Liberation, 22 diciembre 2023.
Emmanuel Macron ha convertido en problema cultural, político, gubernamental y nacional, el comportamiento obsceno, las agresiones sexuales y violaciones de Gérard Depardieu.
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Entre el 2015 y el 2020, cuando intentó evadir impuestos de Francia, al mismo tiempo que visitaba y «fraternizaba» con Fidel Castro, Vladimir Putin, Kim Jong-un, y los tiranos y déspotas de Chechenia, Bielorusia y Azerbaijan, Depardieu fue acusado de agresiones sexuales por numerosas mujeres, jóvenes, en su mayoría. Sin consecuencias judiciales.
El 2020, la justicia consideró fundadas las denuncias de violación y agresiones sexuales presentadas por la actriz Charlotte Arnould, abriendo un procedimiento jurídico en curso de instrucción.
El 2022, Depardieu pretende anular ese procedimiento, en vano. La justicia confirma «los indicios suficientes que pueden confirmar las agresiones sexuales y la violación».
El pasado mes de abril, trece mujeres publicaron testimonios implacables del comportamiento agresor, machista y violento del actor.
El pasado mes de septiembre, la justicia consideró fundadas las denuncias de la actriz Hélène Darras de violación y agresiones sexuales. Días pasados, el día 7 de este mismo mes de diciembre, France 2 (cadena del servicio público) emitió un programa especial de una hora larga, presentando, por vez primera, un vídeo realizando durante una visita de Depardieu a la capital de Corea del Norte, Pionyang, donde fue recibido personalmente por Kim Jong-un, líder supremo, del que haría una discreta apología. Ese vídeo provocó la tormenta nacional, agravada por Macron.
El vídeo de France 2 mostraba a un Depardieu grosero, obsceno y sucio, de una calaña vergonzosa. Rima Abdul Malak, ministra de Cultura, se hizo eco del sentimiento más generalizado en los medios artísticos y culturales, afirmando que debía iniciarse un procedimiento para retirar al actor la Legión de Honor, la gran distinción del Estado.
Depardieu, por su parte, contrató los servicios de una muy eficaz experta en relaciones públicas, que también defendió a otro agresor sexual legendario, Dominique Strauss-Kahn, antiguo ministro socialista de economía y presidente del FMI. Gracias a esos servicios, se publicó una defensa firmada por grandes desconocidos y varias famosas, como Carla Bruni y Carole Bouquet.
Emmanuel Macron, por su parte, se metió solo en la «boca del ogro obsceno», saliendo en defensa de Depardieu, estimando que «Francia puede estar orgullosa» del actor. Cuatro palabras que agravaron todos los problemas.
Problema gubernamental: el presidente critica con severidad a su propia ministra de Cultura, dejándola fuera de juego, cuando la dirección general de France 2 certificó judicialmente la veracidad del documento que confirma el comportamiento obsceno y sucio del actor.
Problema cultural: varias personalidades famosas han salido en defensa de Depardieu, estimando que el actor «está por encima» de toda esa «miseria». Pero la inmensa mayoría del mundo del cine, el teatro, la literatura, el periodismo, considera obsceno y miserable el comportamiento del actor con las mujeres.
Problema judicial: el jefe del Estado silencia los abusos, violencias y violaciones, en curso de instrucción penal, judicial, interviniendo públicamente en un debate estrictamente jurídico. Intromisión política inflamable.
Problema moral: Macron defiende la «estatura artística» de un grandísimo actor, pero olvida decir algo en defensa de las decenas de mujeres que han multiplicado sus testimonios sobre el comportamiento del actor, durante muchos rodajes, que la actriz Sophie Marceau ha resumido de este modo: “En mi caso, tuve que pararle los pies, porque comenzó a tocarme los senos con guasa. Las maquilladoras huían cuando lo veían, y nadie les hacía caso cuando intentaba y a veces conseguía tocar sus prendas íntimas, bajo las faldas. Cuando denuncié esos comportamientos a Maurice Pialat, al director con el que trabajábamos, me trató de gilipollas y cabrona. Depardieu era la gran estrellas. Colegas y productores le tenían miedo. Les hacía ganar mucho dinero”.
Problema social y político: la defensa de Macron transforma los casos de violaciones y agresiones sexuales, en curso de instrucción jurídica, las denuncias y testimonios de decenas de mujeres, en un acontecimiento nacional, convirtiéndose voluntariamente en juez y parte, desde la cúspide del Estado. ABC, Depardieu, un problema de Estado que divide a la cultura francesa + PDF.
Depardieu, de monstruo sagrado a monstruo infame, obsceno.
Depardieu, L’Aigle noir / Águila negra, perseguido por violador.
Cine.
José says
Los medios de comunicación nos distraen como pueden. Hemos pasado de corruptos económicos politicos a el sexo de los famosos . Las pantallas se convierten en los nuevos confesionarios . Las cámaras lo captan todo o casi todo. Si la modernidad empezó con el panóptico carcelario en la actualidad la cárcel como el campo de concentración el gulag actual lo sabe todo de todos de la mayoría de los humanos. El problema ya no es quien vigila al vigilante. El problema es que todos estamos dentro. El vigilante como casi siempre no existe pues es la gran ficción como la señora de la justicia con los ojos vendados. Desde el siglo V a. C por poner una fecha y un personaje imaginario se invento la consciencia y algún alumno la perfeccionó no hemos parado hasta hacerla trascendente y desarrollarla como algo inmanente fuera del individuo de los individuos. Los actuales pensadores son personajes que en su poder y riqueza les permite pensar que como dueños de los medios y de su tecnología que controlan una nueva consciencia universal fuera del individuo particular. La nueva escatología se centra en los fluidos del cuerpo de los cuerpos. Enfermedades y placeres. Una forma de entretener y atrasar en lo posible el nuevo Armageddon tecnológico propio de la ultima gran guerra. Mientras se prepara o mejor se multiplican los medios de hacerlo posible el individuo sustituye los grandes relatos por uno nuevo de imágenes visuales de las pantallas que sustituyen a las mentales. Puede que sea este el último proceso historico de la humanidad como tal. Sabemos como cagan los deportistas actores políticos…los hombres públicos con sus miserias nos distraen a la mayoría a todos esperando el armageddon. Los placeres los vicios las desgracias nos hacen olvidar las miserias que arrastran y arrastramos. Por primera vez hay algo nuevo bajo el sol.
JP Quiñonero says
José,
En este caso… la difusión de las bajezas miserables del personaje dejan al descubierto miserias muy profundas, que Macron complica con sus declaraciones, convirtiéndolas en espejo de una Francia con el alma negra…
Q.-