New York Times, 9 enero 2024.
Emmanuel Macron inició el martes su cambio de gobierno confirmando el giro conservador de su nueva política con una doble primicia histórica: su nuevo primer ministro, Gabriel Attal (34 años), será el primer jefe de gobierno gay y el más joven de la historia de la V República.
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Dos horas cortas después de su nombramiento, Attal confirmó el giro neo conservador del nuevo gobierno francés con esta declaración: «Nuestra primera gran tarea será guardar el control de nuestro destino nacional, actuar para defender nuestro modelo social y la solidaridad entre franceses, asumiendo la autoridad para defender un valor político de primer orden: la seguridad y la soberanía nacional son los objetivos absolutamente prioritarios, que comienzan con el mejor control de la inmigración».
El proyecto de Ley concebido para controlar la inmigración, en curso de estudio ante el Tribunal Constitucional, fue aprobado el mes de diciembre pasado con la abstención de varios diputados macronianos y los votos de la derecha tradicional y la extrema derecha, abriendo grietas en la frágil mayoría de Macron en la Asamblea Nacional (AN).
Attal ha recibido de Macron la orden de actuar con «rapidez y energía». Dicho y hecho. Tres horas después de su nombramiento, el nuevo jefe de Gobierno anunció su primera decisión: «Me reuniré con las fuerzas vivas del país desde esta misma semana. Y, de entrada, debo confirmar que la restauración de la autoridad, en la escuela pública, la madre de todas las batallas».
Sentados los principios del giro conservador macroniano, el presidente y su nuevo primer ministro deberán matizarlo con la formación del nuevo gobierno, miércoles o jueves.
Los ministros conservadores, Bruno Le Maire (Economía) y Gérald Darmanin (Interior) han confirmado calurosamente al nuevo jefe de Gobierno. Ambos fueron ministros de Nicolas Sarkozy, líder histórico de la derecha tradicional. Volverán a formar parte esencial del nuevo gobierno, confirmados en sus cargos o cambiando de ministerios. Los ministros críticos con el proyecto de Ley destinada a controlar la inmigración, Rima Abdul-Malak (Cultura), Clément Beaune (Transportes), Sylvie Retailleau (Enseñanza superior) y Patrice Vergriete (Vivienda) corren el riesgo de perder sus cargos. Se espera el nombramiento de personalidades de corte liberal-conservador.
Macron tomará en soledad la decisión sobre todos los grandes nombramientos del nuevo gobierno. Attal podrá matizarlos, pero su gran tarea personal será «orquestar» el trabajo colectivo, poniéndose al frente de su equipo como un húsar, a caballo, sable en ristre.
Attal nació el 16 de marzo de 1989 en Clamart (Hauts-de-Seine), en el seno de una familia acomodada. Su padre, Yves, es productor audiovisual de origen judío-tunecino. Su madre, Marie, ha sido colaboradora en la productora familiar, hija de una familia de rusos blancos.
Como sus tres hermanos, el nuevo primer ministro francés creció en París y se educó en dos colegios privados, entre los que se encuentra el colegio de referencia del Episcopado francés.
Adolescente, coqueteó con el socialismo. Pero fue uno de los primeros militantes del «macronismo», desde el 2017. Fiel entre los fieles a Macron, Attal ha sido sucesivamente portavoz del gobierno (2017-18), ministro de los presupuestos del Estado (2022) y ministro de la Educación desde el mes de julio pasado.
Attal ha realizado una carrera política excepcional, en cinco años cortos, con una matriz básica: su excelencia en el arte de la comunicación.
Como portavoz del gobierno, hacía maravillas integrando las distintas sensibilidades presentes en el equipo gubernamental, saliendo al paso, con éxito, al rosario de catástrofes que se sucedieron en Francia durante el último quinquenio: fronda popular de los «chalecos amarillos», estallidos de violencia suburbana, crisis de las reformas del sistema nacional de pensiones y defensa del proyecto de Ley destinado a «frenar» la inmigración.
Como ministro de la Cultura se impuso, desde el mes de julio pasado, en terrenos muy sensibles: combatir el uso de prendas musulmanas en los colegios; combatir una dramática ola de agresiones sexuales contra menores.
Siempre fiel al jefe del Estado, Attal también ha destacado como experto en «síntesis políticas» entre las distintas familias de la «macronía». Esta última faceta será decisiva, los próximos días.
Attal es uno de los raros políticos «macronianos» que goza de una simpatía popular muy positiva. Cuando el presidente tiene más de 65 % de opiniones negativas, su nuevo jefe de gobierno tiene poco más o menos las mismas opiniones positivas.
Attal ha tenido una vida sentimental muy variada. Adolescente, estuvo enamorado y llegó a vivir en pareja con la cantante Joyce Jonathan. Asumiendo su homosexualidad, poco más tarde, formó pareja gay con Stéphane Séjourné, otra personalidad política importante de la macronía.
Hace semanas, comentando una ola de agresiones sexuales contra niños y niñas, el nuevo primer ministro hizo esta confesión: “Yo mismo, niño y adolescente, fui víctima del acoso innoble de algunos compañeros, que me trataban de “mariquita” y otras calificaciones barriojeras para reírse y burlarse con obscenidad de mi homosexualidad. Sufrí mucho. Por eso comprendo mejor y sufro la agravación del acoso escolar. Lo sufrí en mi propia carne, en solitario y en familia. Es un sufrimiento muy profundo, que, siendo niño, temes y vives como si no pudiera tener fin, nunca, jamás”. ABC, El nuevo jefe de Gobierno francés confirma el giro conservador de Macron + PDF.
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