LV, 1 mayo 1939.
Muy joven, Antoni Tàpies fue inmortalizado en la portada de La Vanguardia del 1 de mayo de 1939, como Miembro de las Organizaciones Juveniles de la Falange Española Tradicionalista y de las JONS, participando en un homenaje a los «Caídos por Dios y por la Independencia de España», celebrado en la Plaza de Cataluña de Barcelona.
[ .. ]
Un año más tarde, el 5 de octubre de 1940, su padre, Josep Tàpies Mestres, participó como testigo en el proceso sumarísimo contra Lluís Companys, declarando: «… seguramente había contactos con el gobierno de la URSS, por cuanto el Cónsul soviético en aquella fecha acudía a todos los actos públicos que organizaba la Generalidad habiendo dirigido la palabra al lado de Companys y con el consentimiento de éste, y que cree que muchas de las iniciativas en materia social y económica que se adoptaron en Cataluña, eran debidas a inspiraciones del Gobierno Soviético”.
Companys fue fusilado diez días mas tarde, el 15 de octubre de 1940, en Montjuïc, fortaleza militar
Cincuenta años después, Jordi Pujol pidió a Antoni Tapies la realización de una obra de arte llamada a ocupar un puesto decorativo e institucional de primera importancia: Les quatre cròniques.
Guillem Martinez ha contado esa historia, así:
«… Katallani, un documental breve, en el que se explica la historia del que, tal vez, uno de las obras de arte más reconocibles en Cataluña. Se trata de Les Quatre Grans Cròniques, pintado por Tàpies en 1990, que preside el salón en el que se reúne el Consell de Govern de la Generalitat. A través de invitados de lujo, como son Lluís Prenafeta, Lluís Permanyer, Pere J. Guitart, Narcís Selles, Lluís Bassat, Carles Taché, Joan Guitart, Joan Rigol y un Jordi Pujol sobreactuando campechanía -el documental fue gravado semanas antes de que Pujol fuera el Nixon català. Nota: -¿cómo se lo montan los de SUB para que las primeras espadas de la política y la política cultural catalanas accedan, por su propio pie, al límite del ridículo?- . A través de estas intervenciones, y de la modulación de un crítico de arte ficticio, el espectador asiste al nacimiento de la necesidad de ese cuadro, en la cabeza de Pujol y Prenafeta, durante un viaje a Washington, cuando Pujol verbaliza que el arte es una representación nacional del poder. También asiste a la génesis y construcción el cuadro. Puede observar como, desde el principio, el cuadro nace para satisfacer un mito: la Edad de Oro catalana, tal y como la formuló la Restauración y la Lliga -el gótico, la expansión imperial catalana-. Por ese motivo, en el cuadro aparecían diversas iniciales de reyes de Aragón expansionistas. Hasta que, en un momento dramático para el cuadro, que no acababa de convencer al cliente, Tàpies dejó sólo las iniciales de Jaume y Pere. O Jordi y Pujol. El documental también habla del pago del cuadro -no se pagó; el autor lo hizo por Cataluña; es decir, que costó un mazo, que Prenafeta no recuerda con precisión-. Y, por el mismo precio, el documental verbaliza las funciones del arte (moderno) para el poder (moderno): modernizar. Y, socorro, decorar…». El País, 19 abril 2015. Guillem Martínez, «El arte y el soberano».
Detalles biográficos que permiten matizar y completar la trayectoria personal, familiar y cívica de Antoni Tapies, de quien hoy se presenta en el Reina Sofía madrileño una gran retrospectiva que celebra el centenario de su nacimiento, el 13 de diciembre de 1923.
Antoni Tàpies describe con precisión la estrategia política de Artur Mas.
Barcelona pop… Recuerdo / Homenaje a Antoni Tàpies.
Ambigüedad pompier de los calcetines de Tàpies.
Arte.
Deja una respuesta