En una de sus últimas entrevistas, Henry Kissinger temía que nuestro mundo, el «nuevo mundo» que «comenzó» con el intento de invasión imperial rusa de Ucrania, era un mundo muy peligroso e inquietante para el futuro de muchas naciones Estado tradicionales, por estas razones:
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ABC, XL Semanal, «Esta guerra fría es más peligrosa que la anterior».
«El liderazgo resulta necesario para ayudar al pueblo a llegar hasta allí donde nunca ha estado y, en ocasiones, donde cree casi imposible llegar. En ausencia de liderazgo, las instituciones pierden la orientación y se mueven a bandazos, las naciones se vuelven cada vez más irrelevantes y, en último término, se dirigen al desastre…» ABC, XL Semanal, «Esta guerra fría es más peligrosa que la anterior».
Las negritas son mías.
En vísperas del encuentro entre representantes de Pedro Sánchez y Carles Puigdemont, para «negociar», en Suiza (¡¡!!) un «referéndum de autodeterminación» (catalana), entre otras cuestiones esenciales para la integridad del Estado español, la reflexión de Kissinger me recuerda las muy recientes reflexiones de una cierta elite periodística internacional, Le Monde, The Economist, The Observer, Neue Zürcher Zeitung, Le Figaro, Les Echos, sobre España y Pedro Sánchez:
La investidura de Sánchez confirma la baja calidad de la democracia en España.
España se aleja de Europa, en la cumbre europea de Granada.
España … ¿Invertebrada? ¿Por construir? ¿Inexistente? ¿Cuál de ellas..?
La política española se asienta en la negación de la realidad, en el que no pasa lo que está pasando. Don Quijote sólo ve tres labradoras feas y Sancho le dice que son Dulcinea y sus damas. Pero fuera hay «verificadores», no de los que cobran por su «trabajo» , que no se creen el discurso oficial.
Antonio,
Algo hay de eso, claro, sin duda.
Pero, a mi modo de ver, la realidad cruda es mucho más negra, cainita, a garrotazos,
Q.-