Boulevard Saint-Germain, 8 enero 2024. Foto JPQ.
«¿Qué piensa de la crisis?»
«¿Crisis? ¿Qué crisis..?».
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Dos semanas más tarde, los sindicatos de agricultores se ponían en pie de guerra contra Macron, su gobierno y la Unión Europea.
Días más tarde, Macron «se baja los pantalones», echa la culpa de la crisis al «libre cambio» de la UE con el Cono Sur americano, y los sindicatos inician la vuelta a casa.
Veremos.
Los sindicatos franceses anuncian el fin de los bloqueos de París y las autopistas.
La agricultura francesa y Macron: crisis nacional y europea.
Fina says
¡Ay, Quiño!
Se la ve joven, guapa y feliz, quizás esté enamorada y claro…qué le importa del mundo!!! 😀
JP Quiñonero says
Efectivamente, Fina,
Algo así pensé yo. Me dije que quizá era positivo recordar que la vida también tiene muuuuuchas cosas buenas y tan tan agradables…
Q.-
Jose says
No hay crisis para algunos hasta que sus países no vean el cambio que se avecina. Algunos llevan siglos leyendo la misma historia y prefieren esconder la cabeza para no ver lo que pasa. Nadie se libra del día nefasto que siempre llega y rompe la cadena aunque lleve cientos de años sin ver nada. No queda mas remedio que levantar la cabeza para ver. Como le decía una madre japonesa a su hija. Hija no pasaremos hambre a no ser que Japón pase hambre y Japón paso hambre. Uno aunque se esconda en el Tíbet en algún templo siempre hay un día que empieza cambiar todo y aunque no quiera ver las cosas ocurren. Nadie se puede escaquear de las crisis de los cambios aunque no los vea en persona. La vida es breve corta para ver tanto arte acumulado. Miramos pero no vemos y sabemos que está ahí. Quién no quiera ver que no vea. Pero hay un día que sale del palacio del lujo calma voluptuosidad y se encuentra con una cruda realidad que estaba ahí. Puede que estemos cerca de ese día en que el pavo de acción de gracias no se alegra de oír los pasos de quien le da de comer ese día el será la comida del que lo ha alimentado.
JP Quiñonero says
José.
Bueno … incluso entre los más necesitados es posible encontrar hombres y mujeres que van por la vida tan contentos, razonablemente felices… incluso los hay que son capaces de jugarse la vida para poder vivir en los barrios que nosotros consideramos infectos, con razón, ay,
Q.-