La geografía política dice lo siguiente:
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Ministère de la Justice, enero 2024.
Nuevo rostro dramático e inquietante de la inmigración no deseada: el incremento espectacular de los menores abandonados o «no acompañados», creando problemas de nuevo cuño en las fronteras, los departamentos, los municipios y la burocracia del Estado.
El año pasado llegaron a Francia (68 millones de habitantes) 19.400 menores, chicos y chicas, abandonados o «no acompañados». El 2022 esa cifra fue de 14.798 menores, un incremento superior al 30 % con respecto al año anterior.
Entre enero y febrero, la cifra de menores abandonados o no acompañados, en las fronteras francesas, ha continuado creciendo a un ritmo igual o superior.
En ciudades como Niza, Cannes, Burdeos, Toulouse, Lille, Estrasburgo, Marsella, entre otras, sin olvidar la periferia de París, la «banlieue», los problemas de acogida, instalación y cuidado de chicos y chicas menores de 20 años, se ha transformado en una pesadilla creciente, con problemas de fondo: ausencia de «albergues» adaptados, incremento del «tráfico» de seres humanos (ligados al tráfico de drogas y el proxenetismo), problemas médicos muy diversos, incremento de las tensiones y la violencia «localizada».
Los tres primeros países de origen de estos jóvenes son Costa de Marfil, Guinea y Túnez. La gran mayoría (más del 90 %) son chicos de 15 a 17 años, pero está creciendo de manera significativa el número de chicas que llegan «sin saber como» de Ucrania, el Congo, Guinea y Albania.
Un portavoz del sindicato «Unité-SGP-Police» comenta el fenómeno de este modo: «Una gran mayoría de esos chicos solo buscan cobijo y ayuda. Pero también abundan los violentos, que incluso ocultan su identidad. Y no es fácil identificarlos. Huyen o se fugan, en cuanto pueden, y se ganan la vida reclutados por bandas de mafiosos jóvenes, en Marsella, por ejemplo, donde el tráfico de drogas es un negocio que continúa creciendo. Las chicas, con frecuencia, se «independizan» a través de la prostitución, «por libre» o acogidas por un chulo que las explota».
Una vez llegados a Francia, solos, acompañados, abandonados, en cualquier caso, los menores de edad, no quieren volver a sus países de origen. Y hacen lo imposible para ocultar su lugar de nacimiento y la identidad de sus padres. En esas condiciones, tampoco es fácil encontrar familias francesas dispuestas a acogerlos, siquiera temporalmente. Ante esa situación, una inmensa mayoría de alcaldías están desbordas o son impotentes para afrontar casos sociales que pueden convertirse en casos muy problemáticos con frecuencia.
Nacidos y crecidos en países africanos o de Europa del Este, donde la violencia es una realidad brutal, inmediata, de cada día, chicos y chicas llegados a Francia, solos, acompañados, abandonados en muchos casos, no tienen miedo a vivir a la «intemperie», en los suburbios de las grandes y mediadas ciudades.
En la Costa Azul, en Niza, más del 30 % de los delitos de tráfico con drogas, el año pasado, estuvieron protagonizados por menores de origen africano, sin familia conocida, en muchos casos. Durante los dos primeros meses de este año, en algunas ciudades de la «banlieue» parisina, el número de menores no acompañados ha comenzado a crecer a «buen ritmo»: más de un centenar por semana. ABC, Nuevo rostro de la inmigración en Francia: aumento de los menores no acompañados.
Jose says
Los menas y los patitos feos llenan nuestras calles de ciudades ricas.En las ciudades pobres la cosa es mucho peor y también mejor en cuanto que la mayoría está en la misma situación. Mal de muchos consuelo de tontos mejor que mal de pocos alegría de muchos. Mejor vivir en la calle porque no hay suficientes casas que dormir en la calle de pisos vacíos. Cuando las sociedades ricas se ven en la necesidad de crear pobres para amenazar y controlar las mayorías las multitudes las masas estamos en el mayor estadio de degradación moral al que se puede llegar lo otro es simplemente que no se ha creado suficiente riqueza para mejorar la vida de la mayoría. Aunque el desastre para ricos y pobres es el tipo de vida que impera en un planeta que muchos niños ya nacen desconectados desenganchados de la vida y posibles víctimas de sus propias desgracias de nacimiento de una crianza defectuosa por parte de los adultos muchos de ellos desestructurados en muchos aspectos . Cuando más lejos estamos de la primera naturaleza más lejos estamos de una crianza de una vida con grupos pueblos comunidades necesarios preparados para criar a un niño. Como dicen en el África donde empezó todo todo un pueblo se necesita para criar un niño. Lo demás son menas patitos feos niños de la calle de sociedades enfermas un síntoma de unas enfermedades sociales de todo tipo muy graves.
Artículos como el tuyo se deberían escribir todos los días para cambiar la visión que se tiene de la actual situación en la que viven muchos jóvenes y no tan jóvenes. Enhorabuena por saber mostrar y mostrar los extremos de las calles urbanas.
JP Quiñonero says
José.
Graciasssssssssssssssss
Siempre tan amistoso & generoso.
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Pla decía que es más fácil opinar que informar. Los periódicos publican cada día un montonazo de columnas opinológicas, mal pagadas en la mayoría de los casos. Pero publican pocas fotografías de lo que pasa en las calles, los barrios… con lo cual, la visión que da la mejor prensa es bastante parcial, digámoslo finamente.
Gracias, nuevo,
Q.-
Fina says
Llevo unos días arrastrando un resfriado que me ha impedido seguiros como de costumbre. Gracias por permanecer al pie del cañón, impasibles al desaliento.
Frente a informaciones como esta, la realidad es devastadora. ¿Dónde quedan los derechos humanos?
Vivimos en una sociedad enfermiza e injusta. ¿Qué culpa tiene un bebé de nacer en un país o en otro?, ¿en una familia amorosa o desestructurada?
¡Por todos los dioses! Quiero imaginar un mundo mejor!!!
Venga…palanteeeeeee…………a empujar el carro!!!!!!!
JP Quiñonero says
Fina,
Sí, sí… hay que seguir adelante, cada cual en su sitio, sí…
Vamosssss
Q.-