París. Salón de la Agricultura. Antidisturbios protegiendo a Emmanuel Macron, 24 febrero 2024. Foto Stepahine Lecocq, Reuters / Le Monde.
Unidades anti disturbios han tenido que proteger físicamente al presidente de la República, Emmanuel Macron, la mañana del sábado, de bandas de agricultores en cólera que gritaban con mucha agresividad «¡Macron dimisión!» a la apertura de Salón de la agricultura.
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Se trata de un acontecimiento sin precedentes: el jefe del Estado rodeado de anti disturbios, armados, para evitar que los manifestantes lo alcanzaran físicamente con sus protestas y amenazas, muy agresivas.
Históricamente, el Salón de la agricultura celebra, anualmente, las relaciones tradicionalmente serenas, incluso afectuosas, en algunos casos, entre el presidente y los agricultores, un sector ultra protegido y capital en la historia social y económica de Francia.
Este sábado, Emmanuel Macron se presentó a las 8 de la mañana, hora intempestiva, para inaugurar el Salón de este año, cuando la crisis del sector agrario, nacional y europeo, continúan sin solución conocida.
La entrada de Macron estuvo «escoltada» por un impresionante despliegue de unidades anti disturbios, tradicionalmente utilizadas para «restaurar el orden» durante crisis sociales graves.
Las fuerzas del orden impidieron la entrada al Salón de los manifestantes. Estallaron entonces enfrentamientos físicos violentos con los agricultores, en cólera y relativamente violentos, coreando «¡Macron, dimisión… Macron dimisión…!».
El presidente no pudo inaugurar el Salón inmediatamente, a la hora prevista. Y varios centenares de agricultores, de todos los sindicatos nacionales, consiguieron burlar a las fuerzas de seguridad del Estado, «buscando» agresivamente a Macron, prudentemente encerrado en un recinto donde tuvo que «recluirse», para escapar a la cólera de los agricultores.
Estallaron nuevos enfrentamientos físicos entre agricultores y fuerzas anti disturbios, que terminaron imponiendo un relativo orden. Tres horas después de su tumultuosa llegada, Macron entabló un «diálogo» con varias decenas de agricultores que lo increpaban con varios pretextos.
Durante dos horas largas, el presidente defendió sus posiciones, reformas y proyectos de reformas, nacionales y europeas, interrumpido cada dos por tres por agricultores poco o nada convencidos.
Imposible el diálogo, Macron dio por terminada su intervención, alejándose discretamente. Centenares de manifestantes volvieron a recorrer el Salón gritando a coro, siempre «¡Macron, dimisión… Macron dimisión…!». Protegido por unidades especiales, el presidente tenía el rostro lívido, y temblaba, por momentos, a juzgar por las imágenes de varias cadenas de tv de información permanente, que presentan el acontecimiento como un «desastre personal y político» para el jefe del Estado.
A muy primera hora de la tarde Macron pudo inaugurar el Salón de la agricultura, cuando los antidisturbios pusieron fin a una situación caótica sin precedentes en una salida personal del jefe del Estado. ABC, Los antidisturbios tienen que proteger a Macron de los agricultores amenazantes.
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