
Q.-
Sí, Josep,
Que perdure la alegría de vivir en todas las edades y lugares…a pesar de los pesares… 😀
Qué bien Quiño!!!
Tan contentas y tan guapas…alegran la vista y la vida.
Gracias!!!
Fina,
La juventud, la alegría… siempre dan ánimossss
Q.-
Josep,
Estaba pensando en esto que dices:
«Nosotros podemos, tenemos la última palabra para todo».
No estoy tan convencida de que tengamos tanto poder, pues son muchas las circunstancias externas que nos condicionan la vida…
En fin, que no falten ánimos y estos pequeños-grandes placeres que nos permiten vislumbrar el paraíso de vez en cuando…